Anda el Athletic triste y desvaído, arrastrando una depresión caballuna que hace algo más de un mes parecía impensable. Allá por finales de agosto eliminaba al potente -aunque venido a menos, la verdad- Napoli de Rafa Benítez con solvencia y seguridad. Incluso los más “chulos” -entre los que, tristemente, me encuentro-, visto el sorteo de Champions, no sólo aventuramos que pasaríamos a octavos sin problemas, incluso si me apuran, primeros de grupo, y, por qué no, soñábamos con ser el Atleti de la temporada 2014-15. Todavía estoy aterrizando…
Y a primeros de octubre, cuando el otoño lanza sus primeros zarpazos, anda antepenúltimo, con 4 raquíticos puntos y, lo que es peor, unas sensaciones malas de narices. Podríamos echar un vistazo al grupo de Champions para quitarnos este pesar, pero resulta que teniendo como parejas de baile a Oporto, Shaktar Donestk y Bate Borisov, es colista y con un panorama más bien desolador, habida cuenta que sus dos próximos partidos son ante el Oporto de Julen Lopetegui.
Y bien, ¿qué ha sucedido desde ese alegre 27 de agosto para que el eufórico equipo entrenado por Ernesto Valverde se encuentre en una situación tan delicada? La verdad, no tengo ni idea. Pero intentaré echarme algo de luz a mí mismo.
Vayamos a lo más importante, el recurso humano, la plantilla. Sobre la temporada anterior, el único cambio relevante es la marcha de Ander Herrera al Manchester United, que no es baladí. Ander firmó una temporada 2013-14 notable. El arranque fue más bien soso, y de hecho, le costó hacerse fijo para Valverde. Pero de enero a finales de temporada, vimos al Herrera más competitivo y excelente de su trayectoria en el Athletic.

Pero claro, si vienen los ingleses, ponen la pasta y se llevan a Herrera… ¿Con qué se reforzó el Athletic? Pues con Borja Viguera (27 tacos), pichichi de la Segunda la temporada pasada. Y ya está. Hay algunos chavales del filial que coquetean con el primer equipo, tales como Unai López (18 años) o Ager Aketxe (20), pero poco más. No sé si es suficiente para suplir dicha baja. Muchos contábamos con que Beñat, fichado la temporada pasada pero casi ausente durante la misma, diera el salto de calidad que se le supone, y asumiera el rol de Ander. Pero de momento no está. Ni se le espera.
El equipo ha ingresado en dos años más de 70 millones por los traspasos de Javi Martínez y el citado Herrera, y la inversión en fichajes ha sido minima: Beñat (8 millones), Kike Sola (4), Rico (3) Viguera (1). Sólo Mikel Rico ha ofrecido, hasta la fecha, un rendimiento notable. El resto, bien por sus problemas físicos, caso de Sola, bien porque no parece estar pleno de confianza (Beñat), bien porque no es lo mismo jugar en Primera que jugar en Segunda (Viguera), no han agregado valor a la dinamización deportiva de la plantilla del Athletic.
¿Y qué esperaba un servidor? Pues hombre, para qué voy a mentir: jugadores con “licencia” para jugar en el Athletic hay pocos, y casi todos ellos -si alguno se me escapa, que me disculpe- juegan en el mismo equipo, Real Sociedad, club que tiene una tarifa plana en las cláusulas de rescisión de sus jugadores de 36 kilos más IVA. Vale, a esos precios, no te puedes hinchar a fichar, y además, sabes que las posibilidades de conseguir una rebaja en dicha cláusula son exactamente las mismas de que yo gane el Premio Planeta.
Pero bueno, quizá podías haber hecho un esfuerzo por Rubén Pardo o Iñigo Martínez -aunque no andamos escasos de centrales, precisamente, en estos momentos-… O incluso Yuri Berchiche podría ser un refuerzo considerable. Y poco más. Pero al menos, yo lo habría intentado… ¿Vale Pardo 36 millones? No. ¿30? Tampoco. ¿20? Noooo. Según Transfermarkt, su valor de mercado podría rondar los 10-12 millones de euros, cifra que puedo compartir. Y hay que entender que si ya pareció el robo del siglo (de la Real Sociedad al Real Madrid) el traspaso de Illarramendi, el de Pardo por idéntica cantidad parecería ya el atraco del milenio.
Otra opción es mirar a las islas (británicas) donde juega Arteta (32 años, y en su momento, sonó…), titular para Wenger (a pesar de sus reiterados problemas físicos), Azpilicueta (insustituible ya en el Chelsea de Mourinho) o Monreal (28 tacos, suplente de Kieran Gibbs). Sólo Monreal podría ayudar algo, ya que precisamente el lateral izquierdo es uno de los puestos donde, pese a la titularidad indiscutible de Balenziaga, no estaría de más algo de competencia; y de Arteta… Con todos los respetos, para gastarte unos milloncejos de nada en un jugador ya treintañero, yo apostaría por la cantera.

