El Real Madrid eliminó ayer al Manchester City en las semifinales de la Champions League. Tras un partido de película en el Etihad, ambos equipos se citaban en Madrid con sensaciones similares.
Servidor, se había ido apuntando durante el partido varias claves del mismo: la posición de Modric casi en la mediapunta, la fiabilidad de Casemiro a pesar de un par de faltas amonestables, los nervios de Laporte, la primera parte errática de Militao…
Pero, finalmente, acabé por descartarlas y dejar de lado un análisis que busque explicación a algo inexplicable. Porque eso es el Real Madrid en Champions League.

De nada valen los datos, las dinámicas o, incluso, la estrategia, cuando a falta de 1 minuto más descuento, Rodrygo marcaba un gol que ponía todo patas arriba. En ese momento, daba la impresión de que todo el mundo sabía que el partido se iría a la prórroga, quedando apenas 5 minutos y faltando un gol más.
Eso fue el Real Madrid. No solo ayer y no solo en esta edición de la copa de Europa. Sus jugadores se crecen ante la adversidad y son capaces de vivir un partido desconectados pero ponerse el mono de trabajo en los compases finales del encuentro. La emocionalidad con la que afronta los últimos minutos en Champions rompe cualquier decisión que se pueda tomar desde el banquillo, porque ahí ya son 11 contra 11 sin consignas, dónde unos buscan la victoria y otros sobrevivir.

El aficionado puede sentir ese poder con el que los jugadores hacen frente a estas situaciones. Esto también es fútbol aunque trascienda al fútbol. Aunque no se pueda explicar ni frenar. Muchos equipos se han encomendado a grandes remontadas, pero el idilio del Real Madrid con la épica es ya histórico.
Es por eso que es capaz de llegar a finales europeas y ganarlas sin ser favorito a principio de temporada y, tal vez, tampoco en la mitad. Es por eso que el Real Madrid en Europa siempre da miedo. Y contra el miedo es muy difícil ganar.
El 28 de Mayo en Saint-Denis, se verán las caras contra un viejo conocido con ganas de revancha. Un Liverpool que llega al final de temporada lanzado y en forma. Veremos qué nos depara la Copa de Europa y si el Real Madrid se agarrará a otra noche épica.
Anoche el Madrid hizo realidad el lema que canta el himno de mi equipo,el Sevilla,fue el equipo de la Casta y el Coraje y consiguió lo que hace grande no ya a un Club, que lo es hace tiempo,sino al Fútbol con mayúscula,que permite hacer realidad el sueño de cualquier aficionado y conseguir lo que racionalmente no corresponde. Por segunda vez en esta temporada enhorabuena y a por la final.
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