El 28 de abril de 1935 se presentó el Betis Balompié (estaba España en plena República y los equipos no tenían el título de Real) en Santander dispuesto a conseguir un resultado que le permitiera ser campeón de Liga. Logró un contundente 0-5 para cantar el alirón y llevar a las vitrinas de Heliópolis su única Liga hasta la fecha.
El equipo sevillano culminaba de esta brillantísima manera su progresión en el fútbol español. En 1931, siendo equipo de Segunda División, llegó a ser subcampeón de la Copa de España, perdiendo la final frente al Athletic Club de Bilbao. Una temporada después conseguiría su primer ascenso a Primera.

Una de las piezas fundamentales para que el Betis triunfara y fuera subiendo peldaños hasta la gloria fue Patrick O´Connell. El entrenador irlandés logró conjuntar a un grupo de jugadores excelentes que, en ese 28 de abril de 1935, sábado de Feria de Sevilla, formó en Santander con Urquiaga, Areso, Aedo, Peral, Gómez, Larrinoa, Saro, Adolfo, Unamuno, Lecue y Caballero. La plantilla la completaban Espinosa, Rancel, Varela y Timimi.
En la jornada tercera de aquella temporada, el equipo bético se situó líder y no permitió que nadie le arrebatara esa privilegiada posición. El Madrid C.F. apretó hasta el final, pero los andaluces aguataron la presión madridista. No le hizo falta al Betis ser un equipo muy goleador y contundente. Las cualidades de esa plantilla eran el trabajo, el carácter y la solidez defensiva, siendo Urquiaga el portero menos goleado del campeonato.
Después vino la maldita Guerra Civil que destrozó a España. El Betis no iba a ser menos y pagó las consecuencias que el conflicto bélico había causado al fútbol. Desde entonces, la historia del club verdiblanco es un continuo vaivén desde los infiernos más inhóspitos a momentos, siempre demasiado cortos pero intensos, de gloria y felicidad.
Cuando se cumplieron 75 años de esta fecha señalada, los periodistas Victorio Duque y Juanjo Vispe realizaron “La foto del siglo”, un precioso y emotivo documental donde se cuenta cómo se fraguó el título de Liga del Betis y una bella historia en torno a una fotografía. No os cuento más porque prefiero que lo veáis. Os aseguro que merece la pena.
Hoy, 80 años después de aquel día glorioso, no puedo evitar que mi mente se desboque e imagine vivir en primera persona algo así. Lo que daría yo porque mi amado Betis fuera capaz de repetir una gesta de ese calibre. Ojalá algún día el fútbol le devuelva a los béticos todo el sufrimiento y todos los sinsabores que nos hemos llevado. Ojalá.
Hay una leyenda que recorre el mundo entero. Verde y blanco sus colores; blanco y verde es el sendero: síguelo.