Pero la realidad es que los fichajes son los que son. Y van a ser los que van a ser (ninguno, me temo). Así que con estos bueyes tenemos que arar. Pero los bueyes no son malos. En agosto, jugaban al fútbol de escándalo. Muniain estaba que se salía, Aduriz las enchufaba, Iturraspe guiaba al equipo como el mejor. ¿Dónde, pues, está el problema?
Lo fácil es hablar del efecto Champions, el tener que jugar entre semana y todo eso. Pero yo no me lo creo. Más bien, pienso que ha sido un bajón físico-anímico-eufórico después de lograr la clasificación para la Champions al que se han sumado una derrota inmerecida en Málaga (1ª jornada), un tercer partido en el Camp Nou y, sobre todo, la derrota inesperada y tampoco demasiado justa ante el Granada en la 4ª jornada y otra más contra el Rayo Vallecano en el tiempo añadido en la 5ª. Y entonces, te encuentras con 3 puntos de 15, con un debú en Champions ramplón (0-0 y gracias ante el Shaktar), el equipo ocupando las últimas posiciones y empezando ya la rayadura de coco. Luego llegó la derrota ante el Bate Borisov y la (esperadísima) goleada en el Santiago Bernábeu. A Dios gracias, habemus parón de Liga por la Selección.
Valverde tiene algunos problemillas: la solución de unos depende de él; la de otros, no tanto. Aunque la temporada pasada, Gurpegi firmó un muy buen año, creo que, definitivamente, debería dejar su puesto en el equipo titular a San José. Esto es algo que tiene que decidir Valverde, y cuanto antes lo haga, mejor para todos. También ha sido decisión de Valverde rotar a Iraola y De Marcos en el lateral derecho.
Puede ser que Iraola ya no esté para jugar 90 minutos, 38 partidos al año, pero poner a De Marcos de lateral derecho es como echar gaseosa a un Ribera del Duero reserva del 2007. Iturraspe anda fuera de forma -muy fuera de forma, ojo-, pero cuando vuelva a ser el que todos esperamos, el equipo encontrará el equilibrio que ahora mismo le falta. Es curioso también que Ander sea de esos tipos que alterna una temporada buena (la 1ª del Loco, la 1ª de Valverde) con otra menos llevadera (la 2ª de Bielsa, ¿la 2ª de Valverde?).
Tampoco están en un buen momento Rico y Susaeta, y el equipo lo nota, pero más se nota aún el bajonazo que ha pegado Muniain después de empezar la pre-temporada como un cohete. Hay que esperar que Ibai vaya cogiendo la forma -tanta lesión mosquea ya…- y hay que incentivar a los delanteros que pelean con Aduriz por el puesto titular, ya sea Guillermo, ya el propio Viguera o incluso Sola, que a pesar de una buena pre-temporada, no parece contar gran cosa para Valverde. O ya “seperado” y todo, mirar al filial y probar con Williams, que las enchufa (de momento) que da gusto…
En resumen, creo que es un tema anímico-mental, más que otra cosa. De las cinco derrotas del Athletic en Liga, tres no se merecieron -sí, ya sé que las victorias no se merecen, se consiguen o no, y ya está-, pero eso hay que valorarlo. No es lo mismo perder como se perdieron esos partidos que hacerlo como este pasado domingo en Madrid. En Málaga le anularon un gol legal a Gorka y luego se dejó sin pitar un penalti, el Granada hizo el típico planteamiento de “me encierro, aprovecho la primera oportunidad que tenga y que sea lo que Dios quiera” y el Rayo marcó cuando el partido casi acababa. El equipo podría haber tenido de 3 a 5 puntos más, y nadie se habría llevado las manos a la cabeza, y la vida se vería de otra manera. No mucho mejor, pero no tan agobiados…
Tan solo las derrotas (previsibles) ante Barcelona y Real Madrid y el triste empate ante el Eibar tienen poco que objetar. Un par de resultados buenos, y el equipo volverá a venirse arriba. Si el equipo suma los 9 puntos siguientes en Liga (en casa, ante Celta y Sevilla, y fuera contra el Almería), algo díficil, pero factible (harina de otro costal sería jugar en Sevilla o Vigo…), la crisis deportiva puede ser historia ya en noviembre… Y aunque los resultados no acompañen aún, Valverde debe seguir apostando por las rotaciones. Los resultados terminaran llegando. Pero si no…