En Física, la inercia mecánica es la medida de dificultad para cambiar el estado de movimiento o reposo de un cuerpo jugando la masa del mismo un papel fundamental. El ejemplo más visual que se me ocurre es el de tirar una piedra de gran tamaño colina abajo. Al principio opone resistencia, de ahí que tengamos que empujar, pero conforme va cayendo toma más velocidad a la vez que disminuye la resistencia hasta ser ésta prácticamente inexistente.
El Barcelona de Xavi es esa piedra. Durante gran parte del campeonato liguero marcó un ritmo en la puntuación nunca antes visto pese a que no fuera una tarea sencilla. Sin embargo, sobre todo a la vuelta del Mundial de Qatar, la pólvora se secó y el juego ofensivo dejó de tener clarividencia. El resultado es a día de hoy un equipo falto de ideas, con un escandaloso problema de cara a gol que sin embargo va a terminar siendo campeón por encontrarse como esa piedra del ejemplo, en plena pendiente, mientras que sus principales rivales o bien están en una parte más alta de la montaña (caso del Real Madrid) o bien comienzan a recibir el necesario empuje (Atlético de Madrid).
Mal haría la directiva y el cuerpo técnico del conjunto culé en pensar que la consecución del título liguero es una especie de confirmación de un modelo y proyecto acabado cual obra maestra. La realidad es que en este puzzle quedan muchas piezas por encajar. Empezando por un centro del campo donde la falta de Pedri supone el apagón definitivo en la zona de creación. Siguiendo por un banquillo que poco o nada tiene que ofrecer, siendo esto un lujo que ninguna plantilla que pretenda aspirar a todo se puede permitir. Y finalizando por una delantera que no tiene gol, y por un deficitario nivel de comprensión del juego por gran parte de los futbolistas.
El mercado de verano está a la vuelta de la esquina. Será el momento de Mateu Alemany, quien tendrá que hacer el más difícil todavía. Traer competencia a un equipo justo de talento, sabiendo que sólo podrá gastar un euro de cada dos que ingrese. Habrá salidas dolorosas más por lo sentimental que por lo deportivo, no obstante es la única puerta abierta que tendrá el club para volver donde se merece. Mientras tanto hay que simplemente dejar que la piedra siga su trayecto.
Bonita forma de explicar el recorrido del Barsa en esta Liga donde va a ser Campeón por la inercia,por haber adquirido una ventaja sobre sus competidores cuyo paso irregular y titubeante se lo ha permitido pese a que su juego sólo ha sido deslumbrante en ocasiones puntuales y que en Europa ha fracasado una vez más,y cuyo futuro debe despertar dudas porque desde sus rectores se ha planteado un camino peligroso que no garantiza el brillante camino que sus seguidores y simpatizantes quieren para el.
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Muchas gracias Fernando por tus palabras. Un saludo.
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