Era una tarde cálida, de las que Córdoba sultana otorga cada día de verano. Ajena a la explosión humana que aquel día iba a estallar, el nerviosismo se intuía en cada desayuno, en cada café y más tarde en cada caña. Varias generaciones habían soñado con este momento, mientras sus abuelos alardeaban de la tranquilidad que te da haber conocido los mejores años de tu equipo. Tiempos de gloria en blanco y negro. Pura hemeroteca.
Llegaban las 19:30 de la tarde y los bares estaban engalanados para lo que debía ser una noche eterna. Nervios, tensión y mucha fe, esa que le sobra a la parroquia blanca y verde. Los hermanos del glorioso sufrimiento.
El partido comenzó puntual como cualquier gran cita que se preste, el caprichoso destino no espera nunca a pasajeros rezagados. Tras una primera parte de claro dominio amarillo, y tras un fallo de Raúl Bravo al inicio de la segunda, el Córdoba necesitaba solo un gol para tocar la gloria. 42 años sin tocar la primera división parece una eternidad.
Pero de repente, el destino quiso que todo el Karma acumulado de tanto descenso sufrido, de tanta desgracia y tanta malversación por parte de muchos energúmenos que se hacían llamar salvadores de la patria, quedase devuelto en un solo instante. Tras un alargue accidentado, en el que la afición canaria se adelantó al tiempo y quiso detenerlo, Pelayo Novo la puso al segundo palo, y Córdoba se detuvo. Corazones a mil pulsaciones por segundo.
Curiosamente, por esas cosas que el juguetón destino dispone, Raúl Bravo la vuelve a meter al área (falló clamorosamente en el 1-0 de Las Palmas) y Uli Dávila hace abrazar la victoria. Ascenso. Gloria eterna. La plaza de las Tendillas teñida en blanco y verde. Un sueño del que quizás nunca puedan despertar.
Por desgracia, la realidad actual es otra bien distinta. Tras rozar la desaparición, el simple hecho de estar vivo es motivo suficiente de alegría.
Amenazan con volver.
Escrito por Francisco José Cobos Parreño
Córdoba (España)
Es una Ciudad y una afición que se merecen un Equipo disputando competiciones de mayor relevancia y poderle dar grandes satisfacciones.
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