Este fin de semana el Valencia CF celebra su 97 aniversario (se fundó en 1919) y como regalo para todos sus aficionados recordamos una de las temporadas más exitosas del club, el subcampeonato del curso 95-96. Aquel año los ches no ganaron un título pero la plantilla consiguió que la afición se sintiese muy orgullosa de su equipo, algo bastante contrario a lo que sucede ahora.
“No pasa res, la Lliga l’any que ve” (“No pasa nada, la liga el año que viene”). Este era el cántico de la afición del Valencia recibiendo en el aeropuerto de Manises a sus héroes en mayo de 1996. Animaban a una plantilla que no había logrado volver a casa como campeones pero que se ganaron el corazón de una hinchada orgullosa tras una brillante temporada que muchos aún recuerdan en Mestalla.
Luis Aragonés era el elegido por el presidente Paco Roig para dirigir el nuevo proyecto deportivo del Valencia. El club che venía de vivir años de grandes emociones, tanto positivas como negativas. Mestalla había sufrido muy recientemente uno de los peores momentos de la historia del club, el descenso a Segunda por primera vez (1986). En ese año en el infierno, el club renació de las cenizas más profundas aupado por una afición que demostró su apoyo incondicional aumentando el número de abonados.

Y en apenas unos años el Valencia volvió a sentirse grande. Subió en un año, al siguiente ya se clasificó para Europa, y en la temporada 1988-89 el equipo quedó subcampeón de Liga. La hinchada se ilusionó con grandes jugadores como Lubo Penev que enamoró a la grada. Además, el club mejoraba su salud financiera, el presidente Arturo Tuzón conseguía terminar los cursos con superávit, todo parecía ir en el camino correcto para un futuro brillante.
Luego llegaría la etapa del holandés Hiddink en el banquillo ché donde el Valencia se intentó consolidar en Europa a través de sus participaciones en la UEFA. En esta competición recibiría uno de esos golpes que no se olvidan, el equipo que entonces lideraba la Liga sería humillado por el Karlsruhe alemán por 7-0.
Al año siguiente, Paco Roig contrató al técnico campeón del Mundo, el brasileño Parreira, pero el proyecto fracasó. Eso sí, esa temporada el Valencia jugaría la final de Copa frente al Deportivo de la Coruña, la cual perdió tras su reanudación (los últimos 10 minutos se jugaron un segundo día tras la tromba de agua que cayó en final).
El Valencia de Aragonés
Se marcharon jugadores importantes: Penev, Serer, Sempere, Giner, Salenko, Roberto… Llegaron futbolistas como Patxi Ferreira, Sietes, Eskurza, Iván Campo, Viola… No había mucha ilusión por Mestalla, la pretemporada del equipo de Aragonés no resultaba positiva en cuanto a resultados y juego, y en la primera jornada de Liga el Deportivo pasaba por encima del Valencia y ganaba con un contundente 3 a 0.
En los siguientes partidos el equipo no mejoraba mucho, ganaba con mucho sufrimiento a rivales a priori asequibles como Valladolid y Mérida. Una entretenida victoria frente al Real Madrid por 4 goles a 3 en Mestalla comenzó a despertar cierta ilusión en la grada. Y poco a poco fue escalando en la tabla a la vez que mostraba un mejor fútbol que enganchaba a la afición. Clave para esa exitosa campaña fue la victoria ante el Barcelona de Busquets, Bakero, Guardiola, Figo, Hagi, Amor…
Los Predrag Mijatovic, Fernando Gómez, Gálvez, Viola, Poyatos, Mazinho, Zubizarreta… estaban firmando una temporada para el recuerdo eterno. El otro partido clave de aquella temporada fue en el Vicente Calderón. El Valencia visitaba a un Atlético de Madrid líder de la Liga. Tras ese encuentro solo quedarían cuatro más para decidir el campeón y el conjunto ché tras una excelente segunda vuelta le pisaba los talones al Atlético.

