Eran aproximadamente las 20:20 del 17 de Mayo en el Vicente Calderón cuando Messi paró el reloj de la Liga. Tras dibujar una preciosa pared con Pedro y definir con un latigazo letal al que no pudo llegar Oblak se detuvo el tiempo y se definió una Liga con los dos mismos contendientes presentes que en la definición de la anterior, pero con diferente resultado.
Y el anterior título del Atlético se tornó en ceniciento pasado, y el «partido a partido» se vació de contenido, y la voracidad de Cristiano se transformó en una grotesca pose, y la intención fallida del Valencia de ser alternativa provocó una arruga más a Lim, y los logros del Sevilla fueron meras anécdotas, y todas las demás luchas por los puestos europeos o por la salvación quedaron en segundo plano. Porque Messi había reventado el reloj de arena de las 38 jornadas con su zurdazo.
Tres meses después, el reloj está cerca de volver a ponerse en marcha. Tras el aperitivo de los fichajes y las Supercopas, con dudas sobre el funcionamiento de los grandes, la Liga va a volver a arrancar.