Vivimos días de agitación en las secretarías técnicas de muchos equipos del mundo. El mercado de invierno coincide cada dos años con una competición que es tomada como algo más que un virus para los clubes: la Copa África. Al celebrarse en estas fechas, supone un éxodo masivo de futbolistas africanos en pleno ecuador de la temporada. Pero no sólo los jugadores del continente negro hacen las maletas estos días.
Desde el día 9 se disputa en Australia la Copa Asia 2015, la máxima competición del inmenso continente a nivel de selecciones y que también capta a algunos jugadores importantes en Europa. Además, se celebra por primera vez en Oceanía, adscrita desde 2006, lo que provoca un mayor tiempo de concentración por los largos viajes. Este torneo, que se celebra por decimosexta ocasión, es un auténtico desconocido para el gran público, por lo que intentaremos repasar las selecciones, estrellas y partidos que lo conforman.
El grupo A es el de los anfitriones, Australia, una potencia asiática como Corea del Sur y dos combinados árabes: Omán y Kuwait. Habiéndose disputado dos jornadas ha quedado patente el favoritismo de australianos y coreanos, ganando ambos partidos y citándose para la jornada final. Australia volverá a confiar en el talento del veterano Tim Cahill (NY Red Bulls), el todocampismo de Jedinak (Crystal Palace) y el relevo de Robbie Kruse (Bayer 04 Leverkusen).
Por su parte, la Corea del Sur del mítico Stielike tiene dos puntos de origen: Alemania y los países árabes. De estos dos enclaves provienen la mayoría de sus internacionales, destacando la columna vertebral alemana que forman: Kim (Hoffenheim), Son (Bayer 04 Leverkusen) y Koo (Mainz 05). Omán, ya eliminada, ha visto como su estrella, el portero del Wigan Al-Habsi ha encajado ya cinco goles. Y Kuwait apostaba por su delantero estrella, Al-Mutawa (Al-Quadsia), que estuvo a punto de jugar en el Nottingham Forest.
El grupo B es más incierto. Por un lado está Arabia Saudí, habitual en los mundiales. Tras perder ante China, acaban de golear a Corea del Norte. Sus estrellas son los delanteros de la liga local Hazazi (Al-Shabab) y Al-Sahlawi (Al-Nassr). La sorpresa la puede dar Uzbekistán, que ganó a los norcoreanos. Los exsoviéticos viven del talento de su jugador franquicia, Odil Akhmedov, mediapunta del Krasnodar y exjugador del gran Anzhi de talonario.
Por su parte, China ha empezado con buen pie ganando a los sauditas, gracias a un recogepelotas, y a los uzbekos. Tras la marcha de Camacho y la llegada de Alain Perrin el año pasado, los chinos llegan en racha de imbatibilidad. Desde hace más de diez años no poseen individualidades relevantes, aunque podríamos destacar al capitán Zheng (Guangzhou), con pasado en UK y fijo en el once rojo. Corea del Norte es la cenicienta del grupo y difícil lo tendrá para pasar. Se encomienda a su portero, Ri, hijo y nieto de guardametas, y a dos jugadores que juegan en la liga Suiza, Cha en el Wil de segunda y Pak en el Vaduz (Liechtenstein) de la Super League.

El grupo C podría ser calificado como “el de los petrodólares”. Irán, que es la excepción, es la favorita para liderarlo. Hace 38 años que no ganan el torneo. Por ello, confían en la sabiduría de Carlos Queiroz para sacar partido a los rojillos Nekounam y Ansarifard, y a los veteranos Masoud (Al-Shahania) y Dejagah (Al-Arabi). En un segundo plano estará Emiratos Árabes Unidos, que goleó en su debut a Catar y de la que conocemos muy poco.
La generación que consiguió el hito de clasificar a UAE para los Juegos de Londres, liderada por el delantero Khalil (Al-Ahli), es la base de este equipo. Si el potencial económico que despliega en los despachos Catar se reflejara en el campo no sería una selección tan débil. El argelino Belmadi, que jugó en el Celta de Vigo, se encomendará al centenario Bilal (Al-Gharrafa), al mejor jugador de Asia en 2006, Khalfan (Al-Sadd), y al olfato goleador del capitán, Abdullah (Al –Ahli). Por último, Bahréin intentará dar la campanada con un equipo desconocido. Su estrella es el delantero nigeriano, con pasado en Bélgica y Turquía, Jaycee Okwunwanne (Al-Mesaimeer).
Para acabar, el grupo D engloba a dos selecciones muy marcadas por su situación política: Irak y Palestina, y a Japón y Jordania. Japón es la gran favorita de las cuatro. Raro sería no ver en la final a los vigentes campeones, comandados en esta ocasión por el vasco Aguirre. Los nipones han conseguido reclutar entre sus veintitrés a cracks como Nagatomo (Inter), Honda (AC Milan), Kagawa (Dortmund) u Okazaki (Mainz 05). Irak, ganadores del torneo en 2007 con la generación que maravilló en Atenas 2004, pueden ser los tapados del grupo.
Basan su juego en dos emigrados: Meram (Columbus), nacido en Michigan y Ghani (Orebro), que llegó con tres años a Suecia. No hay que olvidarse de la leyenda Younis Mahmoud, ahora sin equipo. Liderada por el exinternacional inglés Ray Wilkins, Jordania espera llegar por tercera vez a Cuartos de final. Tras descartar al catalán Bawab, sus bazas son el goleador Deeb (Al-Riffa), con pasado en Bélgica y el medio Al-Saify (Al-Salmiya), con experiencia en Grecia. Palestina debuta y ya ha cumplido estando en Australia. Confían en: una promesa surgida en Suecia, Eid (Nykopings), un chileno nacionalizado que juega en Polonia, Norambuena (Belchatow)y el máximo goleador de la selección Un’Man (Al-Faisaly).
