Pablo César Aimar, el “Payaso” o “Mago Aimar” vuelve a su hogar, al Monumental de River, tras su paso por Europa como regalo de Reyes. Llegó asombrando a Mestalla por su magia y calidad donde ganó dos Ligas y la Copa de la UEFA con el Valencia de Benítez. Luego pasó por Real Zaragoza, Benfica y por un club de Malasia. Su fútbol fue apagándose en el viejo continente pero en nuestra memoria quedarán sus pases de ensueño y sus goles inolvidables.
“Pablo Pablito Aimar que la gloria volverá, como Kempes y el Piojo, otro pibe inmortal” con este cántico lo recibió Mestalla allá por enero de 2001. El argentino venía como el gran fichaje de invierno de un Valencia dirigido entonces por el argentino Héctor Cúper y que terminaría llegando a su segunda final de Champions League. De aquel jugador tan prometedor ya queda poco, solo maravillosos recuerdos de su exquisito fútbol, momentos que no olvida la hinchada de River, su casa.
Y es que desde agosto están esperando el regreso de uno de sus hijos más idolatrados, pero Pablo entonces argumentó que no quería usar al club de sus amores “como una enfermería”. Se ha recuperado de sus problemas físicos y ya ha anunciado que el 4 de enero estará en Argentina para comenzar su nueva etapa en River. Allá lo desean tanto que su inscripción en la AFA, la Asociación de Fútbol Argentina, ya está lista y su camiseta con el mítico dorsal 10 preparada para que comience a lucirla de nuevo.
Me junté con él, quería saber cuál era mi opinión sobre su regreso, y para mí es muy positivo que podamos sumar un jugador de una gran calidad humana y futbolística.»
Marcelo Gallardo, técnico de River Plate
«El payaso» Aimar
La historia futbolera de este jugador comienza en su ciudad, en Rio Cuarto, y en el club Asociación Atlética Estudiantes, junto a su hermano mayor, donde dio sus primeros pasos semi-profesionales con el balón. Más tarde, con tan solo 17 años Pablo César ya asombraba en Argentina por su calidad, a esa edad debutó en River Plate. Allí, en el Monumental, creció y maduró asociándose con delanteros de la talla de Saviola y Ortega. Los ojeadores de clubes europeos lo tenían anotado en sus libretas y algunos se atrevían a compararlo con un Dios con el 10 a la espalda, Maradona.
Tres años más tarde de sus inicios en el club de los millonarios el Payaso, así le llamaban en Argentina por sus rizos, voló hacia Europa. El Valencia de Héctor Cúper lo fichó por 24 millones de euros en el mercado invernal para hacer soñar a una afición che que venía de perder una final de Champions ante el Madrid y rezaba por conseguir su primera Copa de Europa.
En ese semestre se le vieron más detalles en Mestalla que juego, acababa de aterrizar y necesitaba un plazo de adaptación al fútbol europeo. Pero con esos detalles el Valencia llegaría a su segunda final de Champions, donde él salió de titular, aunque Cúper lo sacó del terreno de juego en la segunda parte para dar entrada a Albelda apostando por un equipo más sólido que creativo. Y los ches fueron a penaltis donde la suerte eligió irse con los alemanes del Bayern. ¿Qué hubiese pasado si Aimar hubiese jugado más minutos?…quién sabe.
Cúper se marchó y llegó Rafa Benítez al banquillo de Mestalla. En aquel gran Valencia sí que resaltó la figura de Pablo Aimar con el dorsal 21, en aquellas temporadas mostró su mejor fútbol ofreciendo pases inimaginables, goles inolvidables como aquel de Tenerife desde el medio del campo.

Se convirtió en todo un ídolo de Mestalla donde en cada partido se le cantaba su canción, los fans le perseguían al salir del estadio o en la Ciudad Deportiva, con el deseo de hacerse una foto con él, y los posters de este joven futbolista llenaban las paredes de miles de valencianistas. Era guapo, y su timidez gustaba entre las adolescentes que se fijaban en él. En la ciudad del Turia, Pablo creó su familia y tuvo sus dos primeros hijos, luego llegaría un tercero.
