He de confesar que al escribir este artículo dudé qué foto elegir. Mi opciones eran la del momento culmen del encuentro con la consiguiente alegría para, en esta ocasión, el Manchester United. O por el contrario, la consecuencia de dicho instante encarnado en un jugador en particular para quien no hubo consuelo alguno.
Finalmente he optado por éste último, y es que como ya vimos hace poco con el codazo de Tassotti, el fútbol está lleno de momentos maravillosos para algunos de sus protagonistas a la par que dramáticos para los que se encuentran al otro lado. Aquellos a los que la historia guardará el denostado, en la mayor parte de los casos, lugar de “subcampeones”.
Noche del 26 de mayo de 1999, Final de la Liga de Campeones en el Camp Nou. El potente Manchester United (que acabaría conquistando ese mismo año la triple corona: Premier League, FA Cup y Champiosn League) se enfrenta al Bayern Munich.
Alineaciones
Manchester United | Bayern Munich |
Peter SCHMEICHEL (C) | Oliver KAHN (C) |
GARY NEVILLE | Lothar MATTHÄUS |
Jaap STAM | Markus BABBEL |
Ronny JOHNSEN | Samuel KUFFOUR |
Denis IRWIN | Thomas LINKE |
Ryan GIGGS | Michael TARNAT |
Nicky BUTT | Jens JERMIES |
David BECKHAM | Stefan EFFENBERG |
Jesper BLOMQVIST | Mario BASLER |
Andy COLE | Carsten JANCKER |
Dwight YORKE | Alexander ZICKLER |
Sir Alex Ferguson (E) | Ottmar Hitzfeld (E) |
A los 6 minutos, el genial Mario Basler adelanta al equipo germano merced a un lanzamiento de falta ante el que Peter Schmeichel nada puede hacer. Recuerdo a este extremo de una habilidad técnica incontestable, con una capacidad para el uno contra uno similar a la que ofrecieran en su momento Luis Figo o Arjen Robben.
El partido estaba dominado por el Bayern, que se encontraba con esa tamplanza propia de un equipo con historia y experiencia en semejantes lides. Durante el segundo tiempo Jancker tuvo la sentencia gracias a una media chilena dentro del área, pero en un presagio de lo que se avecinaba, el balón se estrelló en el larguero.
Y llegó el tiempo de descuento…Sería esa jugada que sólo los ingleses celebran con tanto entusiasmo (ante la incrompensión del resto) la que por partida doble daría el triunfo al United en la que para muchos fue la final más emocionante de la historia de esta competición.
La diestra de oro del fútbol británico, David Beckham, sacó dos corners en los minutos 91 y 93 para ser rematados por Sheringham y Solskjær respectivamente. Casualmente, los 2 cambios que Ferguson había realizado.
No me lo creo. No me lo creo. Esto es fútbol, por todos los diablos.»
Sir Alex Ferguson
Júbilo desmedido en las filas de los diablos rojos e incredulidad y abatimiento en el conjunto germano. El título más importante a nivel de clubes pasaba de largo, y de la forma más cruel, ante la atenta mirada de los jugadores del Bayern.
Tan solo 2 años más tarde, los dioses del olimpo futbolístico enmendarían aquella aciaga noche. Pero esa será otra historia…
