Probablemente la melena más conocida de la historia del fútbol, probablemente el mejor jugador que haya dado Colombia, hablamos de Carlos Valderrama.
Junto a su primo Didí, Valderrama llamaba la atención en la selección juvenil del Unión Magdalena. «Está bonito el pibe» dijo un ojeador argentino cuando lo descubrió. De allí pasó a Millonarios y de ahí al Deportivo Cali donde encontró en Bernardo Redín a la pareja perfecta.
Era un jugador que no necesitaba correr para jugar.»
Diego Armando Maradona
Y llegó la Copa América de 1987, donde Colombia acabaría tercera tras ganar en la final de consolación a la mismísima Argentina de Diego Armando Maradona, que venía de ser campeona del Mundo en México 86. Valderrama sería elegido el mejor jugador del torneo. Europa se fijó en él.

Sería el Montpellier francés quien apostara por el talentoso volante colombiano. Sin embargo, aunque ganó la Coupe de France, el pibe no terminó de explotar con ninguno de los técnicos que lo dirigieron, Pierre Mosca y Aimé Jacquet.
Con el combinado nacional llegaría el Mundial de Italia 90 donde Colombia fue la expresión de un fútbol de toque y control que aun hoy se recuerda. Con figuras como el portero René Higuita, el propio Valderrama o Freddy Rincón, los cafeteros mostraron al mundo un estilo de juego exquisito que tuvo su máxima expresión en el agónico gol del empate frente a quien acabaría siendo la campeona, Alemania. Disfruten de esta obra de arte de fútbol colectivo, con genialidad incluida de Carlos Valderrama:
Finalmente, Colombia caería en la prórroga de los octavos de final frente a la Camerún de Roger Milla.

Del Montpellier francés, Valderrama pasó a jugar en la Liga española. Concretamente en un Real Valladolid que acabó reuniendo a Higuita, Valderrama, Leonel Álvarez y Pacho Maturana como entrenador. Su balance en Pucela fue pobre, pasando a la historia su encontronazo con Míchel durante un encuentro contra un Real Madrid.
De España, el pibe inició un periplo que lo llevó por Independiente Medellín, Junior de Barranquilla y Estados Unidos, donde fue uno de los impulsores de la MLS.
Fueron los últimos destellos del mayor talento puro que jamás haya dado Colombia. Carlos Valderrama, simplemente, un genio.
Era un auténtico mago de la inteligencia que sabía la ubicación de sus compañeros casi sin mirarlos y que les entregaba el balón como si lo hiciera con la mano.»
César Luis Menotti