Tras el esperpento consumado en Champions, llega el Barcelona al clásico con un juego que en defensa deja muchísimas dudas y que en ataque basa todo en la figura de su flamantemente renovado 10, Ansu Fati. El culé no sabe muy bien lo que le espera cuando se pone delante del televisor y eso es precisamente lo desconcertante.
Al equipo blaugrana se le notan las costuras en la retaguardia, dando por momentos la sensación de ser un equipo con escasa preparación táctica. En realidad, este es un hecho que también es apreciable en ataque, la diferencia es que cuando hablamos de defender tu portería los errores acarrean consecuencias devastadoras.
Los laterales siguen siendo Alba, quien continúa estando a un nivel notable y Sergi Roberto. Sí, el mismo que tenía pie y medio el pasado verano. Un jugador que se puede decir continúa en el conjunto blaugrana gracias precisamente a la reconversión que en su momento hizo con él Luis Enrique. Y es que si tuviera que jugar en el medio campo, posición en la que se formó, no tendría hueco en la plantilla del Barsa.
En cuanto a los centrales, relegado Lenglet al banquillo, Umtiti al ostracismo y con la confirmada baja de Araujo, el mejor defensor de la plantilla, los puestos de titulares irán para Piqué y Eric García.
Del primero decir que pese al gol de ayer está lejos de su mejor versión con errores impropios de su nivel. Uno no sabe si esto es debido al desconcierto defensivo general o a que siempre le cuesta coger la forma al inicio de las temporada. O quizás, como sostiene esa parte de la prensa ávida de encontrar chivos expiatorios, por sus cuestiones extradeportivas con campeonato de globos incluido.
A su lado estará Eric García, jugador que con España demostró estar a la altura de secar a Mbappé pero que con la camiseta blaugrana acumula salidas a destiempo imposibles de corregir e inferioridad manifiesta en el cuerpo a cuerpo.

Si a este descorazonador análisis defensivo le sumamos que Ter-Stegen no ha comenzado la temporada precisamente en su mejor momento, el cóctel resultante puede ser terrorífico para los corazones culés.
Pasamos a la otrora sala de máquinas del excelso juego blaugrana, el centro del campo. Aquí tenemos al incombustible Busquets que sigue leyendo el juego como nadie. La llegada de la gran sensación blaugrana, el joven Gavi, le ha venido muy bien al mediocentro de Badía. Y es que el talento de 17 años supone una bombona de oxígeno para el veterano centrocampista.
Ausente también por lesión Pedri, el tridente lo conformará Frenkie De Jong. Con el holandés comienzo a tener una sensación extraña. Es probablemente el jugador de más talento de la plantilla sin embargo pese a haber mejorado con Koeman no termina de estar al nivel de fichaje de 80 millones que soluciona partidos. O dicho de otra manera, se diluye en muchos partidos contagiado por la inoperancia colectiva.
En ataque Memphis, jugador de gran calidad que comenzó tirando del carro y se está convirtiendo en un funcionario más. Por el carril derecho se espera a Sergiño Dest quien destacó frente al Valencia y parece demostrar que cuanto más alejado de su portería mejor. Y finalmente completará el once Ansu Fati, el verdadero estandarte de este FC Barcelona.
Y en el banquillo, Ronald Koeman. No seré yo quien descargue ahora críticas sobre el entrenador del FC Barcelona. Mejor esperar a que sea despedido o no renovado, algo que parece inevitable. Mientras tanto, simplemente vean la segunda parte del partido de Champions contra el Dinamo de Kiev. Véanla si son capaces de aguantar.
En definitiva, este domingo tenemos un nuevo clásico donde las figuras serán Ansu Fati y Vinicius síntomas de un cambio de paradigma en el fútbol español. Barcelona y Real Madrid, equipos que han perdido calidad a raudales y que no aspiran a gran cosa en Europa. Pese a ello sigue siendo un clásico, nuestro clásico.
Pues si,será el clásico de siempre pese a la situación de ambos y se vivirá con pasión e interés,veremos que nos depara.
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