Ayer se enfrentaron en el Granada CF – FC Barcelona dos de las revelaciones de la actual Liga española. Se trata de los jóvenes Lamine Yamal y Bryan Zaragoza. El barcelonista y el granadista son dos jugadores con características parecidas. Encaradores descarados, que parten habitualmente de una banda pero nadie sabe a ciencia cierta dónde pueden acabar la jugada. De ese tipo de jugador que los argentinos llaman de potrero que tanto se estaba empezando a echar de menos en la actualidad. De esos que una excesiva profesionalización del fútbol base en las academias amenazaba con desterrar de los terrenos de juego.
En el caso del barcelonés de Esplugas Lamine Yamal, con solo 16 años, se convirtió ayer en el goleador más joven de la historia de la Primera División española. Pero no solo eso, sino que se ha hecho con un puesto fijo en los planes de Xavi y empieza a ser un habitual en las citaciones de la selección. También con La Roja ha batido el récord de precocidad goleadora, disipando las dudas sobre si su convocatoria respondía solo a la intención de asegurarse que no fuera a la selección de Marruecos.
A su lado, el malagueño Bryan Zaragoza bien pasaría por un veterano si comparamos edades. El suyo es un caso de maduración más tardía, si bien, con 22 años recién cumplidos, su aparición en la élite de la mano de Paco López, ha sido fulgurante. De hecho, también ha llamado la atención de Luis de la Fuente, que le ha convocado en sustitución del lesionado Yéremi Pino.
De padre marroquí y madre ecuatoguineana, Lamine Yamal creció en el multicultural y obrero barrio de Rocafonda, en Mataró, y toda su formación futbolística se ha llevado a cabo en La Masía. Precisamente a su barrio le dedica los goles, marcando con los dedos el «304», los tres últimos dígitos de esa parte de la provincia de Barcelona. Con 15 años recién cumplidos ya estaba en el Juvenil A del Barça, y siempre se le consideró la joya del fútbol formativo. Muy difícil batir más récords de precocidad. Ya es el más joven en jugar y marcar tanto con en La Liga como en la selección.
Xavi tiró de él a finales de la pasada campaña y no dudó en llevarle a los partidos de pretemporada. Sus buenas sensaciones alcanzaron su cénit en el Gámper. Saliendo en el minuto 80, con 1-2 en contra, dio una asistencia y participó en las jugadas de los otros dos goles, siendo fundamental en la remontada para el 4-2 final. Simbólicamente, recordó a aquel Trofeo Joan Gámper en el que el mundo del fútbol descubrió a un tal Leo Messi.
La historia de Bryan Zaragoza es la del fútbol de calle y regate. Con cara de niño travieso y tinte rubio en el pelo, su escaso 1’64 metros de altura encierra ese talento de los que, con solo verle, sabes que la va a liar. Los defensas también lo saben, pero aun así, se la acaba liando como ayer a Koundé en su segundo gol. En su Málaga natal pasó por la cantera de dos clubes formativos importantes en esa ciudad. Arrancó en el CD Tiro Pichón, donde, al llegar a su edad juvenil, no quisieron tenerle en el «A». Por ello buscó salida a otro importante club de la cantera malagueña, el CD Conejito, donde destacó y empezó a buscar un salto hacia clubes que pudieran darle un futuro profesional.
La primera opción era el propio Málaga CF, por un convenio firmado con el Conejito, pero en el primer club de su ciudad no se mostraron interesados. Ya saben, ese típico rechazo al jugador bajito y «librepensador». Real Valladolid y Real Betis también le tuvieron en cartera. Finalmente Bryan y su familia, muy importante a lo largo de su carrera, se decidieron por cercanía a enrolarse en el Granada CF. Allí ascendió rápidamente del juvenil al segundo equipo, saliendo cedido a sus 19 años al Poli Ejido como forma de madurarle como futbolista.
Fue Robert Moreno quien le hizo debutar con el primer equipo, hace ya un par de años en un partido de Copa ante el CD Laguna. Posteriormente, con Karanka, sus debilidades tácticas y defensivas le hicieron contar menos. Como en toda su carrera, ese fútbol tan natural, tan de barrio, de mirar hacia arriba y encarar a quien se le ponga delante, le hizo ganarse las reticencias de un nuevo entrenador. Pero Paco López sí ha sabido confiar en él, y Bryan se lo está devolviendo con creces, siendo una de las sensaciones de la temporada y la gran ilusión del Granada. Sobre todo tras la fugaz salida de Samu Omorodión, la otra joven joya nazarí.
Con perfiles parecidos, Lamine Yamal tal vez sea más cerebral, más flexible en cuanto a soluciones a adoptar en el campo, y por tanto, más adaptable al fútbol profesional. Bryan Zaragoza es un loco de la velocidad y del desequilibrio. Veremos si la madurez le hace equilibrar algo mejor esa toma de decisiones en el campo. Hablando de madurez, ambos han tenido pequeños problemas de indisciplina en momentos previos. En el caso del malagueño, pequeñas travesuras en la residencia del Granada CF que, eso sí, hacían que sus entrenadores incluso le amenazaran en más de una ocasión con mandarle de vuelta a su casa.
