Fue Neil Armstrong en su llegada a la Luna quien popularizó aquella frase de «este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad». En esa histórica sentencia, el astronauta plasmó la idea de que los grandes logros se consiguen a base de pequeños gestos. Si hablamos de mujeres, en 1955 Rosa Parks, una costurera de Alabama, se negó a ceder su asiento en el autobús a un blanco, como marcaba la ley. Simplemente, ese día estaba cansada de trabajar… y de la injusticia de esa norma. Su gesto, que le costó una multa de 14 dolares, acabó derivando en una prohibición de segregación y discriminación por raza en cualquier lugar público en Estados Unidos. En el ámbito del deporte, Kathrine Switzer, en 1967, consiguió burlar las normas que impedían a las mujeres inscribirse en el Maratón de Boston y corrió los 42’195 kilómetros con un dorsal que miembros de la organización le intentaron arrancar durante la carrera.
No seré yo quien iguale el récord mundial de asistencia a un partido de clubes de fútbol femenino que se produjo el domingo pasado en el Estadio Metropolitano de Madrid entre el Atlético de Madrid y el F.C. Barcelona con estos hechos históricos. Pero, al igual que esos casos fueron hechos basados en decisiones individuales, pequeños pasos que a buen seguro no se hicieron con la intención de convertirse en hitos de la justicia social, quien sabe si el partido del pasado domingo no es sino la punta de un iceberg, un asidero al que agarrarse para fortalecer la aun precaria situación del fútbol femenino en España.
Y es que, si 60.739 personas asisten a un partido de fútbol un domingo a las 13h, no es solo porque haga buen tiempo o porque las entradas fueran muy baratas. Si en una ciudad con tantas cosas por hacer en un fin de semana de buen tiempo como es Madrid, con una afición tan acostumbrada a asistir al fútbol como es la del Atleti, se consigue llenar el estadio, es porque lo que se juega allí interesa. Al aficionado le gusta cada vez más el fútbol femenino. No ya porque sea de justicia apoyar a un deporte en el que la participación de las chicas desde edades infantiles ha sido un tabú hasta hace poco, que ya sería un motivo suficiente para acercarse a él, sino porque, como espectáculo, es interesante per se.
En este sentido, la labor de la televisión en abierto ha sido fundamental. El hecho de que Gol Televisión (no es cuestión de hacer publicidad, pero sí de reconocer méritos) apostara por la Liga Iberdrola, ha acercado el fútbol femenino español al gran público, dándole la notoriedad justa y necesaria para posibilitar su expansión.
Así las cosas, el público va conociendo a las ídolos de sus equipos femeninos casi tanto como a los de sus equipos masculinos. Una semana antes de este Atleti – Barça, justo antes del partido de Liga Santander entre Atlético y Leganés, en la explanada que rodea el Estadio Metropolitano, cientos de personas hacían cola bajo un Sol de justicia para poder saludar, hacerse una foto y recoger un autógrafo de Amanda Sampedro y Kenti Robles. La afición del Atlético disfruta viendo a su equipo femenino siendo uno de los «grandes» absolutos de la competición local, situándose un escalón por encima de los chicos, que sienten el techo de cristal que Real Madrid y Barça imponen en el fútbol masculino. Cada vez disfrutan más con ellas y eso les llevó a abarrotar el estadio. Por supuesto, que las entradas fueran muy baratas ayudó, que los socios entraran gratis fue un incentivo, pero casi nadie va solo por ese motivo. No lo duden, el fútbol femenino interesa cada día más. En el Metropolitano se pasó de las 20.000 personas de la pasada temporada ante el Madrid CFF a estas más de 60.000. Por medio, vimos más de 40.000 en San Mamés ¿Por qué no soñar con un Barça que siga adelante en Champions y bata la marca en el Camp Nou?

