Para los futboleros anoche fue una de esas noches. Una jornada de fútbol en la que la capital española se paralizó porque los aficionados estaban preparados para disfrutar del partido que se ha convertido en un clásico de los últimos tiempos. El derbi madrileño volvía a disputarse esta temporada para encontrar, en esta ocasión, a otro de los semifinalistas de la mejor competición del mundo, la Champions League.
El Real Madrid fue el vencedor del duelo entre los equipos de la capital y se unirá junto al Barcelona de Neymar, el Bayern de Guardiola y la Juve de Morata, a formar parte de los candidatos que estarán dentro de los bombos mañana viernes en el sorteo de los emparejamientos de semifinales.
El Atlético de Madrid vuelve a caer amargamente en los últimos minutos de juego ante el Madrid tal como sucedió en la final de Lisboa la temporada pasada y que dejó a los colchoneros a unos segundos de rozar la gloria. Pero el fútbol es así, y los madridistas vuelven a dejar a los atléticos a un paso de proclamarse victoriosos frente al máximo rival imponiéndose con un gol de Chicharito en el minuto 87.
El Real Madrid parecía tener terreno ganado por jugar en casa y porque su afición iba a estar presente. Y así lo demostraron los miles de aficionados que acogieron la llegada del equipo blanco a Chamartín y que cantaron, vitorearon e impulsaron a sus futbolistas. Los 80.000 merengues animaron durante el partido y ayudaron a sus futbolistas a poner un pie más en el camino hacia Berlín. Un camino al que ya le queda una piedra menos.

Las críticas al equipo de Simeone van enfocadas al sistema de juego que planteó el argentino en el Bernabéu por considerar que metió al equipo colchonero en su área con la única intención de defender y esperar un contragolpe, todo lo contrario a las clásicas noches de Champions del Real Madrid que se caracterizan por avasallar la portería contraria. Pero como ya dije hace unas semanas, ¿quién decide qué es fútbol?
Ancelotti tampoco se escapó de las críticas minutos antes de comenzar el encuentro cuando salieron a la luz las alineaciones del partido y Sergio Ramos dejaba la defensa para situarse en el centro del campo. Unas críticas que 90 minutos después se convirtieron en alabanzas al italiano por su atrevimiento.
Ya no hay segundas oportunidades para solventar errores aunque el Atlético ha demostrado, del mismo modo que está haciendo desde que llegó el Cholo e inició su proyecto, que sigue estando a la altura de las circunstancias.
Y es que a pesar de haber vuelto a ser eliminado por el máximo rival, el conjunto rojiblanco sigue posicionado como uno de los más fuertes de Europa, aunque, de momento, y por segunda vez consecutiva, el Real Madrid se interponga en su camino para levantar, quien sabe si por partida doble, la aclamada orejona.