De éteres trágico he nacido de nuevo
“The End is The Begginning is The End” de The Smashing Pumpkins
y ahora estoy contigo ahora
dentro de tu mundo de “wow”
Para moverme en deseos hechos de simulaciones mortales
Hasta que comiencen los tiempos finales»
Todos, absolutamente todos, hemos ido o iremos, al menos una vez, en la parte de atrás de un coche dejando atrás una vida para comenzar otra. Acompañados de una mezcla de melancolía y tristeza por saber todo lo que dejará de formar parte de nuestro día a día, por abandonar vivencias que nunca te habías dado cuenta lo excepcionales que eran porque las dabas por hecho o, al menos, pensabas que seguirían un poco más contigo.
También, hay una certeza, quizás como mecanismo de defensa, de que no ha podido ser de otra manera, que estás donde te ha tocado estar, que no había, ya, otra opción… y que por supuesto, que llegar a esto no lo has elegido tú. Sabiendo esto, sintiéndote así, entonces llega la incredulidad ¿de verdad, se acabó? ¿es esto el final? y, con los ojos vidriosos, ya lo único que intentas es mirar por la ventanilla e intentar, como un alumno antes de un examen, absorber todo de un último vistazo para intentar que se quede grabado en tu retina. En tu mente. Porque en el corazón ya lo llevas tatuado para el resto de tu vida.
Por supuesto, no conozco a Messi (ni siquiera he podido trabajar con él para hacer un anuncio) pero lo que sí sé, es que yo, en su lugar, hubiera sentido algo muy parecido en su situación. Yendo en coche hacia al aeropuerto, dejando atrás Barcelona y una vida…

Se ha escrito mucho, muchísimo, sobre Messi este verano, y soy consciente de que llego muy tarde para hacerlo. Pero, también es verdad, que la actualidad no me quita el sueño, básicamente porque es enemiga de la perspectiva y, en este caso ya sabemos todos que se ha ido, a dónde ha ido y ya se ha repasado bastante lo que ha logrado, cómo lo ha conseguido y lo que ha hecho disfrutar al aficionado al fútbol. Cuando no jugaba contra su equipo, eso sí, que algunos lo hemos sufrido en exceso.
Es por esto que a mí me gustaría hablar del otro Messi. El que se ha representado en comunicación, con el que cualquier creativo o marca deseaba (y desea ) contar a la hora de hacer un anuncio, que tuviera que ver con el fútbol o no.
A veces, un anuncio, sale en el momento adecuado. Dice lo que tiene que decir. Se adelanta, incluso, a lo que va a pasar o explica algo que ni todos los ríos de tinta han conseguido hacer. Este anuncio de Gatorade (de la marca Pepsi), parece hacer todo eso.
Muestra desde la perspectiva positiva la marcha del Barcelona al PSG, hablando de seguir, de cambiar de mejorar. Dándole la vuelta a todo lo que dije en mi primer párrafo y que sigo defendiendo como mucho más cerca de la realidad. Pero comentaba, se adelantaron, porque este anuncio es de junio, de hecho al final no sólo salía el logo de Gatorade, sino también el del F.C. Barcelona, porque no era una explicación de ninguna marcha, sino una filosofía. Una forma de vida, una lucha por seguir mejorando y mirar al futuro que, sí, es una gran explicación para el cambio, porque todos estaremos de acuerdo de que Lio ha ganado muchísimo menos de lo que merece por su calidad.

Pero este anuncio es una gota en el océano. Una leyenda del deporte siempre lleva asociada una comunicación, marcas, patrocinadores, anuncios. Pero no sólo eso, también películas (a veces cameos), documentales, series o videojuegos. Todo esto hace aún más grande la figura del deportista, porque llega más allá del propio deporte que practica. Consigue que sea más conocido, los fans se ven reforzados en la elección como ídolo, consigue nuevos seguidores, posibilidades para nuevos campos profesionales para el futuro…
Esto no es nuevo ni mucho menos. Pero pocas, muy pocas personas, realmente han conseguido trascender el deporte que practican y ser una figura mundial sin la coletilla de la disciplina deportiva con la que hacen historia. Y seguramente una por encima de cualquier otra: Michael Jordan.

Curiosamente, esta historia, la marcha de Messi al París Saint Germain, une a estas dos leyendas del deporte, porque la marca del exjugador de los Bulls viste al PSG.
¿Cuántos jugadores de cualquier deporte tienen su propia marca? ¿Cuántos exjugadores la tienen y es tan importante y conocida como cuando jugaban? Eso es trascender a tu tiempo. Porque Jordan se retiró, definitivamente, en 2003. Las informaciones hablan de que Michael se lleva el 5% de las ventas de las equipaciones y que, por ese motivo, ha ganado por este concepto más de 6 millones de euros en los primeros 3 días desde el fichaje de Messi.
Justo este año, además, las calzonas o pantalones de la equipación son un homenaje a los Bulls de Jordan (y anteriores también) y es que, a veces, los astros se alinean y otras, simplemente, se juntan como en esta ocasión.

Porque para conseguir esa transcendencia hace falta, también, que lo que hagas fuera de la cancha, del campo, de la pista, sea también notorio. Michael Jordan protagonizó películas como «Space Jam» (con segunda parte, ahora, 25 años después, en los cines protagonizada por Lebron James en este caso, pero con alguna referencia a Michael, porque su sombra es muy alargada), grandísimos anuncios con premios y una creatividad altísima, incluso, el año pasado fue la piedra angular del documental “The Last Dance” que de nuevo, más de 20 años después, puso a esos Bulls en el centro del mundo y no sólo baloncestístico.
Messi, no ha tenido tanta trascendencia, quizás porque hay muchísima más comunicación, quizás porque, ahora, para protagonizar un buen anuncio, no hace falta ni ser de los 100 mejores jugadores de tu deporte, quizás porque con su selección no ha tenido suerte (es cuanto menos curioso, que haya ganado su primer gran título internacional con Argentina cuando ya no era jugador del Barcelona). Porque quizás, él siempre ha sido Lio, y ha querido hacer lo que más le gusta, sin distracciones, de la manera más sencilla y se ha centrado no en transcender al fútbol sino a transcender en el fútbol.
Curiosamente, aquí en España no han llegado los mejores anuncios del 10 argentino y verle comer patatas para ver la Champions nos hacía darnos cuenta de que era una gran oportunidad perdida. Yo me preguntaba que cómo alguien que tiene a Messi para poder hacer un comercial hizo algo así… aunque no te guste el fútbol no puedes hacer algo así. Por suerte, tiene muchos mejores anuncios, aunque creo que siguen sin hacerle justicia.
Este artículo trasciende de lo habitual,no solo por su enfoque, tan original y distinto a lo que se lee referido al fútbol,sino por la profundidad,estilo,análisis y pedagogía que trasmite,este artículo es Filosofia y Comunicacion y podría perfectamente ser una lección magistral de la mejor Universidad.
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