Tras la victoria visitante por 0-2, en un partido que pasará a la historia por el récord de asistencia pero no por su vistosidad, quedan seis jornadas que deberán dirimirse con solo tres puntos de diferencia entre ambos equipos. El Atlético, aun líder, tiene una complicadísima visita al tercer clasificado, el Levante, dentro de unas horas para no dar opción a que el Barça les alcance. Las azulgrana juegan desde las 18h en casa ante el también difícil Valencia CF. Veremos quien acaba alzándose con el triunfo final.
Pero no solo en una Liga Iberdrola que cada vez interesa a más gente se acaba el fútbol femenino. Aparte de seguir al Barça en su andadura por la Champions, que le tiene a un paso de las semifinales tras vencer en casa esta semana por 3-0 al Kvinner, este verano tenemos, nada menos, que un Mundial en Francia. Allí estará la selección española, una de las que más está creciendo en el panorama internacional, de la mano de Jorge Vilda, reconocidos como uno de los mejores entrenadores del fútbol femenino a nivel mundial, espera seguir la senda de las recientes campeonas sub 17 y, cuanto menos, conseguir una actuación ilusionante.
Aun queda mucho camino por recorrer respecto a otras selecciones, pero ya se ha plantado cara a equipos que hace pocos años parecían inalcanzables (se ha ganado a la Holanda campeona de Europa, se ha empatado con la poderosa Alemania o se ha perdido por la mínima con Estados Unidos). Es cuestión de tiempo que esta selección dé el campanazo en alguna competición importante, por el buen trabajo que se viene haciendo, y por el talento joven que viene (Nahikari, Patri Guijarro, Cata Coll, Carmen Menayo, Claudia Pina…).
Lo que resulta incomprensible y extemporáneo es que RTVE, cadena pública poseedora de un canal como Teledeporte, capaz de dar visibilidad a deportes tremendamente minoritarios, no tenga como norma retransmitir absolutamente todos los partidos de la selección española femenina. No tiene sentido que en pleno 2019 siga siendo imposible ver algunos partidos de nuestro equipo nacional por televisión. Ahora bien, cuando llegue ese campanazo por parte de la selección, todo serán buenas caras, todos querrán tener a las protagonistas ante las cámaras, nadie se acordará de los años de semiclandestinidad del fútbol femenino, siempre tan por debajo en atención del masculino.
Pero también pasará el Mundial, y el fútbol femenino seguirá evolucionando. Para la próxima campaña, la Federación Española de Fútbol quiere coger el toro por los cuernos y tutelar decididamente a la Liga Femenina. Tras el impulso de Iberdrola en estos años, se diseña para la próxima campaña una Liga Élite que asegura el profesionalismo de las jugadoras, con todo lo que ello significa de mejora de las condiciones y la seguridad laboral de las mismas, y que debe derivar en la firma de un convenio colectivo justo y digno para estas deportistas.

Lo que en principio parece una buena noticia, es un punto delicado, que va a necesitar de la generosidad de todos para no dar al traste con el camino avanzado en estos últimos años. A excepción de Athletic y Barça, el resto de clubes punteros en el fútbol femenino miran con cierto recelo la ingerencia de la Federación para el rediseño de la competición liguera. Habrá que salvar múltiples escollos para que la idea inicial llegue a buen puerto.
Además, esta idea de torneo que pretende la Federación podría contar con la incorporación del Real Madrid, importante para dar un penúltimo empujón a la popularidad de este deporte, pero tremendamente tardía. Más allá de agradecerle al club de Florentino que rectifique e incorpore una sección femenina, cabe reprocharle que, a estas alturas del siglo XXI siga sin dar una solución a las chicas que, a los 14 años, deben abandonar su cantera por no poder seguir jugando en equipos mixtos y no existir en la misma equipos exclusivamente femeninos. Una auténtica vergüenza que minusvalora la pretendida grandeza de este club que vaya ser de los últimos en tomar una medida que es, ni más ni menos, que una cuestión de justicia.
En conclusion, por detrás del brillante récord de asistencia, que ha servido para copar portadas en la prensa nacional, hay mucho más en el día a día de este deporte que va captando cada vez la atención de más aficionados. Amigo lector, amiga lectora, antes de que sea tarde, aficiónese ya al fútbol femenino.