“Solo saben correr y defender”, “son muy intensos”, “su fuerte es la estrategia”, son las frases más repetidas por todos aquellos aficionados cuyo equipo sucumbe ante el Atlético de Madrid. Quizá motivadas por la falta de objetividad o por la rabia de perder los tres puntos, pero nada más lejos de la realidad. Diego Pablo Simeone no deja nada al azar, ningún cabo suelto, nada se le escapa y SU Atlético es el resultado de horas y horas de dedicación pasión y mucho, mucho trabajo.
En ocasiones, sentados frente al televisor o en el propio campo, el momento no nos permite reparar en el por qué de cómo funciona un equipo. El Atlético de Madrid no es producto de la casualidad, sino que es, tal y como demuestra semana tras semana, el equipo más “cocinado” de España y posiblemente de Europa. En estas líneas intentaremos mostrar cómo funciona, actúa y se desenvuelve sobre la hierba en las 5 Fases en las que se podría dividir el juego.
Intensidad-Actitud-Orden, son los tres pilares en los que se sustenta el bloque de Simeone. Intensidad porque como un día dijo el entrenador, “el sacrificio no se negocia”, actitud porque los once que salten al campo tienen que estar dispuestos a dejarse la piel por el escudo que defienden y orden para lograr el objetivo, los 3 puntos de cada domingo.
FASE DEFENSIVA
Tenemos que tener claro una cosa: todo, absolutamente todo en el equipo rojiblanco está sujeto a un planteamiento, a una idea de cómo encarar el partido. El sector y franja del campo en el que recuperar e incluso a qué jugador presionar no es casualidad, y varía dependiendo del rival, de los jugadores con los que cuente el “Cholo”, de un posible condicionamiento en una eliminatoria o de si el partido es en casa o fuera.
Lleva a su máxima expresión los cánones de cuándo apretar al rival (mal control, balón aéreo, jugador de espaldas). Su 4-4-2 evita las superioridades por fuera del rival en caso de que sus laterales se incorporen y le confiere de una solidez por dentro en ocasiones inimaginable. Es muy reseñable una imagen que se produce cuando el Atlético defiende al borde de su área con sus 11 jugadores por detrás del balón. Cuando el balón se encuentra en el sector central, se cierran tomando como referencia las líneas verticales del área grande, despoblando los sectores exteriores, quizá porque saben que si no llegaran a una ayuda por fuera y el rival consigue sacar un centro, las probabilidades de éxito con Godín, Giménez, Miranda, Thiago, Juanfran…son muy bajas.


El Atlético defiende siempre en 30 metros, es una de sus principales características, sea cual sea su posicionamiento, si decide defender con todo el bloque en su propio campo o en el rival, entre el defensor más atrasado y el atacante más adelantado nunca habrá más de 30 o 35 m de distancia. Este hecho, a parte de reducir hasta la inexistencia los espacios entre líneas, facilita la segunda virtud a señalar, las ayudas, este concepto parece impreso ya de por sí en un deporte colectivo, pero hay que hacerlas, y la intensidad con la que los jugadores las hacen es la diferencia entre el éxito y el fracaso aparte, claro está de un orden y una idea a seguir. Todo va de la mano.
FASE OFENSIVA
El hábitat natural de sus jugadores es moverse con espacios: Torres, Griezmann, Mandzukic, Juanfran, Raúl García son jugadores de correr, de segundas jugadas, de cuerpo a cuerpo, y es con el contraataque donde se sienten más cómodos. Sabiendo esto entendemos porque casi siempre deciden esperar al rival en un posicionamiento replegado, detrás de la línea defensiva rival está el territorio a conquistar.
Sus dos delanteros suelen combinar apoyo y ruptura y sus dos laterales le dan la opción de descargas laterales aprovechando el espacio que les dejan los interiores que aparecen por dentro. La otra opción es el balón largo a Raúl García o Mandzukic para la prolongación o la descarga al jugador que viene de cara.
Como inciso un comentario acerca del partido de este domingo frente al RC Celta, los delanteros por los que optó Simeone (Torres y Mandzukic) no son asociativos, es decir, no tienen en su ADN el desmarque en apoyo, uno es un corredor al espacio y el otro es un killer del área, al croata “le tiras un microondas y te saca un gol”. Si a esto le sumas a Griezmann lo que provoca es que el equipo se estire, nadie aprovecha el espacio entre líneas y no existe conexión entre la medular y la última línea. El Celta recuperaba y aseguraba con facilidad, pues Torres y Mandzukic no estaban próximos al balón. Eso hacía casi imposible que el Atleti se metiera en el partido.

