Me piden mis fans que me moje en el tema Casillas. Debo ser el único periodista del país que no ha dicho todavía nada al respecto. Así que vamos a ello.
El año pasado ya dejé bien clara mi postura. La recuerdo, para los flacos de memoria y los nuevos en TresCuatroTres. El innombrable fue injusto con él porque la suplencia de Iker fue un asunto personal entre su «profesional» entrenador y el de Móstoles.
El innombrable le fue buscando las cosquillas (recordemos su suplencia ante el Málaga, antes del parón navideño) hasta que la grave lesión se lo puso a huevo.

Como luego este tipo de personajes, me refiero al innombrable, a pesar de todo, tienen mucha suerte, resultó que su apuesta de fuera del club, Diego López (¿quien se acuerda ya del portero «kleenex» Adán?) resultó excelente, y nadie con dos dedos de frente puede negar que el rendimiento deportivo de Diego fue sobresaliente. No había razones para devolver la titularidad a Iker, razones deportivas. Pero aunque las hubiera habido, seguro estoy de que el innombrable no le habría devuelto al once del Real Madrid.
Así las cosas, el innombrable se fue al barrio pijo de Chelsea, que le pega mucho más, y nos dejó aquí un marrón y medio: el medio es el pobre Karanka, que sigue sin empleo a estas alturas de la Liga, cuando entró a formar parte de la familia portuguesa de manera oficial al final de la temporada 2011-12.
Así lo dijo su jefe en rueda de prensa. Por ahí están los videos. Todavía, recien aterrizado en el barrio pijo de Londres, dijo que estaría encantado de tener a Aitor con él, pero su contrato con el Madrid, vigente en esas fechas, no se lo permitía… A mediados de julio, Karanka se desvinculó del Real Madrid y habiendo arrancado ya septiembre, sigue sin curro. ¿Estará apuntado al INEM?
Pero bueno, volvamos a lo que, realmente, me preocupa. El marrón, el regalito que el innombrable dejó a Carlo Ancelotti: un debate en la porteria de puertas para afuera. La masa social, dividida. Las masa media, también. Y en el escenario, un excelente portero y el mejor guardameta del mundo.
Carleto lidió bien la pretemporada, como no podía ser de otra manera. Pero el primer partido de Liga llegó. Y tenía que elegir. Diego López o Iker Casillas. Y eligió. Para eso le pagan. Y muy bien, por cierto. Diego, al césped; Iker, al banquillo.