Será cosa de la típica imprevisión española, será por el exceso de burocracia de la FIFA o por los impedimentos de la Confederación Brasileña, pero la cuestión es que llevamos varias semanas mareando la perdiz con el asunto de la inclusión de Diego Costa en la Selección Española.
Aunque se esperaba que hubiera podido vestir La Roja en esta última convocatoria, de momento Del Bosque debe esperar para probar a Diego Costa en esa posición donde nadie termina de convencerle. Sin duda, Costa aportaría un punto diferente a esta Selección que puede merecer la pena probar. Esa chispa, la casta sin fin del atacante atlético, sus caídas a banda para progresar por fuerza y velocidad, su capacidad para desquiciar a los defensas rivales a base de pelea y provocación, además de la facilidad goleadora con la que se ha destapado en el presente curso, pueden convertirle en una opción más para la delantera nacional.
Pero es normal que la voluntad de integrarle en el grupo provoque dudas. A nadie escapa que su carácter no termina de casar con la imagen dada por la Selección Española en los últimos años. Vicente del Bosque en más de una ocasión ha declarado que el ejemplo de comportamiento de sus chicos era tan importante como sus victorias futbolísticas. Es un dato objetivo, por más que te guste Costa, que no es precisamente un ejemplo de comportamiento en un terreno de juego.

Luego queda por resolver también la cuestión burocrática. Brasil trata de jugar al ni contigo ni sin ti y tras contar con el jugador tan solo en una convocatoria para dos amistosos de la temporada pasada y no incluirle en la lista para la Copa Confederaciones, ahora que flirtea con España Scolari vuelve a interesarse por él. La normativa dicta que si un jugador disputa un partido oficial con una Selección no puede cambiar de Federación. El caso de Diego Costa tiene su complicación.
Diego Costa ha disputado dos partidos amistosos con Brasil, pero ninguno oficial. A la Canarinha no le quedan partidos oficiales por disputar de aquí al Mundial, por lo que se podría dar incluso el rocambolesco caso de que volviera a jugar con Brasil pero acabara jugando el Mundial con España. Lo que no podría ocurrir es lo contrario. En el momento en el que Diego Costa se enfunde la elástica española, al haber solicitado el cambio de Selección a FIFA, ya no habría vuelta atrás, aunque no fuera en partido oficial.
La intención del jugador, expresada públicamente, es la de jugar con España. En mi opinión el argumento patriotero de no contar con él por no ser español de nacimiento no tiene sentido. Un profesor en la Universidad nos decía que él era más español que ninguno de nosotros pese a no haber nacido en España, ya que pudiendo elegir también entre las nacionalidades alemana, marroquí y francesa, se quedó con la española.
He podido saber de fuentes del círculo personal del jugador que siente más resquemor por Brasil, al no contar con él para la Confederaciones, que amor por España. Si bien el compromiso por los colores que vista es máximo siempre en este jugador. Tampoco parece que vaya a tener problemas en convivir con compañeros de Selección que hayan sido rivales enconados en sus clubes, ya que olvida rápidamente las disputas ocurridas dentro del campo, si bien esas mismas fuentes me cuentan que no le perdona a Sergio Ramos que saliera tras un derbi en el que se intercambiaron escupitajos a quejarse ante la prensa. Desde luego supongo que a los compañeros, además, no les importará tener de su parte a la versión futbolística del primo de Zumosol.
Para los aficionados que no lo vean claro, imagínense por un momento: 13 de Julio de 2014, estadio de Maracaná, final del Mundial entre Brasil y España. Los casi 80.000 espectadores silbando a España y los once rivales con ganas de volver a pasarnos por encima. Pero formando con La Roja, el centro de las iras de los brasileños, el delantero más macarra del panorama internacional que desertó de las filas verdeamarelhas con unas ganas locas de callar a base de goles a quienes le gritan desde las gradas. Miren, yo tampoco estoy muy convencido de cómo encajará en la Selección, pero no me negaran que suena excitante.

Yo me lo llevaba a la selección con los ojos cerrados. Puede ser muy útil ya que no tenemos un delantero de su perfil y los que actualmente son seleccionables no atraviesan por su mejor momento.
En cuanto al tema de no haber nacido en España, me parece que en el mundo globalizado en el que vivimos no deja de ser una anécdota. Me ha encantado lo que tu profesor os dijo! Un fenómeno.
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Diego Costa es un jugador de lucha, de contragolpe, de pelarse con centrales y laterales, pero no sé si esas cualidades pegan con la Selección. Del Bosque ha probado con un 9 clásico y con un falso 9, y no creo que haya dado mal resultado. Pero, ¿encajaría igual de bien un 9 de brega en este mismo esquema? Tengo mis dudas. Prefiero seguir apostando por Negredo, Soldado, Torres y Villa.
Por otro lado, jugar siempre al límite lleva sus riesgos, sobre todo a nivel FIFA. Ya hay suficiente con Sergio Ramos como para preocuparse de que a otro se le vaya la pinza.
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Yo también pienso que no necesitamos a Diego Costa, que encima te puede dejar con 10 a la mínima. Como se pudo comprobar ayer, el estado de forma de Negredo es tremendo y creo que los partidos importantes los jugaremos con un 9 falso.
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Con Negredo y Soldado vamos más que sobrados. Además creo que sería contraproducente llevar nacionalizado a un brasileño jugando el mundial precisamente en Brasil. Tengo mis dudas de cómo aguantaría la presión. Además hay rumores de que con Sergio Ramos no se puede ni ver.
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Me temo que al final se decantará por la Selección que le dé mayor seguridad de ir convocado al Mundial, los sentimientos patrióticos le van a influir poco. Tampoco creo que la presión de jugar con España en Brasil tras «renegar» de sus orígenes le vaya a importar mucho, a lo mejor hasta le motiva. Veremos lo que pasa al final.
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Hola amigos. Opinión de brasileño: estoy de acuerdo con Paco Luna cuando dice que va con la selección que le de más certeza de que estará en el mundial, y creo que la certeza hoy es mucho mayor en España. En Brasil se valora poco a jugadores que se formaron fuera, a pesar de que esto está disminuyendo con el mundo globalizado y los brasileños yendo jugar en otros países cada vez más jóvenes. Diego no es muy conocido en Brasil y el pueblo ni tampoco la prensa brasileña presionan por su convocación. Sin la presión de la gente, ganan fuerza otros delanteros más conocidos: Bernard, Neymar, Jô, Lucas Moura, Pato, Fred, entre otros que están jugando bien el campeonato brasileño. Yo creo que tiene sítio en la «seleção», pero no creo que le llamen. Diego es consciente de las dificultades y creo que optará por España.
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