“Un día de invierno de 2018” (así lo expone el libro) terminó de imprimirse la biografía autorizada “Unai Emery El maestro” de uno de los entrenadores españoles más laureados. Un técnico que veneras o detestas, no permite término medio.
Ama el fútbol por encima de casi todo. Gesticula más que ninguno, es un puro nervio en el banquillo, no se le puede reprochar su entrega… pero muchos cuestionan su método. A través de Unai Emery El maestro, escrita por el periodista francés Romain Molina y de la Editorial “Córner”, se descubren las claves de su forma de entender este apasionante deporte.
El origen del entrenador que es

No puede ser una sorpresa para nadie que los hermanos de la familia Emery respirasen fútbol por todos sus poros. Su abuelo Antonio “El Pajarito” fue el guardameta que encajó el primer gol oficial de la Liga Española en su historia, portero del Real Unión de Irún. Y su padre, también fue portero profesional, protegió las porterías de equipos como el Deportivo de la Coruña y Recreativo de Huelva.
Y por si fuera poco, el club de su tierra, la Real Sociedad empezaba los años 80 ganando dos ligas (en plena adolescencia de Unai). El ahora entrenador disfrutaba en Anoeta del equipo campeón de Ormaetxea con jugadores como Arconada, Perico Alonso, Satrústegui, López Ufarte (su gran ídolo), Bakero…
En la cantera donostiarra se formó Unai y destacó como un habilidoso extremo al que le faltaba “maldad”, decían. Entonces, un joven llamado Javi de Pedro aprovechó mejor sus oportunidades y terminó ganándose la titularidad de la banda izquierda, y por la falta de minutos, se marchó al Toledo en Segunda donde se consolidaría como jugador fijo en el once.
Tras cuatro años, el Racing de Ferrol de Luis César Sampedro apostó por él. El técnico gallego fue, más que un entrenador, un maestro, al que visitó mucho en su despacho con su libreta para analizar tácticas del juego. Además, Unai aprovechó su estancia en Galicia para ir a ver los grandes partidos del Deportivo de Champions en Riazor, que también le marcaron.

En su breve paso por el Leganés se llevó quizás uno de sus mayores logros, el conocer a Juan Carlos Carcedo. Este compañero de vestuario se convirtió con el tiempo en amigo, y luego, en su mano derecha en los banquillos. Dicen que Unai es el poli malo, el enérgico, el volcán, y Juan Carlos, un hombre más sosegado, el poli bueno. Su otro gran apoyo ha sido siempre su hermano, Igor, al que una grave lesión le impidió progresar como futbolista y que ha ayudado a Unai con el análisis de las estadísticas del juego y en sus relaciones con la prensa.
En verano de 2003 el Lorca Deportiva, en Segunda B, competía con el objetivo de ascender a Segunda, y para ello fichó a jugadores expertos para cosechar el sueño, uno de ellos era Unai Emery. En su segunda temporada en el sur, las lesiones le impedían rendir como esperaba y la oportunidad de entrenar le surgió sin esperarla. Aunque es cierto que mucho antes ya devoraba cada libro de fútbol, veía todos los partidos que podía y sus charlas con amigos eran debates sobre tácticas.
“Mi carrera como jugador fue más un sufrimiento que alegría” ha resumido Unai. Ha reconocido ser “un cagón” como futbolista, la presión le atenazaba para demostrar todo su talento, es algo en lo que coinciden muchos que le rodeaban en su carrera. Pero también son muchos los que coinciden que era un entrenador más que un jugador. Luis César Sampedro, su entrenador en Ferrol, recuerda que compraba toda la prensa deportiva “antes de ir al entrenamiento como alguien que se sabe la lección”.
Como un padre para sus futbolistas
En su segunda temporada en el Lorca Deportiva el equipo navegaba sin rumbo certero en mitad de la tabla, cuando el objetivo era el ascenso. El equipo necesitaba un revulsivo y el Director Deportivo despidió al entrenador Quique Yagüe y apostó por ofrecerle el cargo a Unai. En esta publicación se narra cómo el técnico vasco consiguió convencer a sus compañeros que el ascenso aún era posible y lo cosechó en una eliminatoria final ante el Real Unión de Irún, el club de su casa, donde jugó su abuelo.
Su siguiente paso fue el UD Almería donde comenzamos a ver al Emery que ya muchos jugadores conocen: un amante de los videos (sus famosas reuniones interminables repasando jugadas de partidos anteriores), sus charlas motivacionales en las cuales podía golpear papeleras y quedarse callado durante minutos mirando a sus jugadores para ver sus reacciones, o broncas monumentales… que siempre quedaban entre las cuatro paredes del vestuario. Y es que un principio elemental de Emery es que en rueda de prensa siempre defiende a los suyos. Dentro los puede matar, pero fuera ni una mala palabra.

