Brotes verdes y una pizca de ilusión salpican la ciudad de Manchester estos días tras la victoria el pasado Lunes contra el Liverpool. Tras una buena actuación de los red devils ante el subcampeón, los jugadores, la plantilla y la afición cogen aire para afrontar una temporada complicada.
La larga sombra de Ferguson
El Manchester United se encuentra actualmente en un proceso de autodefinición. Venido de una época dorada en la que Sir Alex Ferguson aupó el club a lo más alto, los últimos años han sido una montaña rusa de emociones. Desde que Fergie dejó el club en 2013 (ganando la Premier League) los mancunianos han ido alternando posiciones alejadas en la tabla, quedando desde 7º hasta subcampeones en dos ocasiones (aunque muy lejos del título).
Algo a destacar es el importante desembolso económico que el club ha hecho en las últimas temporadas, sin alcanzar el rendimiento esperado. Algunos ejemplos son el de Fred (59M), Martial (60M), Di María (75M), Lukaku (85M), Maguire (87M) o Pogba (105M).
Como decíamos, a nivel deportivo, desde que Ferguson puso fin a su etapa como entrenador, el club ha conseguido escasos logros para la posición de élite en la que se encontraba. Desde aquel año 2013, los diablos han levantado 3 títulos: una FA Cup en 2016, una Copa de la Liga en 2017 y una Europa League ese mismo año. Algo que se antoja insuficiente para el elevado gasto y el estatus histórico del club.
No obstante, también hay que sumar el descontento de la afición con los propietarios del Manchester United: la familia Glazer. Los Glazer son una de las familias más ricas del mundo del deporte, con una fortuna cercana a los 5 mil millones de dólares según la revista Forbes. Además, el club es el tercer equipo más valioso del mundo, solo por debajo de Barcelona y Real Madrid.
El descontento, además de por los resultados deportivos, viene dado por diversos motivos. Uno de ellos es por el apoyo de la familia a la idea de formar parte de la Superliga Europea, idea rechazada por los aficionados. También la mala gestión económica, el pago de dividendos a los propietarios y la poca inversión en infraestructura son algunos de los factores que alejan a los Glazer de la afición.
Todo ello ha convertido al club en una balsa de aceite a la deriva, para nada falta de calidad pero sí de liderazgo y capacidad de asentamiento. Con la llegada del holandés Erik ten Hag, se busca una reconciliación entre club y aficionado a través del juego, no obstante, la temporada no ha empezado de la mejor manera.
Un comienzo complicado
Las dos primeras jornadas certificaron que la idea de juego que tiene el técnico es complicada de llevar a cabo con las piezas de las que dispone. Uno de los mejores jugadores del equipo en temporadas pasadas, David de Gea, ha comenzado con dudas y poca seguridad en la portería. El español, muy criticado en su tierra pero merecidamente apoyado en el club, es de los pocos que sostuvo al equipo años atrás junto con el portugués Bruno Fernandes. Otro baluarte defensivo y líder de la escuadra es Harry Maguire. El inglés sigue siendo a día de hoy el defensa más caro de la historia y, aunque empezó bien su andanza en el club, está atravesando un momento duro, con muchas dudas y pocas certezas en cuanto a su calidad.
A todo esto hay que sumar el caso Cristiano Ronaldo. El luso intentó forzar su salida a un equipo Champions, pero no fue posible, por lo que a 7 días del cierre del mercado, todo parece indicar que se quedará una temporada más en Manchester y que tendrá que acercar posturas con el entrenador, el cual no va sobrado de delanteros.

Por si fuera poco, el club mantiene apartado de la plantilla al joven Mason Greenwood, quien está acusado de malos tratos a su pareja y, actualmente, se encuentra en libertad bajo fianza.
Por último, la dirección deportiva en este mercado de fichajes parece que va dando palos de ciego. Si bien es cierto que Eriksen era una oportunidad de mercado, Lisandro Martínez y Malacia pueden mejorar la zaga y Casemiro supone un salto de calidad en el centro del campo, la gestión parece ineficiente. El danés es un perfil similar al de Bruno, y la llegada de Casemiro simplemente relegará a McTominay o Fred al banquillo (tal vez a ambos). Con el ruido que levantó el interés por Frenkie De Jong, daba la impresión de que el club intentaría firmar a una pieza similar, a una figura que no tiene, la de un interior de recorrido, conducción y llegada y no la de un pivote defensivo de base de la jugada.
Además, la posición de 9 sigue huérfana. Sin contar a Cristiano Ronaldo, el club no tiene más delanteros centros puros. Cierto es que Martial o incluso Rashford pueden ocupar esa posición, pero ninguno ocuparía su puesto natural.
Una plantilla en busca de líder
No obstante, no todo son piedras en el camino. En términos generales el Manchester United cuenta con varios puntos a su favor. La principal fuente de ilusión de la afición es la presencia de ten Hag a los mandos del equipo. El holandés ha demostrado, dirigiendo al Ajax, que sus equipos tienen una identidad clara. Posesión con intención, jugadores con buen pie y transiciones rápidas caracterizaron a aquel Ajax de Ámsterdam que conquistó a media Europa en la temporada 18/19. Con los líderes en horas bajas sobre el césped, ten Hag puede ser la luz del faro que guíe al equipo.
Ya en el campo, la plantilla tiene calidad de sobra para pelear por puestos Champions. Tras Manchester City y Liverpool, el Manchester United debe luchar por ese tercer y cuarto puesto y plantar cara a los Chelsea, Tottenham y Arsenal.
Con Varane a su máximo nivel y Lisandro Martínez adaptado, tiene una zaga decente, con poderío aéreo por parte del francés y el rigor defensivo del argentino. Los laterales son un eslabón débil pero decente. Shaw hizo una gran pasada campaña y Malacia puede crecer durante la temporada, pero en el lateral derecho se ven carencias. Wan-Bissaka no acaba de ofrecer todo lo que debería y Diogo Dalot es cumplidor pero irregular.
El centro del campo con Casemiro, Eriksen y Bruno debería aportar calidad de balón y equilibrio, con gente de refresco como Fred, Mctominay o Van de Beek sumando desde el banco.
Arriba es donde algunos jugadores deben dar un paso al frente. Rashford y Sancho deben demostrar qué tipo de jugadores son, alcanzando ese grado de madurez y dejando atrás individualidades y destellos esporádicos. Con ellos dando un paso al frente y Elanga quemando etapas, los extremos están más que cubiertos. El problema principal está en la delantera, dónde ya comentamos que Martial y Cristiano Ronaldo se antojan insuficientes en una temporada larga y con Mundial de por medio. No obstante, aún quedan días de mercado y la plantilla puede sufrir variaciones.
Sea como fuere, el Manchester United tiene mimbres para trabajar. Para crecer sobre una idea que, con paciencia y confianza, pueden llevar al proyecto al lugar que tanto ansían.
Es que mantenerse en la élite es complicado y todos los equipos, importantes o no,pasan por rachas decadentes,porque son muchas las variables que participan en el curso de las competiciones,la gestión,la sintonía jugadores entrenador,y entre jugadores,o entre dirección y aficionados,la actitud psicológica de todos los estamentos y no olvidemos lo que se puede valorar como suerte,porque el que entre la pelotilla o no,a veces,depende de ella, o no.
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