Por si acaban de salir ustedes de hacer meditación trascendental en algún rincón aislado del mundanal ruido y no se han enterado, el sábado hubo un derby entre los dos equipos más poderosos de la capital. El Real Madrid se impuso por 1-3 al Atlético de Madrid en el Estadio Metropolitano, sobrepasándole en el segundo puesto de la clasificación y acercándose a seis puntos del FC Barcelona.
Fue un partido caliente, con polémicas, errores, roces, goles y emoción, del que se podría analizar prácticamente cada segundo de su metraje. No obstante, para mejor comprensión de los lectores, voy a resumir en cinco punto las claves para entender el Atlético de Madrid 1 – Real Madrid 3. Empezamos:
Clave 1: El Atlético vuelve al exceso de revoluciones
Entre 1999 y 2013, el Atlético de Madrid estuvo casi 14 años completos sin conseguir ganarle un partido al Real Madrid. Aquella final de Copa del Rey de 2013 en el Bernabéu fue como descorchar una botella de champán, una liberación que, por cierto, llevo a Courtois a cantar insultos contra su actual club desde el balcón de la Puerta del Sol (vivir para ver).
Durante esos 14 años, la mayoría de los derbis disputados en el Calderón tuvieron un guion similar: el campo era una olla a presión desde mucho antes, se gritaba y se cantaba como nunca, el Atlético salia enchfadísimo, corriendo y presionando como si la vida les fuera en ello, con el ojo inyectado en sangre… hasta que algún jugador, por esa sobreexcitación, tomaba una mala decisión y propiciaba un gol del rival.
Como en muchos de esos partidos, el sábado esa mala decisión fruto del exceso de ganas se produjo en los primeros minutos. Tres defensas rojiblancos saltaron con Ramos en un córner y el balón, mansamente rebotado, cayó en los pies de un solitario Casemiro, que se adornó con un escorzo para asegurar que enganchaba ese balón con potencia y precisión.

Desequilibrar cabeza y corazón no suele ser buen consejero para jugar al fútbol. El Atlético no supo navegar entre la presión con pierna fuerte y el desnortamiento. Esto derivó en tres goles recibidos que parten de errores defensivos y varias acciones de dureza innecesaria, como la que mandó a Thomas a los vestuarios. En el penalti, Giménez no llega a tiempo para frenar a Vinicius contra la banda y, en lugar de abandonar la idea de cazarle, lo hace demasiado tarde. El gol de Bale parte de un desajuste tras una subida de Arias mal cerrada por la retaguardia colchonera. Demasiado daño para ser remontado solo con coraje y corazón.
Clave 2: Solari ha encontrado petróleo
Pasará lo que tenga que pasar al final de la temporada. El fútbol te convierte en ángel y demonio con pocos días de diferencia y es un juego muy basado en el estado de ánimo. Pero ya parece un hecho comprobado que Solari ha encontrado el método para sacar petróleo del agreste terreno que heredó. Probablemente las lesiones le hayan ido ayudando a tener más libertad a la hora de hacer pruebas, pero es de alabar en el técnico argentino que haya tomado decisiones duras con jugadores de mucho nombre. Hasta el momento, el tiempo le está dando la razón, pero volver a competir, tras el mal arranque de temporada del equipo blanco, precisa de caminar por una cuerda floja.
No es que este Real Madrid de Solari sea una maravilla que vaya a pasar a los anales del fútbol mundial, pero ha encontrado el camino, la vía de estar equilibrado en fase defensiva y de encontrar portería en la ofensiva. Es un equipo que aprovecha mejor los espacios que el ataque posicional, con dos extremos abiertos, como Lucas Vázquez y, sobre todo, Vinicius, que le dan salida al equipo, y con Benzema, que no apareció demasiado en el Metropolitano, pero que se siente cómodo en su rol de recibir, descargar y acompañar la jugada, a veces desde su génesis. Si a ello le sumamos que las lesiones empiezan a ser más benevolentes con esa plantilla, que la preparación física, por parte de Antonio Pintus, parece mejorar, y que apuestas como la de Reguilón parece funcionar, nos da un Real Madrid bien armado para afrontar esta fase decisiva de la temporada.
Pero más allá de ser eficaz y contar con suficientes y buenos recursos, no resulta el Real Madrid un equipo excesivamente brillante. Cualquier pequeña duda, que puede llegar cuando los rivales vayan leyendo la nueva configuración de este equipo, se tomen en serio a Vinicius para frenarle o analicen por dónde pueden romperles la defensa, puede hacer retornar los vicios de la primera vuelta liguera. En Liga ha dado demasiada ventaja y será difícil no tener más resbalones con tantos partidos aun por delante, y en Copa y Champions se van a encontrar rivales fuertes.
Clave 3: ¿La mejor plantilla de la historia del Atlético?
Este verano se empezó a propagar como un mantra entre los compi – yoguis del periodismo deportivo patrio la idea de que esta plantilla es la mejor de la historia del Atlético de Madrid. Más allá de que no soy muy amigo de comparar a tan largo plazo, un escalofrío me recorrió el cuerpo, ya que la última vez que escuché repetir tantas veces esa etiqueta fue en 1999, y esa plantilla terminó bajando a Segunda División.

