Entre las celebraciones del Atlético de Madrid tras eliminar en unos épicos cuartos de final al F.C. Barcelona se colaba una sombra de duda para el sorteo de semifinales. Uno de los mejores porteros del mundo, talismán rojiblanco capaz de actuaciones más brillantes cuanto más difícil sea el reto, Thibaut Courtois, veía peligrar su participación en semifinales en caso de que el club que le mantiene cedido en el Atlético de Madrid, el Chelsea, fuera el rival. Como el fútbol tiene estos caprichos, la escuadra londinense fue designada rival para los rojiblancos, desatando una riada de consideraciones sobre su presente, su futuro… e incluso el de alguno de sus compañeros.
La impresión previa antes del sorteo era que el joven pero milagrero guardameta no podría jugar si el bombo deparaba al Chelsea mientras no mediara un pago cuya cuantía variaba ampliamente según el medio que recogiera la información. Estas llamadas «cláusulas del miedo» son bastante habituales, sobre todo en España. Estipulan el pago de una notable cantidad de dinero por parte del club que recibe la cesión de un jugador en caso de que quieran que éste pueda jugar contra el equipo propietario del futbolista. Así se evita o al menos se atenúa la cara de tonto que se te puede quedar si la actuación como cedido en otro equipo de un jugador del que eres propietario acaba perjudicándote deportivamente.

Parece que cuando el Atlético de Madrid goleó al Chelsea en la Supercopa Europea de 2012, los ingleses se percataron de que no era buena idea tener al espigado belga en contra cuando pertenecía a su propio equipo y quisieron incluir en el siguiente contrato de cesión esta cláusula.
No obstante, poco antes del sorteo de semifinales de Champions, la UEFA aclaraba que no daba validez a esa cláusula en función de la «estricta prohibición de que cualquier club ejerza o intente ejercer cualquier influencia sobre la participación de los jugadores de otro equipo en un partido». Esto calmaba a los aficionados rojiblancos, pero ¿es entonces la solución al problema tan simple como parece?
No lo creo, aunque los representantes del Chelsea se apresuraran a indicar tras el sorteo que por supuesto que el jugador podía disputar la eliminatoria. «Postureo» ante la amenaza de sanción de UEFA en caso de que se impidiera actuar a Courtois. Si existe una cláusula entre ambos clubes me temo que al Atlético le va a tocar pagar, de una manera o de otra.
El miedo a UEFA forzará el acuerdo del que Cerezo hablaba el domingo cuando decía que el Atlético era un club «caballero que cumple con lo que firma» y que Courtois jugaría la eliminatoria «porque habrá un acuerdo entre ambas partes». Que Diego Simeone dijera ayer que estaba seguro de que jugaría también hace pensar que el tema está avanzado. La duda es cómo va a pagar el Atlético dicho acuerdo.
Sabido es que la directiva colchonera está trabajando para ampliar otro año la cesión del belga. A pesar de la madurez que el jugador demuestra sobre el campo, solo tiene 21 años (10 menos que Cech, actual titular del Chelsea), por lo que los ingleses podrían aun exprimir los últimos buenos años de su actual portero y dar paso a Courtois más adelante.
Una cohabitación de dos guardametas de tan alto nivel no parecería lo más beneficioso para ninguno. Para el jugador, plenamente adaptado en Madrid, ampliar un año su cesión podría ser un mal menor, ya que su preferencia seguramente sería asentarse definitivamente en un club. Seguramente el hecho de que juegue esta eliminatoria influya en la negociación por la cesión del próximo año, sería una opción «esconder» el coste de la cláusula como pago por la próxima cesión.
Pero no solo puede influir en la negociación por la cesión del propio Courtois. Se viene especulando desde hace meses con la posibilidad de que Diego Costa abandone la entidad del Manzanares para recalar en Londres a las órdenes de Jose Mourinho. Se rumorea que el Chelsea facilitaría a Courtois disputar la semifinal si a cambio el Atlético facilita la salida de su delantero estrella, puede que permitiéndole salir a un precio menor que el de su cláusula de rescisión (60 millones de euros).
Sea como sea, mi impresión es que Courtois jugará contra el Chelsea, pero que alguna contrapartida, más o menos oculta, tendrá que ofrecer el club madrileño al londinense. No obstante, como los dioses del azar en el fútbol son tan juguetones, quien sabe si el bueno de Courtois no se lesionará poco antes del partido o será expulsado nada más arrancar la eliminatoria, desmontando el motivo de una negociación que, seguramente, estará siendo ardua para los dirigentes colchoneros.