Otro aspecto que llama la atención es un recurso muy usado principalmente contra rivales superiores o en situaciones en las que no se encuentran a gusto con el balón. Tras recuperar se lo entrega al rival para aproximarse, presionar, volver a recuperar y atacar. Hay que tener en cuenta dos factores para que se dé esta acción: el balón debe ser aéreo y alejado de la zona de recuperación.
Por otro lado si la recuperación se produce en campo contrario, en donde no hay espacios a la espalda de la defensa, el ataque es más posicional y combinativo. Ahí es donde entran en escena los Arda, Griezmann o Koke y las jugadas tienen una mayor duración, buscando superioridades por fuera con la proyección de los laterales o la caída de un delantero.
TRANSICIONES DEFENSA – ATAQUE
Y
ATAQUE – DEFENSA
Ambas fases dependen del planteamiento inicial. La D-A (defensa – ataque) dependerá de dónde decide el técnico recuperar. Si es en campo propio, los movimientos tras recuperación serán explosivos y hacia delante intentando sorprender en velocidad y aprovecharse de un mal balance defensivo rival, un delantero o interior viene en apoyo, el otro corta al espacio dejado por el compañero, buscando el balón largo al espacio. Si por el contrario la recuperación es en medio campo o campo rival los movimientos serán de expansión, para dar amplitud al centro de juego y que la conservación sea más fácil, los laterales se abren y los interiores caen según el sector en el que esté el balón.
La transición A-D (ataque – defensa) es la más trabajada y en donde más coordinación tiene que haber porque el equipo podría partirse en dos. Si pierden en el sector central pueden ocurrir dos cosas, que ejecuten una presión colectiva tras pérdida en la que el equipo da un paso hacia delante achicando espacios, o por el contrario que el jugador más próximo al poseedor de balón presione para evitar el rápido golpeo en largo mientras el resto repliegan hasta situarse por detrás del balón. Cuando la pérdida se produce en los sectores exteriores realizan una presión grupal, actuando sólo los 3, 4 o 5 jugadores más próximos al centro de juego, adoptando el resto un posicionamiento de ayudas, coberturas y basculaciones.
ACCIONES A BALÓN PARADO
Si bien todo estilo de juego, planteamiento, etc. depende del tipo de jugadores que tengas y sus características, es en esta fase del juego en la que necesitas de jugadores agresivos, fuertes y con personalidad. Lo saben y sacan partido de ello: muchos, muchos goles llegan de esa manera, así como también los evita.
En la temporada 2013-2014 encajó 4 goles de córner, 3 de ellos no sacados de forma directa. Utilizan defensa combinada, es decir, unos marcan al hombre y otros en zona. En cuanto a los córners a favor, se convirtió en el máximo anotador la temporada pasada con 14 goles tras un saque de esquina, sacando la mayoría de ellos Koke o Arda si están sobre el terreno de juego. Llama la atención que casi todos ellos fueron rematados muy cerca del punto de penalti, lo que deja claro el carácter y valentía de sus rematadores.

Nos podríamos detener muchísimo más en aspectos mucho más concretos del juego, pero también serían posibles conjeturas pues al fin y al cabo los únicos que saben que se cuece en un vestuario y en los campos de entrenamiento son los allí presentes. Lo que queda claro al ver un partido del campeón de Liga es que en su intensidad reside su éxito, pero no nos dejemos influenciar por las apariencias… se llama trabajo.