Obviamente, no va a ser el caso en esta temporada, pero más allá de elaborar rankings sobre la calidad de la plantilla, lo cierto es que este Atlético, como ya indiqué en otro artículo en Navidades, ahora mismo no es ni carne ni pescado. Comparado con el equipo que ganó la Liga y alcanzó la final de la Champions en 2014, probablemente este equipo tenga más jugadores de calidad, pero no nos engañemos, se ha sobrevalorado a la actual plantilla del Atlético. Aquel equipo del 2014 al menos era perfecto para el tipo de juego que se desarrollaba, eran un grupo de paramilitares dispuestos a complicarle la vida al más pintado, y eso les divertía.
Les propongo un pequeño ejercicio: sin contar a los porteros, entre los que podemos estimar un empate de nivel ¿cuántos de los diez jugadores de campo del Real Madrid que formaron el pasado sábado serían titulares en el Atlético? Yo diría nueve, dejando fuera solo a Reguilón. Por el contrario ¿cuántos colchoneros hubieran sido titulares en el Real Madrid? Siendo generosos, diría tres: Griezmann, Giménez y Lucas Hernández.
Esta plantilla del Atlético podría jugar mejor (otro lugar común muy de moda) pero jugando así no podría competir con Real Madrid ni con Barça. Para ello, tiene que volver a las maneras de boina verde que tan buen resultado le han dado en años anteriores. Eso sí, sin olvidar la clave 1 de este artículo, ya que este equipo no sabe jugar así. Ni carne, ni pescado. Ni compite jugando bonito, ni sabe mantener la cabeza fría para jugar fuerte. Un problema de autodefinición que es tan fundamental como complicado que resuelva
Clave 4: Cómo tener VAR y no acertar en ninguna jugada polémica
No es nada nuevo que un partido de esta rivalidad tenga por protagonista a los errores arbitrales, pero este año, por la implantación del VAR, parece que las equivocaciones sean más sangrantes. En mi opinión hay cuatro jugadas polémicas importantes y en las cuatro se equivocó el equipo arbitral. Aparte, reseñaré un error más en el que, entiendo, debió entrar el VAR y no lo hizo.
Parto de la base de que soy defensor del VAR antes de su existencia. En 2011, hace casi ocho años, escribí un artículo proponiendo la presencia de árbitros en un cuarto con pantallas de televisión para asistir a los colegiados de campo. Aparte de algunas cuestiones formales que, personalmente, cambiaría, el VAR me parece un buen invento. Decir que el VAR no funciona, o que falla, me parece tan absurdo como culpar al banderín de los errores de un juez de línea. La herramienta es buena, la forma en la que se utiliza es lo que genera algunos fallos difíciles de explicar.

Dicho lo cual, el partido pudo haber cambiado radicalmente en función de las decisiones que hubieran ido tomando los colegiados. El resultado pudo ser completamente diferente, ya que se dio una especie de tormenta perfecta de jugadas al límite, dudosísimas, en jugadas de claro valor gol. Vayamos por partes.
La primera jugada dudosa fue el gol de Griezmann, que se revisó por posible fuera de juego cuando la infracción se dio en la recuperación de balón por parte de Correa, donde hubo una clara falta sobre Vinicius. La segunda jugada fue el penalti señalado a Giménez sobre Vinicius, que parece ser por muy poco, fuera del área. La velocidad de la jugada no ayuda, además, el contacto en un concepto continuo, no existe un único momento de contacto, por lo que, ciertamente, es una jugada muy compleja por más vídeos de los que se disponga. La tercera es el gol anulado por fuera de juego de Morata, incomprensible ya que la consigna, desde hace años, se supone que es dejar seguir las jugadas de fuera de juego que sean muy justas. En este caso, me cuesta creer que alguien pueda defender que Morata estaba claramente por detrás de la línea defensiva en el momento del pase. Y la última, que terminó de enervar a la afición colchonera, es el penalti de Casemiro a Morata, que en directo puede generar dudas, pero visto en vídeo parece claro. Como bonus añadiría la expulsión de Bale por el corte de mangas tras el gol, entiendo que es una acción merecedora de roja directa y, como tal, resultaba pertinente para el VAR.
Tras la famosa jugada del penalti no pitado a Vinicius frente a la Real Sociedad, que provocó la protesta del madridismo en pleno (con Florentino llamando a Rubiales y Velasco Carballo saliendo a dar explicaciones públicas), es normal que gran parte de los atléticos sientan que los poderosos, con VAR o sin él, siguen beneficiándose de una tendencia favorable en lo que a jugadas interpretativas se refiere.
Clave 5: Puente aéreo (un Barça dubitativo)
La última clave no está directamente relacionada con el partido. El Barça no está del todo fino y está dejando que el Real Madrid se le suba a las barbas. Aunque parecía complicado que este año se volviera a dar la situación de las anteriores, con un Real Madrid que sestea hasta Navidad y se despierta para las eliminatorias de la Champions, la sombra de los merengues se vuelve a alargar.
El cruce de semifinales de Copa, que se decidirá en el Bernabéu, el conato de remontada en Liga, que aun les mantiene lejos y una eliminatoria que se prevé fácil ante el Ajax, puede lanzar a un Real Madrid a luchar por todos los títulos. Lo de conseguirlos ya depende de detalles que en años anteriores se han dado, pero que esta temporada será difícil que se repitan. Pero ya sería meritorio para Solari al menos acercarse a la victoria en las tres competiciones tras la sensación de haberse hecho cargo de un equipo desahuciado.

Fue un derbi que sirvió para intercambiar las tendencias entre los equipos capitalinos. Respecto a la mala primera vuelta de los blancos, se les está abriendo ahora una puerta a la esperanza en el momento clave de la temporada. Mientras, este Atlético sin definir va viendo como se le cierran las ventanas y le queda un durísimo cruce de Champions como solución para evitar una temporada triste.