El Cholismo es otra de esas cosas que los atléticos no sabemos muy bien como definir, pero que se nos ha clavado en el fondo del alma como algo muy grande. Si en una conversación entre dos buenos colchoneros surge esa palabra, ambos sabrán a lo que se refiere. No hacen falta más explicaciones. Es una forma de vivir el fútbol (y por extensión la vida) en la que nada está predestinado, en la que todo puede ser posible por la vía del trabajo, la ilusión y la humildad, sobre todo mucha humildad. Es una rebelión que viene desde abajo, que cala hasta las venas y que te da fuerzas para dar un paso más cuando crees que no es posible hacerlo.
Parte de la solidaridad, del sentimiento de pertenencia a un grupo, de la rebeldía, de ser capaz de analizar aquello a lo que tienes que enfrentarte para buscar sus puntos flacos y salir vencedor. Parte de reconocer las propias debilidades para acotarlas y de la potenciación de tus fortalezas. Parte de lo más profundo del corazón, pero no se olvida del cerebro. Va partido a partido, porque la vida se vive día a día, porque cada centímetro es importante, nada se desdeña. Eso es el cholismo.
La temporada pasada, tras la final de Copa del Rey en la que el Atlético derrotó al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, Simeone y Futre se cruzaron en los micrófonos de la Cope. Aproximadamente un año antes, tras un derby en el que el Atlético cayó derrotado, ambos tuvieron un leve rifirrafe dialéctico. En estos escasos e inigualables 5 minutos de radio ambos resuelven dicha disputa y sientan las bases del Cholismo. «Desde la humildad, no le tenemos miedo a nadie», quien mejor que el propio Simeone para definir su ideología…