El fotógrafo Agustín Vega nunca pudo imaginar mientras se dirigía aquella noche de 1958 al Santiago Bernabéu, que sería el autor de una de las fotografías que han pasado a la historia del fútbol. En ella hay una figura que acapara el primer plano. Se trata de Alfredo Di Stéfano.
Semifinales de la Copa de Europa, competición fetiche de un Real Madrid que iba directo a por su tercer campeonato consecutivo. La delantera formada por Rial, Gento y Di Stéfano no tenía parangón en el panorama futbolístico. El rival en este partido de ida era el histórico club húngaro del Vasas Budapest SC quien, sin embargo, aquella noche sufriría la mayor derrota de su historia en competición europea.
Como siempre digo, fue una casualidad, porque si no ves la foto, no la haces. Solamente supe lo que tenía entre manos cuando revelé el carrete después del partido.»
Agustín Vega
Uno tras otro fueron cayendo los goles del Real Madrid hasta un total de 4-0 que ponían al conjunto blanco con un pie y medio en la final. Sería precisamente la celebración del cuarto y último tanto, obra de Alfredo Di Stéfano de golpe franco, el momento que captaría Agustín Vega.
En la imagen se puede observar la incredulidad de los jugadores húngaros situados en la barrera ante el gol marcado por «la Saeta Rubia» y el salto eufórico de un Di Stéfano con los brazos alzados con Rial acercándosele. Fue el salto del que se sabía no tener rival sobre un campo de fútbol.
