Buena tarde de fútbol se ha podido disfrutar en el estadio Tierra Santa. Las gradas llenas de colorido, ambas aficiones animando. No todos los días puede verse un partido así. Tras unas reñidas eliminatorias previas, por fin podremos disfrutar de otra edición de la Copa de Judea.
Como siempre, otra vez ha llegado a la final el equipo formado por los Centuriones de Roma. Su defensa férrea, unido a la facilidad para sacar espada cuando le roban el balón, hacen del equipo presidido por el César un fijo en todas las profecías para levantar el título.
Poncio Pilatos disfruta haciendo jugar con una presión muy alta casi invasiva, que agobie y marque muy de cerca al rival. Que no salga de su área. Han eliminado entre otros equipos al siempre combativo Cartago, victoria que otorgó mucho crédito al proyecto deportivo de Poncio.
Recordemos que la Copa de Judea nació fruto del aburrimiento. Estando en el trono de Egipto Movistarmon I, hijo de Vodafonis II, unos comerciantes nómadas introdujeron en el Nilo una bola realizada con piel de animal rellena de arena. Al principio, se vendió como bola que combatía el estrés mediante un masaje de pies. Al tercer pie roto (había que golpear con todas las fuerzas posibles la bola para descargar todo lo acumulado) se planteó una nueva estrategia de marketing.
Dichos comerciantes venían de Grecia: Nikecopulus y Adidásteles. Ante el enfado de Movistarmon I, decidieron organizar una sesión en grupo para demostrar la inocencia de la esfera, aludiendo a que los egipcios no sabían golpear.
La solución: dos equipos teniendo que llevar la bola hasta el cubículo rival, noventa minutos de sesión de relax. El que más bolas y más relax mostrase al final, ganaría el favor del Faraón y un becerro de oro. Había nacido sin saberlo el deporte más grande de todos los tiempos. La Plaga C.F. entrenado por Moisés, fue el primer equipo en levantar la Copa Judea.

Regresando al presente, Poncio Pilatos no puede confiarse en absoluto. Tendrá que medirse contra un equipo joven israelí que ha hecho las delicias de la afición con su juego asociativo. Son un equipo muy sacrificado con un inamovible sistema de 0–10–1. Todos marcaje al hombre y balones a Jesús que haga el resto. Regatea, centra y remata. Literalmente.
Una auténtica revolución y genialidad el jugar sin guardameta. Y encima, llegan como equipo menos goleado. Los delanteros rivales nada pueden hacer ante el muro de fuego que se coloca en la portería cada vez que pisan área. No podrán contar en la finalísima con Judas, sancionado hasta conocer la condena definitiva de la Federación tras descubrirse que amañaba partidos.
Apóstol F.C. ha eliminado al Judea, la sorpresa sin duda de esta edición, y en una polémica tanta de penaltis han logrado echar a la arena al A.C. Fariseos. Recordemos que su portero Lázaro no se movió en ninguno de los lanzamientos, provocando todo tipo de conjeturas. La Federación sigue estudiando las imágenes antes de dar a conocer su informe.
Apóstol F.C. y Centuriones de Roma se verán las caras por primera vez en la competición y los ánimos no podían estar más caldeados. Cruces de declaraciones y mucha provocación de la afición romana. Esperemos ver un juego limpio y un gran partido.
Aunque sea por el bien de este bello deporte. Más información detallada sobre los onces y banquillos tras la publicidad…