A finales de los noventa y en los primeros años del siglo XXI, Boca Juniors vivió una época maravillosa con Carlos Bianchi en el banquillo, con Juan Román Riquelme mandando sobre el césped y con Martín Palermo metiendo un gol tras otro. Hoy, el espigado delantero argentino, cumple 44 años.

Uno de los momentos mas brillantes y celebrados por la afición xeneize fue la victoria en la Copa Intercontinental de 2000 frente al Real Madrid. A los seis minutos Boca ganaba 2-0 con un doblete de Palermo. Recortó distancias Roberto Carlos, pero el marcador no se movió más y el título viajó a Buenos Aires. Solo un mes después de este histórico triunfo, el delantero platense hizo las maletas para recalar en las filas del Villarreal CF en el mercado de invierno.
En el conjunto castellonense Palermo estuvo dos temporadas y media, en las que jugó 81 partidos y anotó 21 goles entre todas las competiciones. En verano de 2003 fichó por el Real Betis, pasando por Sevilla sin pena ni gloria, jugando solo 11 partidos y anotando 2 goles. En enero fue cedido al Deportivo Alavés, con el que estuvo a punto de ascender a Primera División. En Vitoria acabó su trayectoria en España. Llegó como unos de los delanteros más importantes del mundo y se marchó sin demostrar su valía.
Hay futbolistas que, por la razón que sea, están hechos para jugar en un club determinado. Palermo es uno de ellos. Regresó a Boca tras su fallida carrera europea para volver a triunfar: dos Torneos Apertura, un Clausura, una Copa Libertadores, dos Copas Sudamericanas y dos Supercopas Sudamericanas. 145 goles en 280 partidos. Con Argentina tan solo jugó 15 partidos, anotando 9 goles y participando en el Mundial de 2010.
Este resumen de la trayectoria y las estadísticas de la carrera de Martín Palermo está bien para hacernos una idea de sus números y sus equipos. No creo que haga falta hacer una descripción de su estilo futbolístico porque se trata de un jugador archiconocido. Como famosas son dos anécdotas negativas que fueron importantes en la vida futbolística del ariete argentino.
Una es la fractura de tibia y peroné que le provocó un muro del estadio Ciudad de Valencia. Palermo se acercó a los aficionados del Villarreal para celebrar un gol y una pequeña avalancha hizo que la pared cediera y cayera encima de la pierna del jugador amarillo. La otra anécdota es el fallo de tres penaltis en un mismo partido, concretamente en un Colombia-Argentina de la Copa de América de 1999.
Hoy, en el día de su cumpleaños, es un buen momento para acordarse de este gran delantero, carismático e histórico hasta el punto de que el gran Joaquín Sabina le incluyó en su canción Dieguitos y Mafaldas. Felicidades Martín.
¡Y qué delantera!
Aquel año Boca salió campeón
En La Bombonera
Ninguna bostera se puede quejar
Aunque le sobre razón si,
Pinta remeras en el corazón
Y con las caderas
Le toca a Palermo tocar el balón
La doce se altera