He pensado varios títulos para este artículo pero finalmente me he decantado por el más obvio, el que no admite dudas. Y es que esto es lo que sucede cuando se habla de quién es el mejor jugador de todos los tiempos. Ya no hay duda alguna, Lionel Andrés Messi Cuccittini.
Vaya por delante que no me ciegan los colores ya que no me gustó cómo Messi salió del FC Barcelona habiendo esperado un gesto mayor por su parte jugando prácticamente gratis para el club que le dio todo. Para colmo de males terminó en el PSG, un equipo que no guarda precisamente una buena relación con el conjunto blaugrana. Sin embargo, esto no es óbice para reconocer lo que es obvio.
Comprendo perfectamente que alguien por nostalgia, por ser seguidor del eterno rival del Barcelona o por pura antipatía hacia el personaje elija otro nombre. Sin embargo, tras lo vivido en el Mundial de Catar, los que continúan negando la evidencia han pasado a ser una especie de rara avis. Hasta argentinos célebres como Jorge Valdano, quien estuvo al lado de Maradona cuando éste realizó su obra de arte en el 86, lo tiene claro: «La diferencia es que Diego en México tenía 26 años, estaba en plenitud física, estaba en el mejor momento de su carrera. En el caso de Messi, tiene 35 años y tiene un condicionamiento físico y tuvo que sacar el genio y la sabiduría. Cada intervención suya era determinante para decir que estamos ante un jugador de categoría superior«.
Messi es la excelencia hecha jugador y, al contrario que sucedía con Maradona donde sus intervenciones estelares se combinaban con desapariciones sonadas, Messi lleva 17 temporadas en la élite siendo sino el mejor cada año, entrando en el top 3. Y lo ha hecho con rivales de campanillas como lo son Cristiano Ronaldo, otro de los grandes, o el prodigio Mbappe, 11 años más joven que él. Nada para a Messi quien en el último año y medio ha sumado a su excelso palmarés las dos piezas que le quedaban, la Copa América ganada en Brasil (título que Maradona no tiene) y el Mundial de Catar siendo protagonista en cada una de las rondas incluida la final (donde Maradona por cierto no marcó en el 86).
Estamos en definitiva ante el jugador por antonomasia, un futbolista cuya leyenda sigue creciendo y cuyo legado adquirirá una mayor magnitud el día que decida dejar de dar exhibiciones sobre el césped. Seguirá habiendo quienes no dudarán en menospreciar cualquier aspecto de su carrera. Lamentablemente para ellos, es tozuda la realidad y quien no la reconozca está condenado a vivir en su propia verdad.
Es importante cuando se haga una valoración de persona,personaje,hecho o acontecimiento no caer en el subjetivismo extremo de plantearlo en el contexto actual,obviando la importancia que tiene tratarlo con los ojos puestos en las condiciones,circunstancias y marco de la sociedad en la que ocurrió o se desenvolvió;de esa manera es más difícil decidir, en nuestro caso concreto,si Pelé, Maradona o Messi son los mejores,desde luego de esta generación estoy con Messi.
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