Con la selección nacional argentina también fue importante ganando el Campeonato del Mundo sub-20, la Copa Confederaciones 2005 y la Copa América 2007. Pero el mejor Aimar fue desapareciendo poco a poco por las malditas lesiones. Ranieri (en su segunda etapa en Valencia) y Quique Sánchez Flores le dieron protagonismo e intentaron recuperarlo, pero definitivamente una lesión en el pubis con la selección terminaría por lastrar la carrera che del mediapunta. Y se fue. La directiva valencianista decidió venderlo por once millones al Real Zaragoza ante el enfado de los aficionados que seguían confiando en su magia.
En la Romareda lo recibieron en verano de 2006 como una estrella, siendo uno de los fichajes más caros de la historia maña. Llegó como el gran fichaje del nuevo presidente Agapito Iglesias que también fichaba a Víctor Fernández para el banquillo. Ese primer año fue bueno, pudo ofrecer alguno de sus pases mágicos y el Zaragoza se clasificó para la UEFA. Pero la segunda temporada fue catastrófica. Se elaboró un equipo para pelear por Europa y se terminó bajando a Segunda. Aimar apenas participó en aquella campaña donde otra vez las lesiones le hundieron.
El mago Aimar
Un cambio de aires. Eso era lo que necesitaba el futbolista argentino. Su progresión se había bloqueado por completo debido a tanta lesión. En España ya se le veía casi como un futbolista al borde de la retirada, incapaz de volver a ser el que fue por su irregularidad física. Y por ello cambió de destino.
El Benfica fue su nuevo club, en Portugal volvieron a creer en él, pagaron 6,5 millones de euros por su fichaje, concretamente, Rui Costa, por entonces director deportivo lisboeta. Los inicios en el país luso fueron muy duros, apenas jugaba otra vez lastrado por las lesiones y los directivos del Benfica pedían explicaciones a los del Zaragoza acusándoles de ocultar informes médicos sobre el mal estado del futbolista. Hasta que el mago apareció.
Aimar era mi ídolo.»
Lionel Messi
Lo del “Payaso Aimar” se quedó atrás y Pablo César comenzó a conocerse como el “Mago” entre la hinchada portuguesa por sus detalles de calidad en cada pase, en cada gol, hasta ganarse el corazón de este histórico club. Con el argentino, el Benfica ganó una Liga y cuatro Copas y volvió a ser protagonista del juego y de la ilusión de una afición. Regresó el ídolo Aimar, volvió a ser perseguido por fans, a verse sus pósters en paredes de habitaciones…hasta que volvieron las lesiones y en verano de 2013 dijo adiós a Europa.
Entonces, llegó una superoferta económica de Malasia y allí que se fue al Johor Darul Takzim FC. Firmó por dos años pero 7 meses después abandono el club por sus problemas físicos. En concreto esta vez fue un sobrehueso del pié derecho que le provocaba un dolor que el mismo calificaba de insoportable para jugar. Se operó en Argentina y se concienció de que lo primero era recuperarse por completo y luego volver a pensar en su futuro. Por eso dijo NO al club de sus amores en verano, “ellos quieren que vuelva y yo quiero ir, pero no para jugar un partido sí y tres no”, confesaba el futbolista.
Seis meses después su respuesta ha sido SÍ. Vuelve a casa el Payaso, el Mago, regresa Pablito Aimar al Monumental. En Argentina la expectación es máxima y su ilusión inmensa. Un día antes de Reyes, sin duda, los aficionados de River reciben el mejor regalo soñado, eso sí, siempre y cuando las lesiones respeten al ídolo de Messi, y es que Pablito Aimar era uno de los futbolistas a los que admiraba de niño el astro argentino.
Una lástima que las lesiones lacraran su carrera. En mi opinión podía haber llegado a ser más importante para el fútbol argentino que figuras como Juan Ramón Riquelme o Verón ya que calidad tenía a raudales.
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Muchas gracias Messidios por tu comentario. La verdad es que por calidad no tenía nada que envidiar a los jugadores que mencionas. Un saludo y esperamos seguir viéndote por aquí!
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