En los tiempos de crisis económica que acucian a millones de familias españolas, gastar un millón de euros en pagar a un jugador que, una vez por semana, logrará evadir las mentes de millones de aficionados es ya una falta de respeto a la que nos hemos acostumbrado sin pensar mucho en los ceros que acompañan a ese uno.
Sin embargo, este verano, Florentino Pérez, experto en reventar la banca y más pendiente de entrar en el Guiness del dispendio económico que en el de los títulos futbolísticos, ha hecho temblar los cimientos de la dualidad economía-crisis fichando a un solo jugador, galés, de nombre Gareth y de apellido Bale, ahora bien ¿los vale?

Son muchos los que, desde la prensa madridista, han encumbrado a Gareth como la figura entorno a la cual Cristiano Ronaldo y la escuadra blanca, harán caer de su pedestal de mejor jugador de la Historia al argentino Lionel Messi. Fundamentan sus pensamientos, más allá del malestar que genera el que un culé sea adorado como el mesías futbolístico, en que la capacidad atlética de Gareth junto a la de Cristiano los convertirán en una delantera imparable, ¿será eso cierto?
Cierto es, qué duda cabe, que la delantera madridista se transforma en una demoledora máquina física, pero ¿bastará con eso? Es curioso que Gareth, ese regalo que nunca le llegó a Mou, se antoja más idóneo para el sistema del portugués que el de Carlo Ancelotti.
Carlo aboga por el toque, por la posesión, por la asociación y en eso Gareth…falla. Gareth no derriba defensas asociándose, los derriba a golpe de velocidad y de músculo, pasa totalmente del fútbol combinativo, si por algo destaca es por coger la pelota en campo propio, tocar mentalmente arrebato, y tonto el último que me pille, hasta depositarla en marco contrario.

No olvidemos que Gareth viene de un fútbol, el británico, en el que la mayor parte de los equipos practican una defensa al hombre más propicia para resaltar las bondades locomotoras del bueno de Bale. Gareth impresiona por su potente zancada, por su llegada inesperada, por su portentoso disparo, pero no se espera de él que resalte ante defensas numantinas que salgan a esperar al conjunto blanco ahogando los espacios, Gareth no regatea en baldosas, las hunde con su potente zancada.
Quizás, el puesto de Bale no sea el de interior, sino que, ante este tipo de defensas, su lugar más idóneo sea el lateral izquierdo, desde donde irrumpir con más metros para alcanzar su endiablada punta de velocidad sorpresivamente en el área contraria. Sin embargo, en estos partidos, que se presuponen mayoría en el calendario, prescindir de un jugador como Marcelo se antoja un sacrilegio brasileño en año de Mundial.
Es paradójico por otra parte que en el fútbol asociativo que quiere practicar Carlo se prescinda de su mejor jugador en ese aspecto, Mesut Özil. Dirán que ya está Isco pero, ¿va a jugar Isco todos los partidos de la temporada? ¿Y si se lesiona? ¿Es lógico que Bale valga 100 millones y Mesut, que para mí ha demostrado poder competir a un mayor nivel, se venda por 50? Dejo ahí la incógnita, lo que sí pienso es que Bale refuerza al Madrid y la salida de Özil lo debilita.
Mientras, al otro lado del puente aéreo, la parroquia culé sonríe por la pérdida de Özil, permanece expectante a la llegada de Bale, se ilusiona con la capacidad asociativa de Neymar y Messi y busca en los cromos de Panini el último año que el equipo blaugrana tuvo más de dos centrales en plantilla.
Liga de dos, es cierto, pero más igualada de lo que en un principio parecía, gracias al Sr.Pérez.
Te contesto ya, vender a ozil ha sido un erro tremendo y más tras saber que hubo una oferta con Kedhira. Carlo Ancelotti ha dejado claro con esta decisión el modelo de juego que quiere para el Madrid este año. Si lo llega a hacer Mourinho le caen palos por todos lados.
Esperemos que Bale salga bueno porque sino la afición no le vamos a perdonar a Florentino su gestión.
0