Corría el año 1926, época en la que Ricardo Zamora hacía de las suyas bajo los palos de la portería del Español y se consagraba como uno de los mejores porteros del mundo, cuando nuestro país decidió dar el gran salto futbolístico para luchar por la profesionalización del deporte rey y aprobar el primer Reglamento de Fútbol Profesional Español que daría paso al nacimiento del campeonato nacional de Liga a principios de 1929.
Una decisión que nos otorgaría el privilegio de formar parte del apogeo de los equipos españoles, algunos de los cuales cuentan a día de hoy, con más de un siglo de vida.
Pero como suele decirse, las cosas nunca fueron tan fáciles como aparentaron y se necesitaron muchos meses de debate, encontronazos y reuniones, desde mitad de los años 30, para llegar a un consenso entre los equipos que querían formar parte de la gran competición debido a desacuerdos que podrían resumirse en el número de equipos que conformarían la Liga durante la primera temporada de su historia.
Una primera temporada que apenas contó con cinco meses de competición, desde febrero a junio de 1929, y que tan solo fue disputada por diez clubes de los cuáles seis habían sido seleccionados de forma directa por ser campeones de la Copa del Rey en ediciones anteriores. Además, se sumarían tres finalistas de esta misma competición cubriendo así nueve plazas.
Finalmente el Racing de Santander completaría el décimo puesto tras librar una eliminatoria que disputaron ocho clubes y del cual resultó ganador.
Un reglamento que ha ido evolucionando desde que se fundó oficialmente la Liga, y que actualmente nada tiene que ver con las normas utilizadas en épocas pasadas para regular el ascenso y descenso de categoría de los equipos españoles.

Pero no solo las normas para cambiar de división se han ido modificando a lo largo de casi 90 años de historia. Atrás quedó lo de otorgar dos puntos a la victoria, un punto el empate y cero a la derrota. Sería en 1981 cuando la Liga Inglesa decidió cambiar la puntuación de la victoria hasta tres puntos, abogando de este modo por el juego ofensivo. Los ingleses no compartían lo de conformarse con un empate, cosa que sí funcionó en España hasta la temporada del año 96.
Tampoco la moda ha querido separarse del deporte más popular y ha evolucionado junto a él temporada tras temporada. Pasamos de las equipaciones demasiado cortas y ceñidas, que lucían jugadores como José Pitus y Alfonso Olaso, y que portaban únicamente el escudo del club y la numeración correspondiente al once titular. No había nombres, ni si quiera apodos para distinguir a los futbolistas.
Como dicen algunos, el fútbol ha sido y es, ese deporte que no se ha mantenido al margen de la moda y del avance de la modernidad. Ahora son las marcas deportivas por todos conocidos las que ocupan las elásticas de los jugadores y por ende las ganadoras de una dura batalla de precios entre los grandes clubes.
Alguna que otra década nos separa de aquel año de finales de los 30, cuando el Barcelona de James Bellamy se proclamó campeón de la primera liga española con 25 puntos, dejando al eterno rival como subcampeón con tan solo dos puntos de diferencia. Muchos años para que el poderío y la rivalidad de estos dos grandes clubes no haya dejado de existir y que sigan siendo a día de hoy, los equipos que cada año suelen disputarse el título de Liga.

84 años han pasado desde que se disputó la primera jornada de Liga española de forma oficial. Varias décadas que sin duda han dado de sí en el deporte por excelencia. Es ley de vida evolucionar y modernizar todo lo que esté a nuestro alcance. Mejorar para seguir creciendo y aspirando a todo cuanto nos ofrezcan las circunstancias. Unas circunstancias que ha aprovechado el fútbol español para llegar a convertirse en la que muchos consideramos hoy día, la mejor Liga del mundo.
Antes el fútbol sí que era un deporte donde primaba el esfuerzo. Había una pureza que hoy en día lamentablemente no existe ya que imperan intereses económicos. Una lástima.
Pd: Enhorabuena por tu artículo.
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Desde el reparto televisivo hasta las giras veraniegas o viajes de la selección al fin del mundo, el fútbol de hoy día sólo se mueve por intereses económicos. Ah! Y sin olvidar los amaños de partidos!!!
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Sin ánimo de ofender, no comparto para nada tu opinión. Creo que el fútbol sigue manteniendo la esencia con la que se creó y eso es precisamente lo que lo hace un fenómeno de masas. Que se valoren cuestiones económicas no es más que el reflejo de un mundo en constante evolución pero de ahí a decir que «solo se mueve por intereses económicos» hay un abismo.
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