Ese partido lo ganaría el Valencia por 2 a 3. Mijatovic adelantó por dos veces a los chés, pero el Atlético empataría en dos ocasiones con goles de Geli y Pantic. En el último cuarto de hora el montenegrino centraría un balón que Poyatos remataría de cabeza para anotar el gol de la victoria. Ese triunfo ponía la Liga al rojo vivo. Otro fallo del Atlético permitiría al Valencia adelantarle en la tabla y finalizar como campeón. Pero ese traspié rojiblanco nunca llegó.
En la última jornada los valencianistas soñaban con un Albacete que la «liara» en el Calderón, pero el Atlético vencía ya cómodamente a la media hora de juego. El Valencia empataba en Vigo frente al Celta y regresaba a casa como subcampeón.
En el aeropuerto de Manises cientos de aficionados esperaron a sus héroes para arroparles. “No pasa res, la lliga l’any que ve” gritaban los hinchas blanquinegros entre las lágrimas por una ocasión perdida y el orgullo de sentirse satisfechos por el esfuerzo realizado durante esa campaña.
Pocos meses después ese gran proyecto de Luis Aragonés en Mestalla se esfumó. La relación entrenador-presidente se tensó. El técnico no quería a Romario en su equipo, al final el crack brasileño llegó ese verano y fue un dolor de cabeza para el entrenador. Muchos recordaréis aún la mítica bronca de Aragonés durante un entrenamiento a Romario por esforzarse poco. El madrileño pensó en dimitir ese verano, finalmente lo hizo en noviembre, y el Valencia comenzó su caída a una temporada mediocre.
Los protagonistas de aquel equipo
Andoni Zubizarreta fue el portero indiscutible durante aquella temporada y las posteriores. Se convirtió en el guardián de la portería de Mestalla. Llegó a Valencia pensando pasar unos años para luego disfrutar del fútbol extranjero, se habló de ofertas desde Inglaterra, pero el cariño de la grada le hizo cambiar de opinión y terminar su carrera en el club levantino.
La defensa de aquel equipo la formaban jugadores como Otero, Romero, Camarasa, Ferreira, Javi Navarro, Sietes… Entre ellos podemos destacar a Paco Camarasa. El valenciano fue un emblema para el equipo, el defensa central del equipo durante varios años, internacional con la Selección Española de EEUU 94. Su despedida fue un poco triste, ya que Ranieri y Cúper le dieron de lado e incluso le hicieron entrenarse con el filial a pesar de su brillante curriculum en la entidad.
De aquel Valencia resaltaba el músculo y también la calidad de su centro del campo que lo formaron jugadores como: Fernando, Mazinho, el joven Mendieta, Jose Ignacio, Engonga, Eskurza, Carlos Arroyo… El 10 del Valencia, el capitán de la nave, ese fue Fernando Gómez Colomer. El cerebro de aquel equipo era un ídolo para la afición, el futbolista que más partidos ha vestido la camiseta ché y que décadas después fue Director Deportivo del club rumoreándose su posible nombramiento como Presidente hace unos años cuando el Valencia estaba en manos de la Generalitat Valenciana.
El otro cerebro de aquel equipo fue el brasileño Mazinho que demostró tener una enorme calidad en sus botas. En el Celta también demostró ser uno de los mejores brasileños que han pasado por el fútbol español. Y en el ataque de aquella plantilla destacaron Mijatovic, Gálvez y Viola. Poco hace falta decir de Mijatovic, de Gálvez señalar que aquella fue la mejor temporada del delantero mallorquín al cual las lesiones cortaron una prometedora brillante carrera. Y… ¡Uh, Ah, Viola! (así le cantaba la grada) El brasileño Paulo Sergio Rosa se ganó el cariño de la afición con apenas unos goles. La afición estaba loca con él, pero su locura dentro y fuera del campo le distanciaron de un Aragonés que le quiso de vuelta a Brasil.
Aquel Valencia no ganó ningún título pero aquel equipo, su entrenador y jugadores consiguieron meterse para siempre en el corazón de los valencianistas. ¡Feliz aniversario ches!