España llegaba a esta cita de la Copa Confederaciones con la ilusión de refrendar el título de Campeón Mundial confrontándolo al organizador del torneo y Selección más laureada de la historia: Brasil. Pero he aquí que los locales nos esperaban con más ganas todavía, casi con la necesidad de volver a ser grandes, con el hambre de derrotar al ganador del último Mundial para dar el puñetazo en la mesa y reordenar la élite del fútbol. Transformar ese hambre, casi ira, en intensidad sobre el campo les ha dado el título y, lo peor para La Roja, una sensación de superioridad inabordable.
Multitud de factores han determinado el incontestable 3 a 0 de Brasil a España, ninguno de ellos debería ser entendido como excusa, son motivos que han condicionado el partido.

En primer lugar, la condición física. España llegó a la final con un día menos de descanso, una prórroga que Brasil no tuvo que jugar y menos adaptación al duro clima que se habían encontrado. Además, somos muy inferiores a los locales en lo que Luis Aragonés llamaba la condición física de base. Ese diferencial en la condición física hizo que los Scolari fueran capaces de aguantar todo el partido la presión sobre España y la salida rápida casi sin despeinarse.
El planteamiento fue el factor fundamental. Del Bosque no sorprende, la Selección siempre juega igual, para bien o para mal. Es bueno tener un estilo propio, no es una crítica, pero es peligroso porque los rivales lo tienen más fácil para estudiarnos y contrarrestarnos. Así, Scolari presionó en todo el campo creando jaulas de las que los españoles no podían escapar, adelantando la línea sin miedo porque sus centrales son suficientemente rápidos y fuertes para que no se les pueda coger la espalda y saliendo como balas al ataque ensanchando el campo para dejar a nuestra defensa en inferioridad. Algo parecido a lo que Mourinho acabó haciéndole al Barça.
Esto que parece fácil de plantear solo puedes hacerlo con los jugadores adecuados, y desde luego la canarinha los tiene. Veo en varios análisis que se pide el relevo generacional para varios jugadores españoles, sobre todo para Xavi. Estando de acuerdo en que ya pasó su mejor momento, un partido como el de ayer, con tanta acumulación defensiva en la zona de creación, no podría haberlo resuelto ni ahora ni con cinco años menos.

Confirmación para el gran público de Paulinho en Brasil, Balón de Bronce del Torneo tras Neymar e Iniesta, un mediocentro incansable capaz de lanzar a los atacantes. Arriba Hulk y Neymar (un golazo el del mejor jugador del torneo) dan el vértigo, Oscar la clase y Fred (dos goles de ariete en la final) el gol puro y duro. Una máquina que, si te coge con espacios, te mata seguro.
Tal vez Del Bosque no acertó con los cambios, tampoco ayudaron las lesiones. Xabi Alonso no llegó a la convocatoria y durante la competición cayeron Soldado y Cesc (a este último se le hecho de menos ayer por su capacidad para moverse en espacios reducidos cerca del área). Andábamos un poco faltos de recursos verdaderamente diferentes y, aparte del cambio de Navas por Mata, los otros dos cambios fueron de hombre por hombre, sin aportar gran cosa. Azpilicueta por un irreconocible Arbeloa y Villa por Torres (Bota de Oro también en la Confederaciones). Esta vez no funcionó el buen ojo con los cambios del seleccionador.
Me recordó a aquellos partidos del F.C. Barcelona donde falta plan B, y me acordé de Llorente, quien puede proporcionar otras salidas al equipo si consigue volver a hacer una temporada normal.
Tampoco hubo suerte, desde luego, aunque seguramente no la merecimos. Los goles fueron en minutos psicológicos, nada más empezar cada parte y al final de la primera. Pedro tuvo una clara oportunidad para empatar que David Luiz sacó casi de la línea y Sergio Ramos falló un penalti que tal vez no debió lanzar. Su obsesión por marcar con la Selección su primer gol en una fase final de un campeonato pudo anteponerse al interés del equipo.

