El Atlético de Madrid no jugará más en Europa esta temporada. Los de Simeone cierran el grupo B como últimos tras la derrota contra el Porto por 2-1. Un grupo más que asequible para incluso quedar primeros, pero del que los rojiblancos se van con las manos vacías, sin ni siquiera el tibio premio de la Europa League.
Dejando para otro momento un análisis de la situación compleja del equipo colchonero, lo que está claro es que nos sirve para afirmar lo que era un secreto a voces: el fútbol español se encuentra en un segundo escalón. Pero esta temporada, se ha certificado demasiado rápido.
De los 4 equipos que empezaron la fase de grupos de la Champions League, solo el Real Madrid (vigente campeón) seguirá en la competición. Tras la caída de los del Cholo, Barcelona y Sevilla se tendrán que conformar con pelear por la Europa League. Este suceso no ocurría desde la temporada 98-99, hace ya 23 años.

Los de Xavi, que se encuentran en un proceso de autodefinición, están pasando por un momento amargo de la temporada (al menos en Europa), dejando muy atrás otras épocas en las que partían como favoritos a todo. Por su parte, el Sevilla está teniendo un inicio desastroso. Ocupando plaza de descenso y con solo dos victorias, parece que los objetivos ligueros han cambiado en el Pizjuán con respecto al inicio de temporada. En Champions, al menos, consiguen una tercera plaza que les abre las puertas a otra competición de la que son viejos conocedores y que es más acorde a sus objetivos.
Por lo tanto, el Real Madrid se queda solo ante el peligro en una competición plagada de titanes. El único representante español que tratará de plantar cara a los Bayern, Manchester City, PSG, Liverpool o Chelsea.
Si nos centramos en el segundo escalafón de Europa, tenemos amplia presencia. A las incorporaciones de Barça y Sevilla hay que sumar a un Betis líder en su grupo y a la Real Sociedad, que venció a un clásico como el Manchester United, y que tan solo a encajado 1 gol en la competición a falta de un partido. Cuatro representantes que junto al Arsenal, Manchester United y, tal vez, Lazio parten como favoritos del torneo.
Sin olvidarnos del Villarreal en la Conference League, lo que está claro es que el fútbol español opta a ganar títulos en estas dos últimas competiciones, pero se ve lejos de competir en la máxima categoría del fútbol europeo (siempre con la excepción de un Real Madrid que en Europa se crece).
La fuga de talento nacional, la amplia diferencia de presupuesto y el propio bajón atractivo de la competición, hace que los clubes españoles tengan una brecha muy amplia hasta los gigantes antes mencionados.
El propio bajón de los clubes españoles, es algo que puede repercutir directamente en el rendimiento de la propia selección. Si bien apuntábamos que varios jugadores han acabado por traspasar nuestras fronteras (Dani Olmo, Laporte, Fabián, Thiago, Diego Llorente o Carlos Soler entre otros) estos no son el grueso de la selección. Luis Enrique ha formado un equipo titular con mayoría de jugadores que militan en clubes de la Liga española, pero muchos de ellos o son muy jóvenes, o están en sus últimas etapas o no han alcanzado (al menos todavía) un nivel de rendimiento top mundial como ocurría en etapas pasadas.
Esto no es un hecho que imposibilite ganar títulos, ni para la Selección ni para los clubes españoles en Europa, pero sí que demuestra una vez más que nuestro fútbol ha pegado un bajón en los últimos años y, cuanto antes lo aceptemos, antes se podrán buscar soluciones.
Es evidente el descenso del nivel del fútbol español,y creo que la principal causa es la distribución de los ingresos por televisión que dificulta no sólo la competencia entre clubes nacionales sino que nos distancia de la Premier, y secundariamente facilita la salida de nuestros mejores jugadores,a la vez que impide la llegada de la excelencia desde fuera.
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