Desde que el Estado de Catar se hizo con el control del Paris Saint Germain, ha invertido un enorme chorro de millones de euros. Esa tremenda inversión ha supuesto la llegada de una gran cantidad de estrellas que, de momento, ha tenido como resultado muchos títulos locales, pero actuaciones un tanto decepcionantes en Europa. Permítanme pensar que este año el club parisino me dé otra impresión. Creo que estamos ante el PSG más completo de los últimos años.
Este PSG de Thomas Tuchel, ha fichado este verano mucho y bien. Ha olvidado la simple recolección de nombres, para completar una plantilla estupenda. Además, el técnico alemán acostumbra a hacer gran cantidad de cambios de jugadores, que mediatizan la forma de jugar del equipo.
Partiendo de un 4-3-3, según quienes formen la alineación, el Paris Saint Germain se fundamenta en pautas ligeramente diferentes. Los laterales pueden tener más o menos llegada, la configuración de los tres del centro del campo puede ser más o menos abierta y más o menos profunda, y las posiciones de partida de los tres delanteros pueden ser más atrasadas o más adelantadas y buscar más o menos las diagonales.
Es muy difícil aventurar lo que sería un once tipo de Tuchel en esta temporada, en la que el técnico cuenta con tal cantidad de recursos de calidad. No obstante, para hacerse una idea de los medios con los que cuenta (y de hecho, cuenta mucho con todos), podemos hacer un repaso.
En portería, uno de los pocos fijos es Keylor Navas, que supone la presencia de un gran portero en esta plantilla, siendo esa una de las piezas que más echaban en falta años anteriores. Entre los centrales, el capitán Thiago Silva es otro de los intocables. Junto a él, varían las piezas. A su lado suele estar Marquinhos, pero como en ocasiones ocupa plaza en el mediocentro, cuenta para esa posición con otro hombre eficaz como es Kimpembe. En los laterales, Diallo, Bernat o Kurzawa suelen ocupar la banda izquierda. El belga Meunier y el joven Dagba se suelen repartir la derecha, aunque hasta Ánder Herrera ha sido utilizado por Tuchel en esa posición.

Para el puesto más defensivo del trío del centro del campo, el fichaje del senegalés Idrissa Gueye ha sido fundamental. Ese era uno de los puestos que más necesitaba y que no había terminado de llenar en temporadas anteriores. No obstante, para sus ausencias, el argentino Paredes o el central reconvertido Marquinhos, completan las necesidades de la plantilla.
Para los dos interiores, las opciones son muy variadas y permiten a Tuchel jugar de múltiples formas. Si como en el partido de este fin de semana, confía en Herrera y Sarabia, el bilbaíno se sitúa más cerca del pivote defensivo, casi en línea con él y saltando a la presión, y el madrileño aparece muy cerca del área, buscando pases definitivos a los tres de arriba o llegando en segunda línea al gol.
A los centrocampistas ya citados, cabe sumar el nombre de Verratti, ni más ni menos. El centrocampista italiano es el auténtico metrónomo del equipo, aunque a veces no juegue y no por ello el equipo se resienta en cuanto a resultados, el ritmo de juego y el control del balón y del partido es completamente diferente cuando está. También Draxler puede hacer una función parecida a la de Sarabia cuando entre en el equipo y supere sus lesiones. Incluso Di María, Bernat o Kurzawa son utilizados en estas tres plazas del centro del campo por Tuchel, aunque en momentos muy puntuales.
En el ataque, la configuración del equipo en este inicio de temporada está siendo muy inusual. Las tres megaestrellas del equipo, Neymar, Cavani y Mbappé, están viéndose muy castigadas por las lesiones, haciendo que prácticamente en todos los partidos falte al menos uno de ellos… cuando no los tres. No obstante, el fichaje de Icardi como ariete, las entonadísimas intervenciones de Di María abierto a una banda y la presencia de Sarabia para dar calidad a ese ataque, está haciendo que las bajas, aun siendo importantes, apenas se noten.
Sin embargo, y a pesar de los insistentes rumores (y algo más) que han rodeado a este tridente, hay ganas de verles de nuevo junto, y a lo largo de esta temporada seguro que habrá ocasión de verlos como titulares indiscutibles. Principalmente, hay morbo por ver completar la temporada a Neymar, quien ha estado con un pie fuera del equipo, ha aguantado el odio de su hinchada, se ha empezado a rehacer a base de goles de mucho nivel e importancia, y ha vuelto a lesionarse recientemente.

En ataque, el balón sale jugado de atrás, con Thiago Silva al mando a la hora de hacer llegar el balón al centro del campo. Si Verratti no está, prefieren combinar de forma más directa con los delanteros, para que dejen de cara a los centrocampistas y empiecen a combinar a alta velocidad. Así, el más adelantado de trío de medios, suele buscar la progresión por las bandas de laterales o atacantes, o los desmarques interiores del trío de arriba.
Cuando el medio italiano está al mando, la pelota sigue circulando rápidamente, pero de manera más progresiva, usando más tiempo para descansar en la medular. También la presencia de Neymar, que gusta de venir a recibir y buscar el dribling por dentro, condiciona esa fase de creación. Cuando, por ejemplo, están Di María o Choupo Moting, el balón les busca principalmente a la carrera abiertos en banda.
La alta movilidad de los atacantes y el hecho de contar siempre con jugadores de muy buen último pase, hacen de este equipo letal cuando encuentra algún espacio. Además, la calidad a la hora de definir, lo que suele llamarse la capacidad para «tener gol» en sus jugadores, hace que no necesiten demasiadas ocasiones para adelantarse en el marcador. Una vez hecho eso, si el rival asume riesgos los parisinos te matan.
También son peligrosos en el balón parado. Con hombres como Thiago Silva, Marquinhos o los dos arietes (Cavani o Icardi), siempre tienen opciones por arriba. Además, Di María, Verratti o Sarabia saben poner buenos balones, y Tuchel trabaja además la estrategia para variar las acciones.
En defensa les falta aun ajustar alguna pieza. Tal vez la falta de competitividad real en la Ligue 1 francesa les hace ser un tanto confiados en fase defensiva cuando tienen que enfrentar retos más complicados.

No obstante, la presencia de Navas en portería o Gueye en el centro del campo, les ha hecho crecer en esta fase. Sin embargo, no es un equipo de presión fuerte en campo contrario, menos cuando son Cavani, Mbappé y Neymar los que forman. Suele saltar el interior menos ofensivo a la presión, dejando al pivote para guardar la posición, pero en ocasiones, una salida rápida del rival les puede coger desguarnecidos.
La mayoría de los laterales, de las varias opciones que exponíamos antes, son más bien ofensivos, y puede serles difícil tapar las vías de agua que tienen al perder el balón. Además, la transición ataque – defensa es más bien lenta.
Tampoco en balón parado son grandes defensores, ya que entre los centrales, poderosos en el juego aéreo, y el resto del equipo, hay bastante diferencia de altura y de potencia para estas jugadas.
Visto todo ello, este Paris Saint Germain ha pasado de ser una especie de álbum de cromos para madurar y convertirse en un equipo hecho y derecho. Las competiciones, sobre todo las de eliminatorias, son un conjunto de momentos, de factores muy complicados de controlar y en los que a veces, haciendo el mismo trabajo, el resultado es muy diferente.
Así pues, veo al PSG más peligroso aun que en años anteriores, le imagino avanzando con buen paso en Champions, que es al fin y al cabo el gran objetivo de un equipo que gana en Francia casi sin querer. Veremos si por fin este es el proyecto definitivo del mando catarí.