Al igual que ocurriera en la primera edición de la Liga F bajo tal denominación, la de la pasada temporada, la primera jornada no pudo disputarse por una huelga. Si en aquella ocasión fue de árbitras, este año ha sido de jugadoras. Así que, este fin de semana, ha arrancado la Liga F 23-24 con su segunda jornada.
Desde los acontecimientos inmediatamente subsiguientes a la consecución del Mundial, de los que ya hemos hablado en pretéritos artículos, todo lo que rodea al fútbol jugado por mujeres está rodeado por la polémica. No me gusta esa frase tan recurrente que se viene diciendo desde entonces, aquello de que es una pena que las polémicas hayan tapado el éxito conseguido. No me gusta porque no es cierto. El éxito está ahí y nada lo va a borrar, pero cuando surgen cuestiones que trascienden del propio fútbol y en las que el deporte puede ayudar a concienciar a la sociedad, deben dársele su lugar.
El convenio colectivo
De la misma manera, el convenio por el que pelean las mujeres futbolistas es una cuestión de justicia y supervivencia de un deporte con extremas diferencias entre sus categorías masculina y femenina. Sobre todo cuando, como demuestra el Mundial, estamos en un momento que debe ser aprovechado por los clubes e instituciones para sacar el máximo partido.
Parte de las exigencias son tan mínimas, como las referentes a impedir que a muchas jugadoras les salga más rentable dedicarse a sus otras carreras profesionales que a la disputa de un deporte de élite. Sin poder entrar en cifras concretas por desconocimiento de las mismas, se puede llegar a entender como obvio que el fútbol en categoría femenina genera menos ingresos que en categoría masculina. Éste último está tan sobredimensionado económicamente que seguramente nunca se igualarán.
No obstante, esto no puede solucionarse tratando que las jugadoras paguen el pato. Habrá que intentar sacar más provecho económico a un producto con potencial, repartirlo mejor entre los clubes (algunos con estructuras gigantes, como Real Madrid o Barça compiten con modestísimos como el Sporting de Huelva o el Levante Las Planas) o, incluso, como sucede en otros deportes, no permitir ascender a las máximas categorías a aquellos equipos que no puedan asegurar esas mínimas condiciones a sus trabajadoras.
Empezó la competición
Con este asunto medianamente resuelto, arrancó la Liga F en lo deportivo con la disputa de la jornada 2. Los cuatro primeros de la pasada campaña, FC Barcelona, Real Madrid, Levante y Atlético, vencieron en sus respectivos duelos. Como curiosidad, reflejar que en ninguno de los ocho partidos de la jornada se produjeron empates.
El Atlético de Madrid de Manolo Cano se sitúa líder por diferencia de goles, ya que venció 3-0 al Athletic en Alcalá de Henares. Con buenos refuerzos en su plantilla, como la bigoleadora de este fin de semana, Sheila Guijarro, Ana María Crnogorcevic, Gaby García o la noruega Boe Risa, quiere optar al menos a volver a la Champions.
Los otros grandes ganaron por dos goles a cero. En el caso del Levante, que mantiene a su goleadora y pichichi de la pasada campaña Alba Redondo y además ha fichado más gol con la brasileña Gabi Nunes, superó en casa al Sevilla. El Real Madrid abrió campeonato el viernes al vencer al Valencia en Paterna. Con la llegada de la danesa Signe Bruun incorpora más dinamita a un ataque ya temible, con Weir, Caicedo, Feller o Athenea del Castillo. El Barça superó al siempre correoso Madrid CFF en Fuenlabrada. Las actuales campeones han querido rejuvenecer ligeramente el equipo dejando salir a Geyse o Crnogorcevic y trayendo a Esmee Brugts y de vuelta a Batllé.
En cuanto al resto de la jornada, destaca la victoria del recién ascendido Granada ante la Real Sociedad, uno de los equipos más destacados de la competición. Vencieron también Levante Las Planas a domicilio, Betis y Granadilla en casa, logrando los tres primeros puntos.
A vueltas con la selección
Por otro lado, colea aun el desafortunado problema de la selección, que más allá del famoso incidente de Rubiales en la entrega de medallas, ha hecho explotar lo que ya reclamaron las famosas 15 rebeldes del pasado año. Así nos vemos en una situación en la que tan solo Athenea del Castillo entre las 23 campeonas del mundo parece dispuesta a ir a la selección. No solo eso, sino que un puñado más de seleccionables, más allá de las mundialistas, siguen el mismo camino de renunciar a la convocatoria.
Así, la nueva seleccionadora Montse Tomé, tuvo que retrasar la convocatoria que iba a presentarse el viernes por la tarde. Parece increíble, aunque fue una duda que ya me asaltó en el momento del nombramiento, que nadie en la Federación preguntara a las jugadoras si la salida de Rubiales y el despido de Vilda eran suficientes. Que nadie confirmara si este fuego se había apagado con ese gesto es una muestra más de que en la Federación hay un punto de ninguneo hacia las jugadoras. Se demuestra una vez más que no se enteran de nada.
Y entiendo que haya mucha gente que no vea correcto este punto de rebeldía. Entiendo que es dudosa la situación de que unas jugadoras puedan decidir sobre ciertos cargos de una Federación. Puede que sea excesivo, y es normal que nombres como los de Athenea del Castillo o Sheila García, se desmarquen de la medida de presión tomada por sus compañeras.
Pero personalmente, no puedo dejar de mirar con buenos ojos que haya profesionales dispuestas a defender su deporte por encima de todo lo que consideran injusto e inapropiado. Que no dejen que otros manejen su futuro y el de la profesión que les apasiona. Que lo que muchas veces criticamos del fútbol masculino, dispuesto a pervertir por dinero cualquiera de sus principios, se consiga preservar en el femenino me parece buena noticia. Aunque por el camino se cometa algún exceso o alguna vez se pasen de frenada en su queja.
Cuando alguien sacrifica su propio beneficio por buscar mejoras comunes, debe tratarse con respeto y escuchar lo que tienen que decir. Posteriormente, ya habrá tiempo de discutir qué se puede o no hacer, hasta dónde se puede llegar. Y en eso está nuestro fútbol femenino. Que tengan suerte.
Es un asunto este del fútbol femenino bastante complejo y difícil,en un principio parece que el fondo del mismo es lo único claro,existe aún un abismo entre los profesionales masculinos y femeninos,y aunque los recursos económicos que generan uno y otro estén muy distantes,el nivel deportivo del femenino ha crecido y está creciendo muy por encima del crecimiento administrativo de las estructuras que lo rigen,y eso requiere un pronto arreglo,no obstante las formas y exigencias de las jugadoras quizás deberían atemperarse un poco y flexibilizar las medidas que mayoritariamente están tomando porque llevadas al límite pueden paralizar el crecimiento deportivo y es este el que debe primar porque es el argumento más sólido para cualquier otro avance.
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