Temidas por jugadores y aficionados, las tarjetas en el fútbol son un invento más reciente de lo que parece. En este artículo descubrirás en qué fecha se pusieron en marcha, quién fue el primer expulsado y el porqué en España se utilizaron cartulinas blancas.
Un problema Mundial
Durante tiempo, entre los mandamases del fútbol internacional, estuvo rondando la idea de mostrar de manera visual, clara y sencilla las amonestaciones del colegiado sobre el terreno de juego. Fue concretamente en el Mundial de 1962 en Chile cuando este pensamiento se tornó en imperiosa necesidad.
Nos encontramos ante uno de los campeonatos más violentos que se recuerdan. De hecho, el partido entre los locales e Italia es recordado como La Batalla de Santiago. El apelativo está ganado a pulso merced a los dos jugadores expulsados y a las intervenciones, en hasta cuatro ocasiones, de la policía quien tenía que calmar a un público que no sabía lo que sucedía en el césped. Al árbitro, Ken Aston se le fue el encuentro de las manos quedando tras el mismo profundamente frustrado.

Mientras tanto el problema seguía muy latente como posteriormente se comprobaría en el Mundial de Inglaterra de 1966. En un Inglaterra – Argentina de cuartos de final, el árbitro alemán Rudolf Kreitlein expulsaría al futbolista de la albiceleste Antonio Rattín quien no se había dado cuenta de la previa advertencia del colegiado por un problema de idioma.
Eureka, aparecen las tarjetas en el fútbol

La urgencia por poner orden sobre el césped iba en aumento, así fue hasta que de la manera más casual, como suele pasar con los grandes inventos, el propio Ken Aston daría con la solución.
Mientras conducía por la calle de Kensington, en Londres, el semáforo se puso en rojo a lo que Aston pensó: amarillo puedes aún pasar, rojo, alto, estás fuera del terreno de juego. Amarillo para apercibir y rojo para expulsar. Sólo quedaba un pequeño detalle, cómo representarlo de tal manera que el jugador fuera consciente del castigo.
La leyenda cuenta que al contarle Ken Aston sus preocupaciones a su mujer, ésta aparecería con dos cartulinas una de cada color. El árbitro inglés presentó su idea al Comité de la FIFA quien la recibió de muy buen agrado. En el Mundial de México de 1970 se puso el nuevo sistema a prueba y resultó todo un éxito extendiéndose por todo el mundo.
España y la tarjeta blanca
Por todo el mundo salvo en España donde convivieron durante un tiempo la tarjeta roja con una tarjeta blanca. La decisión fue tomada por Andrés Ramírez, Secretario de la Federación, quien pensaba que los colores rojo y amarillo podían ser confundidos por televisión. Y es que en aquella época la mayor parte de los hogares disponía de un televisor en blanco y negro. Como anécdota, el primer jugador de la Liga en ver la cartulina blanca fue el mítico Quini tras protestar de manera reiterada durante un Sporting de Gijón – Espanyol. Finalmente, sería en 1976 cuando se abandonara la tarjeta blanca pasando a la amarilla.
Desde su creación en 1971 ha habido expulsiones célebres como la de David Beckham en 1998 en el amistoso Inglaterra – Argentina o la de Zidane en la final del Mundial de Alemania 2006. Lo cierto es que gracias al bueno de Ken Aston no concebimos el fútbol sin las tarjetas.
Muy ilustrativo y curioso este artículo y la historia del uso de las tarjetas de amonestación en el fútbol y cómo una sencilla cartulina de color, con su semejanza con la luces de un semáforo, se ha convertido en un protagonista necesario pero indeseado del deporte.
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