Todo era un camino de rosas en el Sevilla para Aleix Vidal pero éste se marchitó al fichar por el Barcelona. Su brillante trayectoria en el conjunto de Nervión le sirvió de trampolín para que la entidad azulgrana se hiciera con sus servicios en verano de 2015. La intención del cuadro técnico era que le hiciera la competencia y disputara la titularidad en el carril derecho a Dani Alves, hasta esa fecha indiscutible en el once. Pero poco a poco se fue viendo que no lo tendría fácil.
No pudo jugar un partido oficial hasta enero de 2016, al tener el club que cumplir la sanción de la FIFA de no poder fichar hasta esa fecha. La irregularidad marcó esa primera temporada al margen de sus dificultades de adaptación y de no acabar de ganarse la confianza de Luis Enrique. Todo parecía que iba a cambiar en la presente, tras la marcha del lateral brasileño a la Juventus pero el entrenador enseguida optó por transformar a Sergi Roberto en carrilero y dejando fuera de las convocatorias a Aleix a la par que en las ruedas de prensa no escondía que el de Puigpelat debía mejorar su rendimiento si quería entrar en la dinámica del equipo. Desde fuera, muchos no entendieron el ostracismo hacia un jugador que nunca había creado problemas. Recordar que incluso, ‘Lucho’ le dio permiso para casarse dos días antes de enfrentarse al la Real Sociedad.
Fue titular en Liga ante el Alavés en la primera vuelta disputado el 10 de septiembre y no volvió a gozar de ella hasta el 30 de noviembre frente al Hércules, encuentro correspondiente a los dieciseisavos de la Copa del Rey. Entre ambos hubieron 19 duelos en las que no fue convocado. En dicho partido ante el conjunto alicantino, todo empezó a cambiar. Aleix cuajó una gran actuación e incluso obligó al técnico a reconocer en rueda de prensa que se había equivocado con el lateral. Pero pese a todo, siguió alternando titularidades con suplencias y algún que otro partido fuera de la lista. Ante el Borussia en Champions, volvió a destacar su gran partido, siendo dueño y señor de la banda derecha, disputando todos los minutos, con gran presencia atacante y suya fue una gran asistencia que Arda Turan culminaría en gol al margen de llevarse el reconocimiento de la afición.
En un mes ha sumado varias asistencias y dos goles: los que le marcó a Las Palmas y Athletic, éste último convirtiéndose a la par, en el número 100 del equipo en lo que iba de temporada. Comenzaba a verse la luz al final del túnel, si a ello le sumamos que parecía titular indiscutible para la próxima final que se disputará en mayo ante el Alavés por la expulsión que vio Sergi Roberto en la vuelta de la semifinal, pero no será así.
Cuando Aleix, se había repuesto a otro golpe, sumado a los rumores de marcha en el mercado invernal, a no contar para el técnico, a base de esfuerzo, trabajo y sobretodo constancia y creer en sí mismo, parecía que todo se encauzaba, pero Mendizorroza le volvería a poner una traba más en su nada fácil camino.

Transcurría el minuto 92 cuando fue a por un balón dividido junto a Theo Hernández y la mala fortuna quiso que saliese con el tobillo luxado. Tal y como informó el parte médico del club, requirió reducción en el hospital y el tiempo estimado de baja es de unos cinco meses, por lo que automáticamente dice adiós a lo que resta de temporada.
Un año con sombras y luces, pero que el catalán siempre ha sabido aguardar su momento, sabedor de que llegaría. Lo único que no contaba, es que sería efímero. Pero Aleix volverá, lo hará como ya ha demostrado otras veces, más fuerte que nunca, para volver a ganarse el puesto en el carril derecho.