Trabaja en Barcelona, lleva en su corazón Sevilla, nació en Suiza, empezó a destacar en Alemania, pero se considera croata, con cuya selección juega. Ese es Ivan Rakitic, el protagonista de este libro con tintes biográficos escrito por Alberto Fernández y publicado por Al Poste Ediciones.
A través de sus 190 páginas, Alberto Fernández nos presenta un viaje por la vida del futbolista del Barça. En él no solo se le conoce como futbolista, sino que se desmenuza su personalidad a través de múltiples detalles, anécdotas o comentarios de personas que le han ido conociendo en sus diferentes etapas.
El libro presenta una estructura temporal que va desde su infancia y sus primeras patadas al balón para culminar a mitad de esta su primera temporada en el F.C. Barcelona, mezclando con el hilo conductor de su progresión futbolística, su situación personal. También incluye el libro un último capítulo de declaraciones de otras personas que le conocen bien (periodistas, excompañeros, antiguos entrenadores, etc) que nos confirma la apariencia de persona normal, cercana y agradable que la lectura de su trayectoria apunta.
Ivan Rakitic nació en Suiza, en la localidad de Möhlin, en el seno de una familia emigrante croata. Como su hermano mayor o su padre, desde pequeño se interesó por el fútbol, si bien en el libro se explica como su padre decidió cortar de raíz las ganas del joven Ivan de decantarse por el tenis. Tras los inicios en un pequeño equipo de su localidad natal, llegó al primer equipo del FC Basilea con solo 17 años. En esta época flirteo con la posibilidad de dedicarse a la arquitectura, hecho que, junto con su calidad para generar juego, dan lugar al subtítulo del libro.
También siendo joven tuvo que decidirse por una Selección entre la Suiza (por nacimiento) o la Croata (por vínculos familiares), escogiendo esta última por suerte para los ajedrezados. Pronto se le quedó pequeña Basilea y la Liga Suiza, dejando la cercanía de su familia y dando el salto a Gelsenkirchen para firmar por el Schalke 04 alemán.

En el equipo de los mineros consiguió notoriedad internacional. A pesar de llegar con solo 19 años y de los vaivenes del equipo debido a los cambios en el banquillo, consiguió triunfar en una buena época para el Schalke demostrando algo que le ha caracterizado en todos los equipos donde ha estado: su madurez, su aplomo parece el de un jugador veterano. Allí coincidió con españoles como Raúl, Jurado o Escudero que pudieron hacerle decantar por venir a la Liga Española cuando tenía ofertas de media Europa.
Llegó a Sevilla en Enero de 2011, aun con 22 años, como estrella emergente a nivel europeo. Allí supo adaptarse (a pesar de una inoportuna lesión) tanto al equipo como a la ciudad, mostrando el autor la importancia de su vida personal y, por supuesto, la positiva influencia de la que acabaría convirtiéndose en su esposa, la sevillana Raquel Mauri. Nos muestra el libro un Rakitic muy familiar en Sevilla, completamente enamorado de su esposa, aprende castellano para comunicarse con ella y se imbuye de las costumbres de la capital andaluza. Cuando a su vida llegan la boda y el nacimiento de su hija Althea ya es Ivan uno más en Sevilla. Como el autor explica, se considera «un croata de Pino Montano».
En lo futbolístico, brilló en las diferentes posiciones en las que cada entrenador le pidió ejercer, se hizo estrella indiscutible en el Pizjuán con Emery, logrando la temporada pasada el premio TresCuatroTres a mejor futbolista de la Liga, y alcanzó la capitanía en su última temporada, algo que demuestra que se trata de un jugador con un carácter especial al conseguirlo con solo 25 años y llegando de fuera.
Salió al Barça entre lágrimas por la especial relación que había construido con el cuadro hispalense, pero ilusionado por el nuevo reto. Desde luego no puede pedirle mucho más a su primera temporada en Can Barça. Tras asentarse como titular indiscutible en detrimento, nada menos, que de Xavi Hernández, ha dado equilibrio al centro del campo blaugrana demostrando ser un centrocampista completísimo. Ivan roba, entrega en corto y en largo, hace coberturas a sus compañeros (Dani Alves le debe mucho de su buena segunda mitad de la temporada) y, aunque menos que en el Sevilla por su diferente rol, muestra cuando puede su proverbial llegada al área, como el sábado pasado en la final de Champions.

Por encima de su calidad deportiva, resulta muy interesante en el libro la vertiente personal. La manera de ser que se relata es la de una persona algo tímida, tranquila, familiar, cercana, sin esos tics de divinidad que jugadores mucho menos importantes muestran. Se detalla también su relación con muchos de sus compañeros que le han ayudado o a los que ha ayudado a adaptarse en cada equipo. Todo ello bien narrado, documentado y con un diseño, tanto de la portada como del texto y fotografías, de muy buena calidad, altamente atractivo.
Si cabe destacar algo del libro como obra es el profundo trabajo que encierra. Su autor, Alberto Fernández, no es nuevo en estas lides, ya que tiene publicado, junto a Juan Esteban Rodríguez Garrido, el libro Estrellas de la Premier, que preparó aprovechando su estancia en el Reino Unido. En su carrera combina tanto medios escritos como radiofónicos (Cope o Marca, entre otros) y actualmente combina en colaboraciones con webs y podcast su conocimiento del fútbol internacional con el del baloncesto.
Se percibe en la profusión de datos y declaraciones que el autor se ha dedicado a bucear en cada época de la vida de Ivan Rakitic para ofrecer un trabajo redondo y completo. Muy sencillo y agradable de leer, su estructura ayuda a comprender la progresión tanto del futbolista como de la persona, detallando en muchas partes su carrera casi partido a partido, gol a gol, actuación a actuación.
Sin duda, una obra que merece la pena leer, que hará pasar un buen rato a cualquier lector futbolero y con la que nos queda la sensación de conocer de toda la vida a este aprendiz de arquitecto, al chico a quien su padre obligó a hacer colgar la raqueta para centrarse en el balón. A este joven cercano, agradecido y natural, que guarda cariño y respeto recíproco en cada lugar donde ha estado y que acaba de proclamarse Campeón de Europa.