El Almería de Emery ascendió y sorprendió en Primera División mirando más a Europa que al descenso. El siguiente paso en su carrera como entrenador fue el Valencia, y allí realizó su gran Máster como entrenador. Llegó a un Valencia caótico, donde no se sabía quién gobernaba (en su presentación a la prensa le acompañó un Presidente interino, Agustín Morera). Juan Sánchez (mítico exfutbolista del Valencia y entonces Director Deportivo) le eligió tras una reunión con él en Lorca y tras sorprenderle que conocía “cada jugador del Valencia más que algunos empleados del propio club”, asegura Sánchez.
En la ciudad levantina demostró ser un trabajador incansable, aprovechando cada entrenamiento con innumerables jugadas ensayadas para ejecutarlas en el siguiente partido. A Mestalla le chocó su estilo tan atrevido o alocado (era tan bonito verlo en ataque como sufrido verlo en defensa) y el mejor Valencia (tan reciente) tenía su principio en una sólida defensa.
En la sala de prensa sufría mucho. No encontraba una buena respuesta que calmase a una afición molesta por los actos de indisciplina de futbolistas como Miguel, Banega, Rami… e intentaba explicar sin éxito que clasificarse para la Champions era todo un logro en su contexto. En Unai Emery El Maestro además se cita a Juan Mata como defensor de su trabajo, se recuerda como reconvirtió a Jordi Alba de prometedor extremo a excelente lateral, y su famoso informe sobre un futbolista llamado “Isco” (aquel texto rezaba “es un jugador con talento, con tendencia al sobrepeso y a no ser constante en el juego). Emery asegura que lamentó que “se lo vendieron en verano”
En su breve etapa en el Spartak de Moscú aprendió varias lecciones: si su fuerte es cómo transmite su mensaje a los futbolistas, debe dominar el idioma, debe adaptar poco a poco su método al equipo, y que necesita sentirse arropado por el propietario. En Rusia su mayor obstáculo fue Valery Karpin, así lo sintió Emery, no le apoyó en sus momentos delicados y más bien le echó la prensa encima. Karpin asegura que el vestuario se le fue de las manos a Unai. La biografía autorizada relata sucesos muy interesantes en este aspecto.
A Monchi, como a Juan Sánchez también lo convenció con una extensa charla sobre fútbol. Llegó a un equipo “con una vestuario enfrentado con dos capitanes que ni se hablaban” se recuerda en el texto. Michel había sido destituido, Unai llegó y su primer objetivo fue unir al grupo, por eso organizó actividades fuera del césped de entrenamiento.
Lo que consiguió ya lo sabéis. Tres veces campeón de la Europa League de forma consecutiva. El Sevilla de Rakitic, Vitolo, Bacca, Gameiro… asombró al continente. El defensa Ramí es uno de los que más alaba el trabajo de Emery, sí era muy exigente, ponía muchos vídeos, a veces su carácter era demasiado explosivo, pero era “justo” con todos, y para él fue como un “padre”. Además, defiende que Unai no es rencoroso, y pone su ejemplo y el de Éver Banega, dos jugadores que a veces reprimió con firmeza en Valencia por su falta de actitud o sus aventuras extradeportivas, pero con el tiempo se dio cuenta que los protegía.

Su historia más reciente es la de París. “Encontrar el equilibrio” fue su obsesión, que la explosividad de su ataque con Neymar, Mbappé y Cavani, no desprotegiese por completo su defensa. En el libro explica cómo intentó adaptar su método de trabajo poco a poco para evitar el error del Spartak, y entendió que no podía pedir a aquella plantilla llevar en práctica tantas jugadas ensayadas como en equipos anteriores. Hay que adaptarse a cada plantilla.
Los dos temas que pensáis se tratan en Unai Emery El Maestro. Aquella noche maldita (para los parisinos) del 8 de marzo en el Camp Nou, aquel 6-1 en contra. Recuerda su preocupación por la baja del lesionado Thiago Motta y el delicado estado físico de Rabiot para ese partido, además de alertar sobre el exceso de confianza en el club. Y su relación con Neymar, con el cual nunca tuvieron “un gran amor” el uno por el otro. A quién si agradece su trato es al magnate Nasser Al-Khelaifi que siempre fue un apoyo para él. En el texto publicado, el propietario del PSG define a Unai como un entrenador que tiene “mucha fuerza para entrenar y responsabilizar a la gente, pero también transmite estrés”.
Así es Unai, apasionado, trabajador, obsesionado, estresante, nervioso. Lo mejor de la biografía es que no oculta las sombras de Emery, él mismo pidió que se incluyeran las críticas que recibía, así resultaría más interesante y le sería útil para aprender. Así es el maestro. No desaprovechen la ocasión de leer Unai Emery El Maestro, les acercará al actual entrenador del Arsenal, y les permitirá conocer anécdotas muy entretenidas sobre un entrenador distinto a cualquier otro. Emery es Emery.