Dicen que nunca hay que dar un balón por perdido, que hay que luchar cada balón, pelear hasta el último segundo, que un partido no acaba hasta que el árbitro pita el final. Todas estas máximas las hizo suyas la selección sub-19 que este pasado domingo se proclamó brillante campeona de Europa, tras derrotar en la final a Francia por un 2-3. Partido igualado que se resolvió en los compases finales.
Hubo que sufrir, pelear, remontar pero antes que nada, creer. Y es que el partido se puso cuesta arriba nada más empezar, con un gol de las galas a los cuatro minutos obra de Bordieu. Empató ‘la roja’ por mediación de Patri Guijarro tras una acción a balón parado, una de las mejores armas del equipo y que lo sabe explotar a las mil maravillas. Las de Pedro López dominaban pero no materializaban las ocasiones, mientras Francia esperaba agazapada su oportunidad.

Eso ocurrió a falta de veinte minutos para el final del tiempo reglamentario, con un gol de Laurent que pilló desprevenida a la zaga. El tiempo se convirtió en otro enemigo, ya que parecía transcurrir mucho más rápido al ver que se intentaba pero no llegaba el empate. Tocaba seguir y seguir.
El empeño y la fe de España consiguieron su recompensa en el minuto 85, con un lanzamiento de falta que Damaris Egurrola remataba al fondo de la red. Pero no contentas con el empate, querían más y siguieron presionando al rival. Francia se quedó con diez para afrontar los instantes finales. Y a falta de segundos para el pitido final, otra vez a balón parado, por aquello de que no hay dos sin tres, España daba la vuelta al marcador para acabar convirtiéndose en justa campeona de Europa. Una falta botada por Carmen Menayo la mandó al fondo de la red Patri Guijarro, anticipándose a su defensora. La centrocampista del Barcelona, fue elegida bota de oro del torneo, al haber anotado cinco goles.
La locura desatada ante una remontada en cinco minutos que valía un título que se escapó el año pasado ante el mismo rival y que esta vez no podía volver a ocurrir. Con este título, España suma dos, ya que ya se hizo con él en 2004. A la par, rompe su maleficio de llevar tres finales consecutivas perdidas.