Ni ayudó el árbitro. Brasil pegó a ratos más de la cuenta para frenar cualquier atisbo de creación de juego de España y lo hizo con la aquiescencia del colegiado Kuipers, pero son factores con los que hay que saber jugar.
Dicho todo esto, solo queda felicitar a Brasil, reconocer que otras formas de jugar al fútbol son posibles y pueden ser bellas, no volverse locos con las críticas a España, aunque sí reflexionar para intentar que no vuelva a pasar y disfrutar con que hayamos estado en otra final. No hace muchos años no lo habríamos ni tan siquiera soñado.
Coincido mucho con el artículo porque es lo que he ido reflejando en las redes sociales al momento que veía el partido. Quizás es fácil hablar a toro pasado, pero jugar solo con Busquets resultó ser una osadía o un exceso de confianza, según como se mire, que se pagó muy caro contra Brasil, y es que Italia fue un aviso previo y el doble pivote hace que sea un recurso muy necesario en el futuro frente a rivales de la talla de Brasil, porque si quieres hacer prevalecer el juego de toque y contrarrestar el dispositivo táctico de presión, recuperación y contra rápida que vimos en la final, es necesario meter jugadores en el centro del campo como Javi Martínez, es más, la baja de Cesc posibilitó la entrada Mata, que si a priori podría resultar acertada no lo fue a posteriori, y creo que hubiese sido más rentable sacar en su lugar a Navas de titular y que Pedro hubiese ocupado la banda izquierda, ya que con esa medida se podría haber abierto el campo y que los laterales brasileños no fueran al ataque constantemente.
Brasil jugó muy bien, pero igual que el tiki-taka tiene sus debilidades y su forma de contrarrestarlo sin renunciar al ataque como hizo ayer la verdeamarelha, pienso que la táctica generosa en lo físico que empleó Brasil se puede contrarrestar en un futuro, y es que quizás viendo el partido de ayer es muy sintomático que echásemos de menos el doble pivote y el falso nueve, además de que no estaría de más empezar a recurrir a jugadores como Navas o Cazorla, o incluso Silva que desde las bandas se podrían convertir en estletes verticales para contrarrestar la presión axfisiante que empleó la canarinha, porque hay que ser conscientes que en el próximo mundial muchas selecciones intentarán imitar el juego adoptado por Brasil y pienso que Del Bosque tiene tarea para descubirir métodos que posibiliten que el tiki-taka salga airoso de esos estilos, que si bien, como habéis dicho, ha recordado al Madrid de Mou, son estilos que optan por un fútbol más vertical y directo que ayer se demostró que también fue muy vistoso.
Creo que si se tiene la capacidad de ir incorporando a nuevos jugadores que vienen llamando a la puerta (Isco & cia) y adoptando futuribles planes B, es posible que haya selección para rato.
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Gracias por tu comentario y por leernos.
Tienes mucha razón en tu comentario, muchos van a intentar hacernos lo mismo que nos hizo Brasil, aunque pocos podrán hacerlo con tanta brillantez. Para esos momentos debe prepararse la Selección, sin perder de vista nuestro estilo pero previendo soluciones, si bien hay que ser conscientes de que esto es fútbol y algún día tienes que perder por bueno que seas.
Sobre todo me parece muy acertada tu forma de ver el futuro, no necesitamos una revolución en La Roja, hay quien después de la final perdida clama por cambiar medio equipo, renunciar al estilo de toque, etc. Yo (creo que como tu) soy más partidario de mantener el bloque con la idea de ir incorporando alternativas, sean tácticas o sean caras nuevas, que respeten la esencia pero nos den herramientas para que no nos vuelvan a desarbolar. Por cierto, creo profundamente en la capacidad de Del Bosque para conseguir esto.
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Claro, sin perder la esencia, sería positivo tener varios planes alternativos, pues considero que la acumulación de hombres en el centro del campo para evitar tácitcas como las que dispusieron Italia y Brasil serán fundamentales si se quiere que el juego de toque se imponga con garantías de éxito, y si con eso lo puedes alternar con hombres rápidos en las bandas que sean un estilete tipo Navas, o con jugadores de transición cuya función de falso 9 se ha echado de menos tipo Cesc se podrá tener más recursos para por lo menos poder llegar a semifinales como mínimo exigible a esta gran selección, además de que la vuelta al doble pivote puede ayudar a que Busquets, Javi Martínez o Xabi Alonso sirvan de contrapeso en este tipo de partidos. En definitiva, el bloque es bueno con algunos cambios, y los que vienen también, por lo que no hay que alamarse y si esperanzarse.
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¡Di que sí, Juan! Muy de acuerdo, nada de alarmas.
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