El fútbol es una religión para muchos aficionados, cosa que me parece exagerada. Pero en Glasgow, fútbol y religión han ido de la mano desde tiempos impertérritos. El Celtic es el equipo de los católicos y el Rangers el de los protestantes, hasta el punto de fichar a jugadores exclusivamente de esas religiones hasta no hace muchos años. Curiosamente, un católico que se santiguaba ante los protestantes en cada gol o cada vez que saltaba al césped es nuestro protagonista de hoy y responde al nombre de Gabriel Omar Amato.
El argentino nació tal día como hoy de hace cuarenta y nueve años en Mar del Plata y, antes de dar el salto a Europa, defendió la camiseta de CA Aldovosí en Tercera División, y en la Primera argentina las del Club de Gimnasia y Esgrima de La Plata, CA Boca Juniors, CA Independiente, CA Huracán, CA River Plate y CA Banfield. En Europa jugó, a parte del ya citado equipo escocés, en el Hércules CF, RCD Mallorca, Real Betis Balompié, Levante UD y Albacete Balompié. También pasó brevemente por el Gremio FBPA brasileño.

Gabriel Amato era un incordio constante para los defensas. Era el típico delantero luchador, que no huía del contacto físico, potente en el juego aéreo y un excelente y decidido rematador. Quince años fue la duración de su carrera profesional, en la que disputó, a nivel de clubes, quinientos diecinueve partidos en los que anotó ciento veintiséis goles. Sus títulos más importantes los logró con CA River Plate (dos Torneos Apertura y una Copa Libertadores) y con el Glasgow Rangers FC (una Liga y una Copa escocesa)
Su paso por España
Aquí en España donde mejor rindió fue en Mallorca y Sevilla. Con los baleares logró el subcampeonato de Copa y un meritorio quinto puesto siendo un equipo recién ascendido. Su compatriota Héctor Cúper supo sacarle un rendimiento notable, logrando catorce goles entre la Liga y la competición copera. Con los verdiblancos contribuyó de manera decisiva en el ascenso a Primera anotando dieciséis goles en su primera temporada y cinco en la segunda, en la que perdió protagonismo en el once titular.
Con el Levante UD también logró un buen número de goles (catorce) en la campaña 2002-2003. Gabriel Amato compartió delantera con Predrag Mijatović, en la que fue la última temporada en activo del crack montenegrino, pero el equipo levantinista no consiguió ascender a Primera División, quedando en cuarto lugar a seis puntos del tercer clasificado, el Albacete Balompié. Precisamente en el equipo manchego recaló Amato para jugar sus últimos partidos en la máxima categoría española. Aunque su rendimiento con los del Carlos Belmonte fue insignificante (ocho partidos y cero goles), siendo traspasado en enero al CA Banfield, club donde colgó las botas.

Tras retirarse formó parte del staff técnico encabezado por Matías Almeyda que logró devolver al CA River Plate a la Primera División argentina, éxito que repitieron con CA Banfield un par de años más tarde. Con el que fuera jugador del Sevilla FC, entre otros, también estuvo en el CD Guadalajara mexicano. Precisamente en ese país Gabriel Amato ha sido noticia en los últimos días, al no aceptar el CF Monterrey al equipo de ayudantes que Matías Almeyda quería para hacerse cargo de Los Rayados, entre los que estaba nuestro protagonista de hoy.