En el caso del barcelonés, llegó a ser desconvocado en marzo por la selección sub 17 de Julen Guerrero por un acto de indisciplina que no trascendió oficialmente, junto a otros dos compañeros, Muñoz y Fortea, cuando se encontraban concentrados en El Algarve. Pecadillos de juventud, hasta el momento, que esperemos que no se repitan.
Como sabéis que me gustan los datos, vamos a comparar algunas variables cuantitativas de ambos jugadores para hacernos mejor una idea de su impacto en lo que va de temporada. Ambos han disputado las nueve jornadas transcurridas, aunque Zaragoza ha partido de titular en un partido más, en seis, por cinco de Yamal. También el malagueño ha jugado más minutos, el 75% de los disputados, por el 60% del catalán.
Ambos empatan a una asistencia, pero el granadista lleva cinco goles anotados por solo uno del barcelonista. También están igualados a dos balones en los postes en lo que va de Liga. Yamal tiene más presencia en el juego, con 59 toques por cada 90 minutos, frente a los 41 de Bryan. También de media por partido, el del Granada también pierde más balones, 18 por 14, cae algo más de en fuera de juego, 0’7 por 0’4 veces, y recupera algo menos, 2’6 balones por 3 de Yamal.
Más allá de la cantidad de goles anotados, Zaragoza es más efectivo a la hora de convertirlos. Llegan a las redes el 36% de sus lanzamientos, por el 11% de Yamal. Aunque dispara poco más, 2’2 por 1’7 veces por partido, tiene mejor puntería. El 71% de sus tiros van a portería, frente al 44% de Lamal.
En cuanto a la distribución de juego, Bryan crea con sus pases 1’3 ocasiones por 1 de Yamine. No obstante, el del Barça participa mucho más en la creación, con 36 pases intentados por partido frente a 16 del granadinista. También tiene mucho mayor acierto, con el 85% de sus pases frente al 65%. Apenas juegan en largo, 0’2 veces Yamal por 1’1 de Zaragoza. Eso sí, el barcelonés ha acertado en todos sus pases largos, mientras el malagueño solo en el 14%.
También es más preciso en los centros Yamal, ambos lo intentan de media cuatro veces por partido, pero el catalán acierta en el 29% por el 19% del andaluz. Zaragoza no intenta pases en profundidad, al fin y al cabo la profundidad ya la da él. Mientras, Yamal busca 0’4 por partido. En campo contrario, Yamal da 27 pases correctos por partidos, mientras Zaragoza solo da 8. Eso sí, el del Barça solo da 5 de esos pases hacia delante, por los 6 que da Bryan, a pesar de dar menos pases totales. Todo esto se encuentra muy mediatizado también por el estilo de juego de cada equipo, que lleva, por ejemplo, a que Lamine dé 31 pases cortos correctos por partido frente a los 10 de Bryan.
A pesar de que las acciones defensivas siempre han sido el talón de Aquiles que los entrenadores le encontraban a Bryan Zaragoza, la estadística dice que entra en 15 duelos por partido frente a los 11 de Lamine Yamal. Aunque el del Barça hace más entradas a ras de suelo, casi dos, por menos de una del jugador nazarí. Comete también más faltas el barcelonista, una por partido, frente a una cada dos partidos de Zaragoza. Sorprende que por alto luche el pequeño jugador del Granada 1’1 balones por partido, con éxito en el 43%. Yamal lucha 0’8 con solo un 25% de ellos ganados. También lucha más balones rasos Zaragoza, 13 por 11 de Lamal, pero gana más el catalán (60% frente a 51%).
Una de sus especialidades es el regate, que logra Zaragoza más de 4 veces por partido, por algo menos de 3 de Yamal. Aunque Yamal es más efectivo, con éxito en el 75% de las ocasiones frente al 50% de Zaragoza. Con ese tipo de juego, ambos logran 1’9 faltas a favor en cada encuentro. En el caso del jugador del Granada, también ha forzado un penalti.
Yamal ayuda más en defensa, con casi un despeje y una intercepción por partido. Mientras, Zaragoza aun no ha despejado ningún balón y solo intercepta un balón por cada cinco partidos. Por último, Zaragoza ve más tarjetas, 0’4 por 0’2 de Yamal.
Espero que este artículo haya servido para conocer mejor a dos jugadores de un tipo que parecía en vías de extinción pero que, tal vez por ello, es altamente valorado en el fútbol actual. Larga vida a los regateadores y muchos años de disfrute para estos dos niños descarados: Lamine Yamal y Bryan Zaragoza.
La presencia de estos jugadores,aparte de su aportación individual y a su club de pertenencia,aporta al fútbol nacional un interés y una alegria que el excesivamente encorsetado patrón habitual del cada vez más disciplinado empleo táctico permite,y requiere para su aprovechamiento de entrenadores que sepan manejarlos y darle un punto de libertad sin desordenar excesivamente al resto del equipo.
0