Cada temporada da la impresión de que el mundo se para cuando los dos equipos más poderos de la Liga Española, y probablemente del mundo, se enfrentan. Se agotan las localidades en el Estadio, es imposible pillar sitio en cualquier bar y al final acabas yéndote a casa de cualquier conocido para no perderte la esperada cita. Real Madrid y Barcelona siempre han sido los protagonistas en todo. Hasta ahora. Ya no solo es importante el Clásico, sino que el tercero en discordia, el Atlético, llegó a principio de temporada dispuesto a hacerle frente a los dos grandes y a demostrar al mundo del fútbol que el bipartidismo de estos equipos ya no se lleva.
Este año también impone un Atlético-Barcelona. Han cambiado las tornas, ahora son tres. Y este domingo los colchoneros tienen su oportunidad para dejarlo claro otra vez. El derbi madrileño se disputa este fin de semana y acaparará la expectación del mundo del Fútbol porque como opinan muchos, se la juegan. Van a disputarse la Liga en 90 minutos, o eso considera la parte más dramática de este bendito mundo del balón.

Lo que sí es cierto, dramáticos o no, es que la diferencia puede ser notable de poder volver a estar igualados a puntos si el equipo del Cholo consigue la victoria en casa, a tener una distancia de 6 puntos que se interpondría entre ellos si los blancos consiguen el triunfo en el estadio rival y dan un golpe de efecto a la Liga, siguiendo en la cabeza de la tabla. Solos.
Algunos consideran que 6 puntos no son tantos y que en cualquier tropiezo del Real Madrid los vecinos del Manzanares podrían subirse al carro otra vez pero, llegados a este punto y en la fecha en la que nos encontramos, sería improbable que el club blanco dejase escapar esa ventaja, sobre todo, tras comprobar el estado de forma en el que se encuentra tras arrollar esta semana al Schalke 04 en Europa.

Los jugadores de ambos equipos están concienciados de que es el momento de dar un paso más e ir definiendo posiciones cuando ya estamos entrando en los últimos meses de competición. La rivalidad nunca se ha quedado al margen y tampoco parece que vaya a hacerlo esta vez, sobre todo, cuando las heridas del último encuentro en Copa del Rey aún están abiertas.
Sin tener ni idea del posible resultado para el derbi, a excepción de los colores que le tiren a cada uno, lo único que ya podemos recalcar con fuerza es que la monotonía de la que se quejaban muchos en los últimos años ha desaparecido esta temporada. Y no lo ha hecho únicamente durante las primeras jornadas del curso como siempre ha ocurrido sino que, con más de seis meses de competición, los madridistas y rojiblancos siguen luchando al mismo nivel por conquistar la Liga. Y lo que queda.