Podríamos decir de la Bundesliga alemana, a grandes rasgos, que es un torneo en el que el Borussia Dortmund arranca muy bien, pero que acaba ganando el Bayern Munich. Hemos visto en varias ocasiones a los negriamarillos empezar el campeonato con muy buenos resultados, dar la impresión de que podían llevarse el título, y acabar desplomándose en la segunda mitad de la temporada. La diferencia es que este año ni siquiera está siendo así, ya que el BVB se encuentra quinto clasificado y le cuesta mucho vencer, poniendo a su técnico, Lucien Favre, al filo del abismo.
Con los rumores de la posible llegada de Mourinho al club renano, los de Dortmund empataron este fin de semana a cero en el derbi del Ruhr frente al Schalke 04. Tras la trabajada victoria de la semana pasada ante el líder Mönchengladbach, aguantan a tres puntos de distancia del primer puesto, pero sin dejar sensaciones demasiado buenas. Además, las bajas no ayudan a ello, como veremos más adelante.
Tácticamente, Favre no ha modificado el dibujo ni el espíritu de los últimos años de este Borussia Dortmund. Ese reconocible fútbol alegre, rápido y con buen trato del balón, que alcanzó sus mayoras cotas con Jürgen Klopp al mando.
Para ese fútbol ofensivo y vivo, Favre usa un 4-3-3 en el casi año y medio que lleva al frente de este equipo. Dibuja un esquema en el que existe mucha movilidad, sobre todo en el último tercio del terreno de juego, donde las posiciones cambian constantemente, así como las formas de usar las bandas. En ocasiones, los extremos se abren para pegarse a la cal, en otras ocasiones, rompen hacia el interior para dejar el espacio a los laterales.
No desdeñan la combinación entre líneas por el carril central, busca romper con la velocidad y la habilidad de los atacantes, tiene jugadores con buen pie en el centro del campo, y laterales que asoman arriba. Bajas como las de Schmelzer, Götze o Alcácer (sobre todo), han complicado al técnico suizo el compendio de un once equilibrado.

Con algunas rotaciones y modificaciones puntuales, el once tipo del Borussia Dortmund no es demasiado difícil de definir en la mayor parte de sus líneas. En portería es un fijo Roman Bürki. Rápido y flexible, el portero suizo está teniendo intervenciones de cierto mérito, y es frío y correcto con el balón en los pies, ayudando a dar los primeros pases en la fase de creación con un saque preciso.
En defensa, los laterales clásicos y veteranos serían Piszczek y Schmelzer. No obstante, Schulz está teniendo más opciones en la izquierda y, últimamente, el central Akanji está ocupando muchos minutos en la banda como lateral derecho. Están las opciones del portugués Guerreiro en la izquierda y de Achraf Hakimi, al que Favre prefiere situar más arriba, pero que podría ocupar cualquiera de los dos laterales con fiabilidad.
Para los centrales, la vuelta de Hummels le hace un fijo en la alineación. Junto a él, en los últimos partidos, está incluyendo a Weigl como central derecho. El pivote reconvertido, mejora la salida de balón del equipo, pero tiene ciertas limitaciones en el trabajo defensivo, que Hummels, lejos de su mejor forma, no logra compensar.
Por delante, un doble mediocentro con mucha potencia física, formado por el belga Witsel y el danés Delaney. De los dos, el primero de ellos cuenta con más recorrido que el segundo. Axel Witsel apoya de forma más directa la salida de balón desde la defensa, se acerca más a posiciones de remate y salta a la presión avanzada. Por su parte, Delaney actúa como ancla, guardando más la posición y tratando de caer a bandas a cubrir la espalda de los laterales.
Por detrás del punta, la movilidad, las combinaciones rápidas y el cambio de posiciones es constante. La llegada al equipo de Thorgan Hazard y Julian Brandt, junto con Sancho, forman un tridente que pueden ocupar cualquiera de los puestos de esa mediapunta aportando juventud y dinamismo. Junto a ellos, hay que darle presencia a Reus, que puede ocupar el puesto de delantero centro, pero que el año pasado mostró grandes números como segunda punta. Bruun Larsen está teniendo poca presencia esta temporada, pero en esa línea Favre sí está incluyendo mucho a Achraf Hakimi y, menos, a Guerreiro.

En punta, la baja de Alcácer en el último mes está siendo un duro problema para los de Dortmund. No tienen en la plantilla ningún otro goleador de nivel, por lo que deben contar con remiendos como Götze, Reus o Brandt para ocupar esta posición con suerte dispar.
Como decíamos, en fase ofensiva suelen iniciar en combinación, para acelerar mucho el ritmo una vez que pisan campo rival. Para los ataques en estático, abren el campo y asoman lanzadores a la frontal del área para buscar disparos lejanos. Si encuentran espacios, sus mediapuntas son letales.
En velocidad, los cruces y aclarados de estos mediapuntas son una seña de identidad. Gustan de arrancar en diagonal, dejando espacio para que puedan llegar los laterales si es necesaria su participación. Entonces, los mediapuntas buscan la zona del punto de penalti para tratar de rematar.
Cuando Alcácer está en el campo, tienen además el olfato de un llegador a zonas de desmarque y remate que les da un plus de peligrosidad. El problema es la ausencia de un sustituto de garantías para el valenciano.
Tienen buenos rematadores para las acciones a balón parado, como Hummels o Delaney. Aun así, suelen buscar saques en corto y jugadas con cierto grado de ensayo.

En defensa son de esos equipos que inician la transición dando un paso hacia delante. Con Witsel como faro, presionan fuerte, alineandose el mediapunta central con el delantero para defender en un 4-4-2.
Esto les hace recibir muchos ataques con espacios abiertos. Con laterales tan ofensivos y una presión tan alta, es relativamente fácil tomarles con hueco a la espalda. Además, si Akanji no consigue llegar a la ayuda, Hummels y Weigl andan un poco torpes para frenar a atancantes que sean rápidos.
Al defender el balón parado, realizan marcajes mixtos. Les cuesta mantener esa atención defensiva y, en esta fase en la que nada termina de funcionarle bien al Dortmund, les están rematando demasiado.
Así las cosas, con la vuelta de Alcácer, ya muy próxima, debería aumentar la producción goleadora del equipo y disipar los nubarrones que se ciernen sobre Favre. No obstante, una vez que la rumorología le ha situado en el punto de mira, incluso aunque Zorc (el director deportivo) le haya reafirmado en su puesto, el veterano suizo tiene la espada de Damocles sobre su cuello.
Aunque suene extraño poder ver a Mourinho en un equipo con el estilo tan marcado, sea el portugués u otro el próximo ocupante del banquillo local del Signal Iduna, no parece que los negriamarillos mantengan al mismo técnico el próximo año. En el curso presente, aunque les queda la opción de luchar por la Bundesliga y de sobrevivir en la Champions, las sensaciones son peores que los números, y parece difícil apostar por verles conseguir un título.

Eso sí, el vértigo, la velocidad y el juego vertical, siempre nos dejará la opción de ver buenos partidos con el Borussia Dortmund en el campo. Un equipo casi siempre divertido, que lleva algunas jornadas en un pequeño bache, pero que esperamos volver a ver brillar.