Veintiséis de noviembre del 2013, zona mixta del Amsterdam Arena, 23:00 horas de la noche, el capitán del F.C. Barcelona, delante de los micrófonos de media Europa, confiesa: «Conozco la posición, pero he jugado mal y no estoy contento. No ha sido mi mejor día y no por haber tenido que jugar de lateral». Las tertulias deportivas, radiofónicas y televisivas, cavan fosos y vuelan cual aves de carroña sobre el, para ellos, inerte cuerpo futbolístico de Carles Puyol.
Corría el dos de octubre de 1999, en el vallisoletano campo José Zorrilla el defenestrado entrenador culé Louis Van Gaal, sorprendió al incluir en la posición de lateral derecho del once inicial a un chaval de La Pobla de Segur cuyo apellido sonaba a ilustre político catalán más que a notable jugador de fútbol… debutó Carles Puyol… nació un mito, se forjó una leyenda.

Desde su debut ese mismo año logró disputar 37 partidos y al año siguiente recibió el Premio Don Balón al mejor jugador revelación.
Pero, desde sus inicios hasta el día de su debut, Carles sufrió una gran transformación como futbolista en los diversos estadios de su formación culé. Empezó jugando en la posición de extremo derecho, hecho que lo ayudó a mejorar su velocidad, su capacidad de regate y de centro, posteriormente pasó a jugar de mediocampista hasta que Louis apostó por él como lateral derecho.
Puyol es el amo del club. Cuando no está, nos resentimos.»
Alex Song
A pesar de este prometedor inicio, no fue hasta el 21 de octubre del 2000, cuando demostró que tenía un hueco en los corazones culés. Aquel día Luis Figo visitaba el Camp Nou, todos estaban pendientes de sus movimientos, todos temblaban ante la idea de que el ídolo maldito perforase las mallas culés, todos menos un chaval, el chico de La Pobla, aquél que se negó a cortarse sus rizados cabellos, y que, cuál Sansón adalid de la gloria culé, aquella noche nubló la vista del asombrado Figo, que asistió impotente a la exhibición futbolística y defensiva del bravo canterano (El Mundo Deportivo)

Luis, inconscientemente, nos hizo su último servicio, nos descubrió a uno de los jugadores más queridos por los aficionados al equipo blaugrana, porque a Carles Puyol no le mueve el deseo de ganar dinero para jugar en el Barça, si él hubiese querido eso estaría jugando en el Milan hace años, no le mueve el deseo de gloria ni de popularidad, a Carles Puyol le mueve lo mismo que nos mueve a todos los culés… EL SENTIMIENTO Y EL CORAZÓN.
Por eso cuando lo vemos correr en el campo nos identificamos rápidamente con él, no tiene la técnica de Messi, la calidad de Xavi, la facilidad para sacar el balón que tiene Piqué, pero tiene todo lo que nosotros le pedimos a un jugador… el sacrificio y el sudor de la camiseta blaugrana.
Sin embargo no todo ha sido un camino de rosas, cuando mejor estaba el bravo defensa, el cruel destino hizo que se tambaleasen aquellas raíces que siempre lo han mantenido fijo a la tierra… El 3 de noviembre del 2006, Josep Puyol, falleció en un trágico accidente laboral, su padre, su ídolo, aquél por cuyo ejemplo no dejaba de luchar en la vida como hacía él, lo dejaba…pero su legado permanecería para siempre como la marca hacia donde dirigir su destino vital. Por él, por todo aquello que había supuesto en su vida, por su ejemplo siguió haciendo lo mismo que haría su padre…luchar y ser honesto en su trabajo.
Pero la vida, que en ocasiones es justa con el sufrimiento, le devolvió parte de lo que le había robado, la satisfacción del éxito y el reconocimiento al trabajo bien hecho. Ha ganado 6 ligas, 6 Supercopas de España, 2 Copas del Rey, 3 Ligas de Campeones, dos Supercopas de Europa, dos Copas Mundiales de Clubes con el F.C. Barcelona y una Eurocopa y Campeonato del Mundo con la Selección española.
Hecho reseñable es lo que aconteció el día 7 de julio del 2010, corría el minuto 73 de la semifinal del Campeonato del Mundo en Sudáfrica contra Alemania, el gol no llegaba y los sufridos aficionados españoles pensábamos que la gloria mundial nos acabaría dando la espalda.

Córner a favor de España, Xavi Hernández se dirige a botarlo, sólo una mirada y el corajudo defensa portador del número 5 sabe donde dirigir sus pasos, el balón se alza por el cielo sudafricano y allí, entre las torres germanas, emerge la figura del Tarzán español, colgado de la liana para cabecear imperial el balón al fondo de las mallas.
La satisfacción del deber cumplido asomó a su cara, el brazo en alto apuntando al cielo “Va por ti papá”, y allí, arriba, sosteniendo la liana en la que se impulsó Carles y en la que siempre permanecerá, Josep Puyol gritó a los celestiales vientos “Gracias Puyi, gracias Hijo por honrar mi memoria”.
Para mi el Barsa tenía que haber despachado a Puyol la temporada pasada. Vale, el hombre estaba lesionado y no era plan de hacerle esa faena (aunque con Abidal no les tembló el pulso), pero no haberlo hecho este año es incomprensible.
Puyol es un exjugador que va a encadenar problemas físicos de manera perpetua. El otro día ya le tuvieron que sacar líquido de la rodilla. El dice que quiere jugar hasta los 40 pero lo que debería hacer es ser realista y abandonar el fútbol de élite.
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Al final vas a tener razón:
http://www.marca.com/2013/12/15/futbol/equipos/barcelona/1387102768.html
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