El sábado el Madrid perdió, virtualmente, la Liga. No pudo ser. Y no fue porque básicamente este Madrid es la sombra de lo que fue durante una parte, ya lejana, de la temporada y sobre todo porque el F.C. Barcelona ha sido mucho mejor. Y es que ya se sabe que eso de encumbrar a equipos con facilidad (aquellos que osaban comparar al conjunto de Ancelotti con el mejor Barsa de la historia) suele acabar mal.
Tras el empate del Barcelona frente al Sevilla en el Sánchez Pizjuán, la maquinaria de propaganda de la capital sacó a relucir la ya tradicional cofradía del clavo ardiendo. Semana tras semana, los periódicos y televisiones afines se llenaba de referencias a los pinchazos históricos del Barcelona frente al rival de turno así como de entrevistas con antiguos jugadores y entrenadores blancos que habían ganado Ligas frente a todo pronóstico.
Pues este año, y ya van 6 de los últimos 7, el Madrid no será campeón de Liga. Y no lo será principalmente porque no ha sido el mejor. Las lesiones, que cierto es se cebaron en un tramo de la temporada, dejaron a la luz sin embargo la penosa planificación de la plantilla durante el verano (reflejado dramáticamente en el centro del campo donde de 6 jugadores solo 3 han resultado ser válidos) así como la mala gestión de Ancelotti.

Y así el sábado se esfumó el primer clavo ardiendo de la temporada, el cual da paso al segundo. El Madrid se juega este miércoles ante la Juventus el ser o no ser de la temporada. Gracias a la divinidad, Llorente no acertó a marcar el tercer gol en Italia ya que de lo contrario la campaña del clavo ardiendo para el campeonato nacional se hubiera mezclado con el espíritu de Juanito en Champions.
En cualquier caso, y presumiblemente hasta la temporada que viene, los fieles feligreses aun podrán disfrutar estos días de la última procesión de su cofradía.