Todos los que hemos ido a estadios de fútbol en algún momento hemos oído cosas desagradables por las que hemos sentido, en el mejor de los casos, vergüenza ajena. Ya, si has estado viendo a tu equipo fuera y con el grupo de ultras del otro equipo cerca, lo más bonito que has oído ese día es el pitido final del árbitro.

Vaya mandanga
Yo he tenido mucha suerte y siempre he ido al fútbol con mi padre, una persona respetuosa al máximo, que nunca ha alzado la voz ni siquiera contra los árbitros, y que lo más fuerte que le he oído decir es: “Vaya mandanga que tenemos hoy” en referencia a nuestro equipo: “Papá eres un Crack”.
Es verdad que los insultos han disminuido, aunque más que por educación y convencimiento, por castigo, a determinados aficionados, a futbolistas, y sobre todo a los equipos (nunca a los más grandes, eso sí). Lo que hace que no se haya erradicado por desgracia sino que esté más o menos controlado, aunque aún estamos lejos de simplemente disfrutar y animar a nuestro equipo.

Hablemos al aficionado
Uno de los problemas es que a nivel comunicación tampoco se ha sabido dar un mensaje que cale, quizás porque se ha hecho por repetición con mucho imperativo y ninguna explicación. Recuerdo aquel anuncio de la UEFA donde muchas estrellas del fútbol decían en su lengua materna “no al racismo” y que cierra con: “El fútbol europeo unido contra el racismo”. Dejando al aficionado de lado y centrándose en el organismo del fútbol europeo a nivel institucional. Yo, en cambio, hubiera aprovechado para dirigirme al hincha y decirle: “Eh, eres fan de este jugador y no habla tu lengua ni es de tu país, entonces ¿me explicas cómo puedes ser racista?
Pero es que además hay otros muchos temas que no se tocan, porque las faltas de respeto no sólo vienen por el tema racial y, por supuesto, afectan al fútbol base. De hecho, mucho más al no tener repercusión más allá de lo inmediato y por no quedar registrado en ninguna parte.
Cosas que no se pueden seguir permitiendo
Soy seguidor de un equipo de Pre benjamín que el año pasado consiguió la liga perfecta ganando todos los encuentros, y muchas veces, en los partidos he vivido capítulos desagradables. Los que sigáis el fútbol base seguramente sabéis de lo que hablo. Sin embargo, para mí los insultos y las malas maneras son un gran problema, pero un problema que es fácilmente reconocible, no obstante mi sensación es peor cuando se dicen cosas que mucha gente piensa que ni siquiera están mal.

Este fin de semana, un niño que llamaremos por ejemplo “M”, que marcó un gol y que su equipo ganó por la nada desdeñable cifra de 8-0, estuvo bastante presionado y fue gritado todo el tiempo por su padre desde la banda, con muchas lindezas marca de la casa (porque no es la primera ni la decimonovena vez que tiene ese comportamiento).
Sin embargo, hubo un comentario que me dolió mucho, y que parece demostrar que aún hay mensajes que no han calado lo suficiente para que la gente se de cuenta de la barbaridad que está diciendo. Y es que le dijo: “Corres como una nena” y después del partido, en frío, lo matizó más, por si no hubiera sido suficientemente machista con un ”Como una nenaza”.
Lo peor de esa interiorización que tiene respecto a las mujeres en general y en el deporte en particular, es que quiera transmitirle esa idea a su hijo. Y por todo esto, he sentido la necesidad de compartir con vosotros una campaña de Nike que va más allá del fútbol y del deporte, que trata sobre de qué están hechas las niñas y mujeres, y lo mejor de todo, lo dicen y demuestran ellas mismas.

«Believe in More» pone en ruso de titular (Fuente: medium.com)
La campaña contra los estereotipos
La pieza es «What are girls made of» de Wieden+Kennedy Amsterdam y forma parte de una campaña de tres para diferentes países en la que se reivindica el papel de la mujer en el deporte.
Centrándonos en la pieza de Rusia, el anuncio le da la vuelta a los estereotipos a través de una canción real infantil de ese país, que habla de cómo son los niños y las niñas, con una letra llena de tópicos. Además, lo hace y personifica con una niña en lo que parece una función del colegio, donde debe cantarla, por supuesto, con su letra original.
Aunque comienza a recitarla como se presupone que debe hacerlo, luego, sabiendo que nada de lo que dice es verdad y con la complicidad de una patinadora que parece darle el pie, comienza a sentir que su voz debe servir para compartir con todos de lo que realmente de que están hechas las niñas.

Todo comienza como cualquier función pero lo que esperaríamos de un evento de este tipo, pasa a ser extraordinarias cuando aparecen diferentes deportistas rusas apoyando con lo que hacen y representan las palabras de la pequeña niña.
El marco es el teatro donde se desarrolla la función infantil, que es espectacular y que da una gran solemnidad a todo el discurso, porque no es una niña cantando una canción infantil en una función, es un discurso importante que, por lo que se ve en el anuncio, mucha gente aún no está preparado para escucharlo. Cada vez está más decidida se ve que no está sola, todas sus compañeras canta junto a ella subiendo el volumen y la entonación, adelantando que van a ganar la batalla contra los estereotipos, porque como dice en sus últimas estrofas las niñas están hechas de logros y triunfos.

Una gran producción bien rodada, sin alardes, pero con un gran uso de la luz para destacar lo que ocurre en el teatro, aprovechando muy bien los focos, porque todo comienza en el escenario pero el mensaje no tiene fronteras y saldrá primero a los asientos y luego al mundo. Y es que a mí el momento que me emociona, es justo lo que cambia todo el desarrollo anterior.
Ya no hay música ni canción, ya no hay teatro ni público, sólo la niña jugando al fútbol en las condiciones más extremas de nieve y frío, demostrando y desafiando a quién no le crea (esa última mirada antes de irnos a negro) que todo lo que ha cantado es verdad y es que como dice el cierre del anuncio, “Estás hecha de lo que haces”.
Un anuncio basado en hechos reales para luchar contra los estereotipos y que espero que vean todos lo que aún no saben de qué están hechas las niñas. Por fortuna y, a pesar de su padre, “M” a sus 7 años lo sabe, y eso me da esperanzas.
Como siempre muy interesante y formativo y viendo el fútbol desde otra visión original y curiosa.Me ha encantado.
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Muy interesante y curioso como siempre.Otra forma original y formativa de ver el fútbol y el deporte en general.Me ha encantado.
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