El Día de la Mujer, el Día sin tabaco, el Día de las Fuerzas Armadas, el Día de la Paz, el Día del Medio Ambiente y, desde ayer, el Día del Portero Español. Justo reconocimiento para la demarcación más especial y genuina del fútbol y, por supuesto, para la persona que ha inspirado la declaración del 20 de mayo con ese título: Iker Casillas que, precisamente ayer, cumplió treinta y ocho años.
Hay que decir que desde hace unos años se instauró el 14 de abril como el Día Internacional del Portero, pero el nombramiento de ayer me hace mucha más ilusión. Siempre que fallece alguien conocido se suele ensalzar su figura con grandes elogios y palabras bonitas. Muchas veces con toda la razón del mundo, pero cuando esto sucede me acuerdo de la frase que repite mi madre en estos casos: que Dios nos libre del día de las alabanzas. Por eso me agrada que se le reconozca a alguien su trayectoria en vida.

Cierto es que todo viene provocado por el gran susto que nos llevamos el pasado 1 de mayo cuando el portero de Móstoles sufrió un infarto mientras entrenaba con el FC Porto. Y esto no lo digo como una crítica ni pretendo tildar de oportunistas a quienes han promovido esta declaración. Es lógico que no se pensara antes puesto que Iker Casillas seguía en activo y rindiendo a un buen nivel en su club. Mejor dicho, el legendario guardameta español sigue en activo, ya que él mismo se encargó de desmentir en Twitter la noticia publicada en el ABC.
Lo más normal y lo más sensato es que lo deje. Con treinta y ocho años recién cumplidos, con la dilatada y exitosa trayectoria que lleva y porque el fútbol es infinitamente menos importante que la salud, creo que nadie en su sano juicio criticará a Iker si decide poner punto y final a su carrera. Pero ese anuncio debe hacerlo él. Es lo mínimo que se merece y por eso pienso que la metedura de pata del periodista que publicó esa noticia fue enorme y una falta de respeto total y absoluta. Hay que tener más tacto y más elegancia y no dejarse llevar por el ego de querer dar una primicia para apuntarse un tanto.
Poner el día de su cumpleaños como Día del Portero Español es una decisión acertada pero no debe ser el único reconocimiento que se le haga. Supongo que la Real Federación Española de Fútbol tendrá en mente rendirle un homenaje en algún partido de España. Es lo menos que se merece por los servicios prestados al combinado nacional, del que todavía es el futbolista con más internacionalidades. Para el recuerdo quedan sus intervenciones milagrosas en las rondas de penaltis de las Eurocopas de 2008 ante Italia y de 2012 ante Portugal. Y, por supuesto, las paradas decisivas en el Mundial de 2010 ante Paraguay y, sobre todo, aquel mano a mano con Robben en la Final.

De lo que tengo más dudas es que su club de toda la vida le haga un reconocimiento público a la altura de Iker. No confío en la elegancia y en el saber estar del mandamás del Real Madrid CF, de donde ya salió por la puerta de atrás de manera injusta. Con la de cosas que le debe la entidad blanca a su portero más emblemático y decisivo de su historia. Pero no vamos a perder ni un solo segundo en esto. Es mejor recordar sus extraordinarias, decisivas e increíbles actuaciones. Yo siempre he tenido a Iker Casillas como un referente, como un ídolo al que he admirado y, quizá, como el mejor portero que han visto mis ojos.